Capítulo 10

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HUGO
Abro los ojos y sonrío ampliamente.

Es hoy. La fiesta es hoy.
Por fin libre de estudiar, por lo menos por un par de días.

No digo que me quejase porque con Eva era de lo más fácil ponerle ganas al temario, pero me ponía tan nervioso con ella comportándose de forma tan extraña...

-Hugo. -Mi madre irrumpe en la habitación con el teléfono en la mano. -Es para ti. Es Eva.
-¿Eva? ¿Y por qué me lo das a mi? Ander está en...
-Ella quiere hablar contigo.

Se encoge de hombros y se aleja.
Me llevo el teléfono a la oreja.

-¿Tan raro es qué quiera hablar contigo? -Su tono de voz irónico provoca un escalofrío en mi. -Soy tu profesora, ¿sabes?
-Claro que no. Pero antes...
-Antes no éramos amigos.

Sonrío.

-Y bueno... ¿qué es lo que querías?
-¡Ah sí! ¿Podrías venir a recogerme esta noche? No tengo coche y Carla no puede venir a buscarme.

Me quedo en silencio sin saber que contestar.

-¿Hugo? Oye si es un no... no pasa nada. Me busco a otro.
-Nono, te llevo.
-¿Seguro?
-Si. Además, si no lo hiciese, Ander me patearia el culo por dejar que te fueses con otro.

Su risa resuena al otro lado del teléfono.

-Vale. Pues... ¿a qué hora vienes a buscarme?
-¿Qué te parece a las 22:00?
-Perfecto. Gracias, Hugo.
-Nada. Hasta luego.
-Chau.

Cuelgo y una sonrisa involuntaria escapa de mis labios.



-Controlala un poco porque se emborracha en seguida.

Ander me sigue de un lado a otro de la casa dándome indicaciones estúpidas para Eva.

-Ander, para de una vez. -Me giro hacia él con una mirada de cansancio. -No soy la madre de Eva ¿entiendes? Y tú tampoco. Podrías dejarla respirar un poco porque al final se agobiará y pasará lo de siempre.
-¿Qué es lo de siempre?
-Que te dejará, melón.
-No lo creo.

Bufo.

-Mira. Sólo déjame en paz. Cuidaré de que no la pase nada ¿esta bien? Pero no estaré detrás de ella toda la fiesta y mucho menos la diré que tiene que hacer. Y ahora déjame salir que al final llegaré tarde.

Él asiente algo avergonzado y se aparta.

Subo a la moto y parto rumbo a la casa de Eva.

Cuando aparco me bajo del vehículo y camino hasta llegar al porche de su casa. Después de unos minutos llamo al timbre y me abre la propia Eva con una sonrisa enorme.

-Hola. -Me saluda.

Me quedo mirándola de arriba abajo. Esta demasiado guapa.

-¿Hugo? -Suelta una risita pícara y yo salgo de mi ensimismamiento.
-Sisi. Vamos.

Evugo - Blonde Donde viven las historias. Descúbrelo ahora