Malvado Espindola⚓

2

Odio salir en fin de semana y más con esos dos, me baño, me pongo: unos jeans negros, una camiseta negra, unos tenis negros. Si suelo tener todo negro, deberían entran a mi cuarto, hasta a mi a veces me da miedo. En fin desayuno mientras tomó café y fumo un cigarrillo, enciendo un poco la televisión para ver que estupideces dicen ahora en las noticias, recibo una llamada y resuelvo ese problema.

–aún no estoy listo, resuelve lo
tú–se escucha la otra voz del celular
–no me importa, apenas estoy iniciando la carrera, mi padre lo dejó muy claro terminando la carrera me iré para allá
–si, si, será pronto –me responde haciendo preguntas estúpidas como toda la gente
–no te incumben mis calificaciónes –otro reproche y mejor decido despedirme
–ajá adiós –cuelgo la llamada y sigo con mi desayuno.

Después llega la muchacha y comienza a limpiar y hacer el aseo.
Cuando se va la muchacha, término de desayunar y me voy al balcón que da hacia la calle y me quedo sentado un buen rato pensando en esa maldita llamada, no me quiero ir, odio tener que obedecer a mi padre.

Veo la hora y eran las 2:50, si suelo levantarme tarde y también suelo quedarme horas y horas pensando, o viendo a la nada. La verdad les dije que yo era alguien aburrido y es cierto, aunque me entretengo en pensar cosas que no les incumben verdad. Bueno se llaman las 3 y agarro mis llaves, mi chaqueta y mi celular. Salgo hacia la estúpida plaza dónde cumpliría mi apuesta, por favor recuerden me no apostar con mujeres y menos con esa tal Hannia. Llegó algo tarde porque me de tuve a comprar una cerveza, no se me dieron ganas ok.
Cuando llegó, estacionó mi moto y me dirijo a la entrada principal de la plaza, hay estaba Agus y Hanna los dos con una sonrisa que parece que se les iban a salir los dientes.

–hola pensé que ya no
vendrías –dice Hannia me saluda de beso y me abraza
–suelo cumplir apuestas –me alejo con algo de asco
–hey nada de caras –me saluda Agus de la misma manera que Hannia, comienzo a creer que ese chico es medio gay
–¿y? ¿Qué vamos hacer? -suelto aire por la nariz mostrando mi enfado
–sin bufar, primero iremos por un helado, a otros les gustan los helados –dice Hannia sonriendo
–¿no puedes dejar de sonreír ni un momento?
–nop y tu lo harás también, a ver una sonrisita –dice moviendo mis cachetes para formar una sonrisa y yo solo me quedo quieto sin hacer ningún movimiento
–ya basta –le digo al ver que no quería dejar de hacerlo
–bueno, ahora vamos por el helado –me toman de brazo y se agarran corriendo por la plaza, literalmente todos nos veían como si fuéramos niños salidos del carro de sus Papás buscando juguetes.

Llegamos a la Neveria y piden por mi, cómo si eso fuera parte de esta estúpida apuesta. Enserio no vuelvo a apostar, pero es algo que amo. De las pocas cosas que amo.

–bien Maxi vamos a
sentarnos –dice Hannia y nos dirigimos a una mesa
–me llamó máximo –digo sumergiendo la cuchara en mi helado para aguantarme las ganas de golpearla y largar me de ahí
–el diminutivo de máximo es Maxi y suena algo tierno
–muy cierto –dice Agus moviendo la cabeza y sonriendo
–y de aquí ¿a dónde iremos? –digo sin probar mi helado, parece que esta chica me quiere matar de dulzura, me trajo un helado de caramelo y con mucho chocolate, yo solo como de pistache porque lo odio y me gusta el dolor. A veces ok
Agus y Hannia comienzan a contar estúpidos chistes que no tienen nada de divertido y se comienzan a reír como si su estúpida boca fuera a reventar si no lo hacían.
–a ver Maxi, una risita –comienza a hacerme cosquillas pero literal mi risa jamás ha aparecido y jamás lo hará
–Diablos este chico si que es un amargado –dice Hannia alejándose de mi
–a ver lo intentaré –dice Agus y comienza a hacerme cosquillas, no se porque pero con el si me río pero un leve, no es que parezca foca loca como ellos dos juntos.
–vaya Agus hiciste reír a gruñimax –dice Hannia, Agus se aleja y solo sonríe y se pone algo rojo como jitomate, en definitiva ese tipo es gay
–ni pienses que me vaya a encantar tu apodo he –ruedo los ojos –oye tu Agustina
–es Agus –dice apenado
–cómo sea, ¿eres gay? –se queda Palido como una tortilla de harina y Hannia voltea a verme con cara de frustración
–máximo –respinga Hannia
–no es por ofender, pero si pareces
–máximo –vuelve a decir Hannia y Agus con su cara de Palido como tortilla
–bueno pues para informarte que yo no estaré contigo nunca, para que ni te ilusiones –él solo se levanta y no dice nada
–eres un estúpido –dice Hannia
–suelen decírmelo –Hannia iba a ir detrás de él pero se voltea para decirme algo
–sabes algo
–a ver dime –Frunzo el ceño
–nosotros solo queríamos ser tus amigos, solo queríamos demostrarte que la vida no es enojo y odio, pero ya veo porque nadie se acerca a ti, porque eres un estúpido, y la estúpida apuesta se cancela, no quiero estar un día completo contigo, eres un estúpido –se levanta y se va.

Pues yo no dije nada malo, fue una simple pregunta, no es como que vaya a llorar o se vaya a caer el cielo, por dios hay miles de personas gays y se sienten orgullosas de serlo, ese estúpido es solo un Mariquita que no aguanta nada.

–hey tú –le digo a una tipa que iba pasando, con una minifalda, cabello Rubio, y con excelente cuerpo
–¿yo?
–si tú, vamos al cine –le digo sin preguntar, más bien afirmando que vamos a ir
–okay –dice sonriendo y nos dijimos al cine, la verdad me aburrió la película, es más aburrida que mi vida, imagínense. Entonces me pongo a besar a la chica que ni le pregunte su nombre pero no me importaba.

Saliendo del cine, ni me despedí de ella, la deje ahí parada y yo me dirigí al estacionamiento para agarrar mi moto e irme.

Eso hice pero no me fui a la casa, si no al billar, amaba ese lugar, era el único sitio que me sentía agusto.

Cuando llego me dirijo a tomar el palo y prender mi Cigarrillo paga fumar jugando, eso hago. Compito con unos 3 hombres y les ganó obviamente, pido una cerveza y llega Hannia con el estúpido de Agustín, me ven y yo pensé que iban a correr a hablarme pero no, bendito sea el cielo que no. Ellos se pusieron en una mesa para jugar y simplemente no me pelaron.
Después de una cuantas cervezas ya sentía que me daba vueltas, es que en verdad casi no tomaba, no sabía tomar, y no gustaba pero hoy me dieron ganas de hacerlo y porque no darme un gusto.
Sigo tomando y apostando, cuando un estúpido me gana pero porque hizo trampa, me pongo a la defensiva y me le dejó ir a los golpes. No supe más de mi..

Espero y les haya gustado.
No olviden votar y comentar.
S

i tienen amigos que les guste leer, recomienden la historia ;) gracias