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Llevo marcando le a Agus por dos día y no me contesta, fui a su casa y no está, ni a la Universidad ha ido, solo espero y este bien.

Hoy decidí no ir a la Universidad ¿por qué? Porque odio este maldito dia, odio que se llegue el día de mi cumpleaños y odio lo que tenga que ver en este maldito día. Estos dos años lo único que hago cuando llega mi cumpleaños es encerrarme, fumar y tomar.

Desde la mañana estoy tomando y fumando, estoy comenzando a decir cosas sin sentido porque tampoco he comido.

Desde hace dos años mis cumpleaños se volvieron una mierda y siempre estoy solo. Ayer pensé que iba hacer diferente porque Agus estaría aquí pero desde aquella noche que se fue de aquí no ya llamado. Yo sabía que esto iba a pasar y que no debía confiar en personas, ni esperar nada de ellas.

Se escucha el maldito timbre, de seguro es un vecino para que le baje a la música, pero lastima, no lo haré.

Me dirijo a la puerta y abro, era un perro en una caja, creo que si estoy súper borracho, ya me imagino cosas, me agarro la cabeza y iba a cerrar la puerta cuando alguien empuja de esta.

–feliz cumpleaños –bronca agus con una enorme sonrisa que se le borra al verme así –pero ¿por qué estas borracho?
–porque quiero ¿vas a pasar? –agarra el perro y entra
–máximo ¿por qué tomaste?
–porque odio este maldito día, por eso
–a ver, siéntate, te vas a caer –me lleva al sillón
–¿Qué haces este perro aquí?
–es tu regalo, cuando me dijiste que tazón murió pensé en regalarte uno, mira, acaso no es bonito –lo acerca hacia mi pero lo Alejo
–si lo es, pero no tengo cabeza para eso
–ya me vas a decir ¿por qué estas
así? –se sienta y me mira
–porque hace dos años mis padres murieron en un accidente y sabes ¿qué día fue? –él niega con la cabeza –el día de mi cumpleaños, ellos habían salido por mi estúpida sorpresa pero lo único que recibí fue la noticia de que los perdí para siempre, cada cumpleaños vuelvo a recordar ese maldito momento y para olvidarlo tomó hasta perder la razón
–ve, vamos a que te des un baño y te prepárare un café bien cargado para que se te baje –me levanta y me lleva al baño, abre la regadera y me mete, después sale y me deja ahí, hago mi drama en la ducha y salgo, me visto y me dirijo a la Sala y me da un café
–sabes cómo se baja más rápido –lo miro–vomitando, tienes que sacar todo
–yo no vomitaré
–vamos -me levanta y me lleva al
baño–vomita o te lo provocó
–yo solo, pero salte –sale del baño y vómito

Después de una hora de quejarme por el dolor de cabeza, se me baja la borrachera.

–¿cómo sabias que con eso se bajaba?
–trabajo en un bar ¿lo recuerdas?
–cierto, pero no trabajas ahí
–bueno, soy el dueño; ahora piensa ¿cómo le pondremos a este peludito?
–gift, regalo en inglés –guiño el ojo
–muy bien te llamaras gift
–jajaja así no se pronuncia
–no se hablar inglés máximo–rueda los ojos
–creo que te daré unas clases
–si pero antes yo te daré tu regalo de cumpleaños –me agarra suavemente de la cara y me besa –aun hueles alcohol–sonríe y se despega de mis labios
–vamos al billar, tengo mucho que no voy
–¿y gift?
–se puede quedar aquí, no creo que haga nada
–bueno ¿pero, ya te sientes bien?
–si
–vamos pues –nos levantamos del
sillón–te portas bien gift –le da un beso y salimos hacia el billar
–no me gusta ir mucho en carro–le digo al llegar al estacionamiento
–vamos en tu moto entonces –se dirige a mi moto, la enciendo y nos vamos.

Llegamos y lo estacionó en mi moto, entramos y pedimos dos palos y comenzamos a jugar

–¿apostamos?
–Agustín comienzo a creer que tienes problemas con las apuestas
–claro que no, solo hacen el juego nada divertido
–bueno, ¿Qué apostaremos?
–el que pierda se mete al lago de aquí de unas cuadras
–que asco, ese lago esta sucio
–¿tienes miedo? –me reta con su sonrisita que nadie se puede resistir
–para nada –frunzo el ceño y comenzamos a jugar, teníamos que ganar 2 de 3.

Íbamos en el segundo, yo ya iba ganando solo me faltaba la negra y lo hice, gane.

–ja, creo que si son divertidas las apuestas –palmeo su espalda
–oh vamos ¿una oportunidad más?–hace puchero
–no, no, dijimos 2 de 3, vamos a ese lago–río y él me sigue renegando por haber perdido.

Llegamos al lago y no quería aventarse así que lo empujó.

–¡máximo! –Grita y se escucha el eco
–¿esta fría?
–si y sucia, me va dar una pulmonía–vuelve a gritar y hace gesto de asco
–¿aun amas las apuestas? –río y no dice nada, noto que se queda pensando y me arrojó al lago
–¿Qué hiciste? –lo saco de sus pensamientos con mi salto
–te hacia falta compañia –sonrió
–pero yo perdí
–¿y eso qué? Si tu caes, yo caigo–lo beso
–eres un amor, pero ¿Quien nos curará la pulmonía que nos de?
–eso no lo pensé –río y él también

Después de un rato de jugar con el agua sucia salimos del lago y nos vamos al Departamento todos mojados.

Le prestó algo de ropa, preparo chocolate caliente y nos vamos a mi cuarto a ver una película, cobijados.

–tus cobijas son calientitas–dice agus enroscado en las cobijas
–calidad pura –río

Nos estamos viendo la película, abrazados, hasta que él se queda dormido, se veía más hermoso cuando dormía, sus cejas pobladas tan lindas.

Contemplo su belleza acariciando su cabello y suena su celular, parece ser un mensaje porque solo suena una vez, entró en un conflicto de leerlo o no, tenía que aprender a confiar en él, así que no lo hice. Respete lo que pudiera decir ese mensaje.Aunque la duda indagó por un rato hasta dormirme.


¿Creen que Maxi debería revisar le el celular a agus? ¿Ustedes lo harían? Comenten que les está pareciendo la historia y no olviden de votar.

Malvado Espindola⚓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora