Aquella mañana de jueves Ravenclaw compartía clase de adivinación con Griffindor.
Luna y Ginny se habían vuelto inseparables y siempre estaban juntas y no podían desaprovechar una oportunidad como esa de estar una clase juntas. La pelirroja casi no estaba atenta a la clase, pero al contrario la rubia contemplaba con admiración a la profesora Trelawney.
Cuando salieron de la clase que justo era la última de la mañana las dos chicas hablaban animadamente.- Es asombroso- dijo la Ravenclaw maravillada.
- ¿El que?- le contestó la otra.
- La adivinación, ¿no crees?- le preguntó con una sonrisa.
- Eres un amor Luna- dijo la leona sin pensar muy bien lo que decía, y haciendo que la piel pálida de Luna tornarse a un leve rojo.
Cuando llegaron al Gran Comedor Ginny invitó a Luna a sentarse en su mesa y esta aceptó.
Comieron alegremente mientras charlaban junto a Neville y el trío de oro.
Al finalizar Luna y Ginny se fueron a su cuarto, al igual que Neville. Pero Ron y Harry decidieron ir a entrenar un poco al campo de Quidditch solamente por diversión y no tener libros cerca. Y Hermione fue a la biblioteca a estudiar.Neville se dirigía a su habitación cruzando los dedos para que no hubiese nadie, y de cierto modo tubo suerte. Sólo se encontraba Nott en la habitación. Ambos se saludaron y Neville se dirigio al gran escritorio que había en la habitación.
Al no tener sala común cada habitación contaba con dos grandes mesas para que allí pudieran realizar sus tareas.Neville se sentó y comenzó a sacar libros y apuntes de herbología. La directora McGonagall le había pedido que diese unas clases de herbología para los que peor iban en esa asignatura, ya que el era el mejor de Hogwarts con las plantas (sin contar a la profesora Sprout, claro). La directora quería que a los estudiantes les gustase más aquella materia a sí que decidió poner aún estudiante y no a la profesora para que así profesor y alumno congeniaran mejor.
- Me han dicho que vas a empezar a dar clases de herbología- le dijo Theodore a Neville mientras se dirigía a él.
- Si- contestó seguido de un silencio incómodo- me han dicho que a ti tampoco se te dan mal- dijo para romper la tensión que había en el ambiente.
- La verdad es que no, pero no sé me dan tan bien como a ti.
- Bueno, solo si quieres podría convencer a McGonagall para que puedas venir tu también a las clases, aunque no vayas mal- le propuso Neville sacando su valentía Griffindor.
- Me encantaría, Longbottom- dijo mientras se sentaba en una silla cerca suya y comenzando una conversación sobre plantas con el león.
Mientras tanto Harry y Ron más que entrenar jugaban a una especie de pilla pilla pero en las escobas, hasta que se vieron interrumpidos por una voz.
- No sabía que fuerais tan infantiles- dijo el chico mientras subía con su escoba y su uniforme verde de Quidditch.
Harry y Ron miraron a Blaise pero ninguno de los dos vió maldad en sus ojos. Sabían que intentaba a arreglar un poco su relación hacia ellos. Así que no se lo pensaron dos veces y le siguieron el juego.
- Y nosotros no sabíamos que estuvieses tan solo Zabini- agregó el pelirrojo. El moreno al escuchar eso soltó una carcajada.
- Podríamos entrenar los tres juntos si no os da miedo, claro- dijo la serpiente levantando una ceja.
- Claro que aceptamos, no nos das miedo.
- Bueno ya ya estoy cansado que sea entre guardián y guardián- dijo Harry mientras descendía con su escoba.
Zabini y Weasley se pusieron a entrenar intentando siempre superar uno al otro.
- No eres tan malo como creí Weasley- le confesó el Slythering.
- Tu también me has sorprendido Zabini.
- Lo que no sé cómo no te habías dado cuenta ya- le dijo con una sonrisa sincera y Ron rodó los ojos divertido.
Harry salió de los vestuarios y fue a dar una vuelta por los jardines de Hogwarts. Después de andar un largo rato se dió cuenta de que estaba en el lago. Hacía tiempo que no iba por ahí. Antes era un sitio muy importante para él y ahora ya se le había olvidado por completo. Mientras estaba metido en sus recuerdos en aquel precioso lugar fue interrumpido por unos sollozos.
Tardo unos minutos en averiguar de donde precedian.
Vió a un chico alto, delgado, con el pelo rubio palatinado y unas lágrimas que recorrían sus pálidas mejillas.
Harry rápidamente apartó la mirada y se fue en dirección al castillo, ya estaba anocheciendo y tampoco quería que cierto chico se diera cuenta de cómo lo observaba mientras este se venía abajo.Hermione tenía su mesa repleta de libros y ella estaba sumerjida en ellos. La gran mayoría eran de pociones, pero también había de defensa contra las artes oscuras y de historia de la magia.
Ya se estaba acercando la hora de cenar y ella seguía allí pero no tenía otra opción , había cosas que seguía sin entender.- ¿Que haces aquí? - le preguntó una voz casi gritando a la castaña.
Luna y Ginny cuando llegaron del comedor se tumbaron en sus camas y comenzaron a hablar.
- Luna.
- Dime.
- Eres alguien muy especial para mí- le dijo la pelirroja con los ojos en el techo.
- Gracias, tu para mí también- le respondió la otra con una sonrisa de oreja a oreja y esa dulce voz que la caracteriza.
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De donde menos te lo esperas » HP Ships
FanfictionDespués de la batalla nuestros protagonistas deciden volver a Hogwarts para terminar sus estudios. Con lo que no cuentan es que la nueva directora McGonagall mezclará a las casas para mejorar la convivencia después de la guerra, y qué sucederán cosa...