Capítulo 34

1.6K 44 3
                                    

HUGO
Eva se ha quedado profundamente dormida en la sala de espera después de que su madre, ella y yo nos adentrásemos en un viaje a Galicia.

-Estaba agotada. -Me dice su madre acariciándole el pelo a Eva.
-Pobrecilla, es la única que no ha dormido en toda la noche.
-Le quiere muchísimo. -Susurra con una mirada triste. -Siempre me ha dado envidia la relación que ellos han tenido. A mí me hubiese gustado que Eva me admirase así.
-Estoy seguro de que lo hace.
-No del mismo modo... -Nos volvemos a quedar en silencio por un rato. -Sigue odiándome por obligarla a venirse conmigo, ella quería quedarse con él.

Asiento.

-Ella me dijo que iba a mudarse a Galicia cuando cumpliera los dieciocho.
-Si... Desde que llegamos lo ha dicho...

Los párpados de Eva comienzan a moverse y su respiración se agita hasta que abre los ojos y se incorpora.

-¿Se sabe algo de él?

Negamos y suspira.

-Hugo, ¿por qué no te llevas a Eva a que coma algo?
-No quiero comer.
-Vamos, hija, si recibo noticias os llamaré.

Eva acaba por asentir y la tiendo la mano con una media sonrisa.

-Quiero saber algo ya.
-Lo sé. Pero estoy seguro de que pronto se sabrá algo.

Entramos a la cafetería y yo pido un cola cao con unas tortitas mientras que Eva solo pide un café a pesar de mis insistencias de que coma algo.

-Gracias. -Suelta de repente.
-¿Por?
-Por venir. Creo que sin ti no estaría tan calmada.

Me sonríe y yo siento mi corazón acelerarse.

-Bueno... Eres mi amiga ¿no?

Debo de admitir que sentí una punzada en el corazón al decir amiga.

-He acabado. -Digo finalmente ignorando la pequeña incomodidad que había sentido.
-¿Volvemos?
-¿Y sí mejor damos un paseo?
-Hugo...
-Venga, Eva. Si tu madre sabe algo nos llamará y ahí dentro solo vas a comerte la cabeza y a sentirte peor.

La miro espectante hasta que asiente.

-Vale.

Salimos fuera y damos una vuelta por los alrededores del hospital.

-Estoy un poco harta de todo. -Se sincera. -Siempre que por fin estoy pasándolo bien y sin preocupaciones... Algo me lo destroza.

No sé qué decirla. ¿Qué todo saldrá bien? Pero, ¿y sí no sale bien? No puedo darla esperanzas para que luego lo pase peor.
Entrelazo nuestras manos y le doy un apretón en señal de apoyo.

Después de andar un rato, nos sentamos en un banco frente al hospital y nos quedamos mirando.
Mis ojos se desvían a sus labios y al volver la vista a sus ojos, veo que los suyos también por lo que me inclino hacia delante y cuando estoy por juntarlos, su teléfono comienza a sonar y me separo sobresaltado.
Eva se disculpa con la mirada y lo coge.

-¿Ander?
-¿Dónde coño estás?

Hola! Espero que os haya gustado la maratón, es por no haber subido ayer. Un saludo y mañana más.

Evugo - Blonde Donde viven las historias. Descúbrelo ahora