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"No es cierto, no es cierto, no es cierto, no es cierto, no es cierto... "

- Seguir negandolo en tu cabeza no hará que me retracte, Jungkook- el chico estrello su frente contra el escritorio y rezongó malhumorado - los omegas no hacen ese tipo de sonidos, Jungkook-.

Pero el mencionado ya no estaba escuchando.

Digamos, que, a pesar de que su madre hubiera muerto cuando nació, Jeon Jungkook había sido un niño muy feliz y mimado por su único padre y el enserio creía que iba a seguir siendo así, pero no. La vida le atropello como un tren sin frenos cuando se presento como Omega, ahí es cuando su infierno personal dio inicio.

Su padre nunca mencionaba a su mamá, nunca hablaba de ella pero Jungkook se había hecho mejor amigo de su prima Sunye y por lo tanto pasaba mucho tiempo en casa de sus tíos, quienes si le contaban sobre como había sido la vida de su progenitora, Jeon Eunyoo.

Al parecer Eunyoo conoció a su padre en la universidad y eran la pareja mas popular y perfecta de todo el instituto, ya saben, la típica pareja, la líder del equipo de animadoras con el jugador estrella, una omega perfecta con el alfa perfecto.

Eunyoo y su hermana Eunjin habían sido la encarnación de la omega ideal, cuerpos delgados y con curvas suaves, cara angelical, voz dulce, delicadas, amables, educadas y, sobretodo, sumisas. Y no es que a Jungkook le desagradaran los omegas de ese tipo, para nada, de hecho su prima Sunye era exactamente así. Sin embargo, el castañito sospechaba que su padre trataba de convertirlo en alguna especie de Eunyoo 2.0 o algo así.

Esto era porque desde que su aroma, neutral, se habia transformado en un dulce aroma a miel y flores, su padre no habia parado de repetirle "los omegas no hacen tal", "los omegas son así", "los omegas blablabla", etcétera. Y Jungkook no podría estar mas que fastidiado con eso.

Pero una cosa es que la voz de su padre sonara y sonara en sus odios como el zumbar de un molesto e incansable mosquito y otra cosa muy diferente era esto.

- Las clases empiezan mañana en la tarde, te deje el uniforme en la sala junto a una nota con la dirección y los horarios-.

Si, su queridísimo padre lo había inscrito, caber aclarar que sin pedir su opinión, a una escuela de baile con la escusa de que era lo que había pedido de cumpleaños a los trece.

Jungkook recordaba ese deseo, si con su propia boquita había dicho que quería ir a clases de baile, pero vamos, todos saben que el Jungkook adolescente quería clases de baile callejero, ya saben, Hip Hop, Break dance y ese tipo de cosas.

Peeeeero noooo.

El señor Jeon lo había inscrito a una escuela de ballet. El castaño sentía que podía morir ahora mismo, de todos los bailes existidos y por haber, el ballet era algo con lo que no quería lidear, ni ahora ni nunca.

- Jungkook ¿Me estás escuchando?- Jungkook lo miró con una mirada tan descompuesta que, por un instante, Junghwan pudo ver en la persona frente a el a su hijo, y no a su esposa fallecida.

- Papá... No quiero aprender ballet y ese deseo lo hice hace cuatro años- la nariz del menor se arrugó y su boca formó un puchero.

El hombre suspiró decepcionado de si mismo, el quería, en verdad deseaba poder parar pero no era fácil, su mente seguía alucinando con aquella bella Omega que a había ido de su lado y su lobo aullaba constantemente por su corazón roto.

- hey, solo, veelo como un reto, no es el baile al que estás acostumbrado ¿Cierto? Una facultad muy importante que tu padre no ha aprendido es a controlar sus impulsos, el ballet te ayudará en eso ¿Bien?-.

Jungkook lo meditó y al ver la cara demacrada de su padre asintió.

Su padre le sonrió y le beso la frente revolviendo sus cabellos.

- Te amo, hijo- y JungKook sonrió chiquito.

Llendo a su cuarto para tal vez llorar mientras comía helado y hablaba con Sunye por teléfono.

El señor Jeon mientras tanto se desplomó en su asiento. Del perfecto Alfa que había sido, ya no quedaba nada. Saben, en la escuela te enseñan que un lazo roto solo afecta al Omega, bueno, eso era pura mierda.

Porque todos lo que habían conocido a Junghwan antes y después del accidente sabían que así es como a veía un Alfa con el lazo roto.

El hombre entrecerró sus ojos y dejo escapar lágrimas en completo silencio, mientras que en el otro cuarto Jungkook lloraba intentando silenciarse con la almohada.

Y el Alfa Jeon tomo una decisión que le rompió el corazón, mientras se repetía que era lo mejor para su cachorro.

Ah, Kookie, tú no mereces esto.

Solo aguanta algunos meses.

Termino la carta firmando con su nombre y la envolvió en un sobre, decidió que la enviaría mas tarde.

Abrió el cajón de madera de roble insertando la llave en su cerradura y recogió la foto. Era de hace años en el partido de fin de año, un Alfa castaño y una Omega rubia se encontraban abrazados mientras que la fémina besaba la mejilla de su novio, había dos sonrisas brillantes y ojos alegres.

- Amor, te extraño tanto-.

Y esa tarde Jeon Junghwan lloro por el dolor acumulado en su viejo corazón y se emborracho, otra vez. Dejando un mensaje en su teléfono  antes de encerrarse en su cuarto por la seguridad de su cachorro.

En la noche Jungkook fue invitado por su prima a pasar la noche en casa de sus tíos, no encontró a su padre cuando quiso despedirse así que salió dejando una nota con los horarios y las pastillas para el dolor del lazo roto.

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Este cap va dedicado a sake9i, espero lo hayas disfrutado mucho.

No sé a ustedes pero a mí me da penita el señor Jeon, será un poco molesto en la trama pero no lo odien please.

Bueno, ya en el segundo cap se mostrarán las primeras clases de Jungkook y aparecerá un personaje muy importante en la vida de Jeon.

Los veo luego, byebye.

~ Ann.

𝐴𝑇𝑌𝑃𝐼𝐶𝐴𝐿 | taekook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora