12.

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Theodore y Neville se encontraban ese mismo sábado en el herbolario mirando y hablando.

- No puedo creer que nos llevemos tan bien- dijo Neville.

- ¿Por qué?- le preguntó Theodore.

- No sé, antes os tenía miedo a los Slytherin. Érais personas difeciles de tratar, no se si me explico.

- Perfectamente- dijo mientras salía del Herbolario agachando la cabeza.

- Espera, Nott- le gritó el león.

- Ya casi es la hora de la comida- le contestó casi en un susurro.

Theo no sabía porqué le habían afectado tanto las palabras del otro. Al fin y al cabo esas dos casa nunca se habían llevado bien, ¿por qué iba a cambiar de repente? Aunque no lo quería aceptar le dolía. Le dolía saber que después de todas la clases y todas esas horas compartiendo información de sus asignaturas preferidas nada había cambiado.
Neville recogió y se fue al Gran Comedor.

Cuando este llegó se encontró a un Ron muy feliz y a unos Harry y Ginny muy pegados hablando bajo.

- Hola- dijo Neville con voz triste apartando el plato de pescado y apoyando su cabeza en la mesa.

- ¿Qué te pasa?- le preguntó Hermione.

- Nada - le contestó sin levantar la cabeza de la mesa.

- Venga amigo, nos puedes contar lo que sea- le dijo Ron.

- ¿Sabéis todos estos días que no he estado mucho con vosotros?- ambos asintieron- Pues he estado con Nott.

- No pasa nada Neville, es normal que quieres hacer amigos nuevos- le dijo Hermione que estaba al lado suya acariciandole la espalda a modo de apoyo.

- No es eso. Acabo de venir de estar con él y la he liado pero bien.

-¿Pero que has hecho?- le preguntó Ron.

- Digamos que me he metido con su casa. Pero de verdad que yo no quería, no me explique bien. Me gustaba estar con él y ahora ya por mi estupidez me odiará- dijo levantando al fin la cabeza de la mesa.

- Neville odiar es una palabra muy fuerte- le dijo la castaña.

- Exacto- continuó el de pecas- aunque has hecho mal no es nada que se pueda corregir. Siempre puedes hablar con él.

- Gracias, chicos- le dijo Neville y ellos respondieron con un «de nada» al unísono.

Justo al mismo tiempo que ellos mantenían esa conversación un Slythering de piel pálida y pelo oscuro miraba su comida sin ningunas ganas de probar bocado.
Los otros tres mantenían una animada conversación sobre el nuevo profesor de pociones, que aunque les caía bien y les tenía preferencia a las serpientes era un poco patoso.

- Theo cariño, ¿estas bien?- le preguntó Pansy notando a su amigo decaído.

- Si si, solo estoy concentrado en cosas de... Herbología.

- Theo, a nosotros no nos mientes. Cuenta- le dijo Blaise apoyando su mano en el hombro del otro.

- Es que no sé cómo podríais reaccionar--dijo Theo tímidamente agacha do su cabeza.

- Reaccionaremos bien- le contestó Draco.

- Estos días que me he estado ausentando he estado yendo al herbolario, pero no solo- se paró un momento para mirar a su amigos- He estado yendo con Longbottom. Se qué no os caen bien los de Gryffindor pero es con el único que puedo hablar de ese tema. Pero hace un rato me ha dicho una cosa y me ha decepcionado, por decirlo de alguna manera.

- Theo nos da igual que te juntes con Longbottom, de hecho yo me junto con la comadreja - dijo Blaise.

- Y yo con Granger- añadió Pansy. Draco se quedó en shock por las declaraciones de sus amigos y decidió romper el silencio.

- ¿Y qué te dijo?- preguntó Draco.

- Qué los Slytherins éramos personas difíciles de tratar y me fui.

- Ese que se ha creído- dijo Pansy levantándose pero Draco la cogió de la muñeca y le obligó a sentarse.

Las cuatro serpientes miraron a la mesa de los Gryffindor y se encontraron con Neville apoyando su cabeza en la mesa y Hermione acariciandole la espalda. Eso hizo que a Pansy le hirviera la sangre y apartara su mirada rápidamente y Theo se quedó mirando con una sensación en el pecho que no sabría como describir.

- ¿Qué le pasa a Longbottom? - preguntó Blaise.

- Igual es por ti, Theo - añadió Draco. A lo que el otro se encogió de hombros.

- ¡Ah chicos casi se me olvida! Estaba esta mañana dando un paseo con Weasley y no os vais a creer lo que vimos- dijo Blaise emocionado por contarle la noticia a sus amigos.

- ¿No sabía que salieses con la comadreja, Zabini? - dijo una sonriente Pansy.

- Callate Parkinson. Vimos a la comadreja menor y a Potter en el campo de Quidditch muy abrazados y ahora están juntos. Y Weasley dijo que no sabía que habían vuelto.

- ¿Entones están juntos? - preguntó Draco.

- Es obvio Draquito- dijo Pansy mientras señalaba a dos leones cuchicheandose. Draco no supo porqué pero apartó la mirada rápidamente.

Pasaron cinco días y Theo y Neville seguían enfadados. El león se sentía mal por decir lo que dijo pero no se veía capaz de hablar con él.
La noche del jueves al viernes Neville se despertó y vió la cama de Theo vacía y sin saber porqué sintió la necesidad de buscarlo. Así que sacó su valentía Gryffindor y lo fue a buscar.

Llevaba un rato buscando y no había rastro del chico pero tampoco de Filch ni de la detestable Sra. Norris, cosa que agradeció.
Como último recurso fue a buscar a la torre de astronomía y ahí lo encontró. Estaba sentado en el suelo mientras sus brazos y sus piernas sobresalían por la barandilla. Su pelo marrón estaba un poco alborotado y llevaba puesta la capa de su casa. Neville se dirigió a él y se sentó al lado del Slythering.

- Perdón. Sé que he tardado en decírtelo pero no veía el momento. Realmente no pienso así sobre tu casa y siento haber dicho tal estupidez- le dijo Neville mientras ambos miraban las estrellas que adornaban el cielo aquella noche.

- Acepto tus disculpas. Muchas veces solo por el hecho de ser Slytherin eres un mortifago o una mala persona- le contestó este.

- Pero yo no lo creo así. De verdad me gusta estar contigo, puedo hablar cosas que con los demás no porque no lo entenderían. Se que no te importa pero algunas veces me siento a las sombras de todo. Siempre he sido el amigo del trío de oro, el simpático, pero siento que contigo no- Neville al decir todo eso se ruborizó un poco, todo eso salió de su boca sin su permiso.

- Claro que me importa- dijo Theo en uun tono sereno- yo a veces me siento igual, el amigo tímido del trío de plata. Pero tu eres diferente- terminó diciendo con esa calma que lo caracterizaba.

Ambos después de esas palabras se miraron y se perdieron en los ojos del otro y poco a poco fueron acercando sus caras hasta que quedaron a centímetros. Los dos podían sentir la respiración del otro en su mejilla. Cuando estaban a punto de unir sus labios escucharon un ruido que provenía de la puerta y se encontraron con la Sra. Norris observándoles con esos ojos rojos, e inmediatamente salió corriendo. Ambos se levantaron inmediatamente Neville cogió la mano de Theo salieron corriendo a la habitación.

De donde menos te lo esperas » HP ShipsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora