Malvado Espindola⚓

26

Me levante con un dolor de cabeza horrible, tenía que ir a la estúpida Universidad, pero no lo haré, no tengo ánimos. No quiero ver a Agus, no puedo verlo a los ojos sin imaginarme la decepción que sentirá al descubrir quién soy en realidad. No puedo hacerle daño, a él no.
Jamas me perdonaré lo que le hice a Julián, pero si le hago algo a Agus soy capaz de matarme yo mismo. Él es un amor de persona y no merece tener a una mierda como yo en su vida. No lo voy a castigar de esa forma.

Pasan las horas y sigo metido en la cama. No celular comienza a sonar como a las 11:30 am, lo veo y era Agus. Era hora del receso en la Universidad, por eso me estaba llamando. Pero no quería hablar con él. Tengo que alejarme de él ya mismo.
Me cobije de pies a cabeza y apague el celular. No salir de mi cama y no lo haré.

Pasan las horas y me comienza a dar hambre, pero no merecía comer. Tal vez debo dejarme morir de hambre. Escucho la puerta principal abrirse.

–Maxi, ¿esta aquí?–era la voz de agus, aún tenía las llaves, me levante y puse el seguro en la puerta de mi cuarto para que no entrará–Maxi, no fuiste a la escuela y estoy preocupado ¿paso algo que yo no sepa? –se acerca a la puerta y comienza a tocar –¿estas ahí?
–vete, no quiero hablar con nadie
–¿por qué? ¿Paso algo? ¿Te hice algo?–guardo silencio, se escucha que suspira y vuelve hablar–Maxi si es por lo de Julián, ya te dije que somos amigos, yo te amo y jamás te lastimaria
–pero yo si, vete, por favor–se me llenan los ojos de lágrimas
–Maxi no te entiendo, y no me voy a ir de aquí hasta que no me expliques ¿Qué está pasando?
–por favor Agus, no quiero lastimarte, no a ti, por favor vete–comienzo a llorar
–pero ¿por qué me vas a lastimar? Maxi dime qué tienes, quiero ayudarte por favor
–nadie me puede ayudar, fui un tonto al creer que podría amar y sentirme amado, vete por favor
–máximo, abre la puerta –comienza a tocar fuerte, pero me meto a la cama–te juro que no me movere de aquí, te amo y no me voy a ir, si quieres quedarte ahí adentro toda la vida, bien, pero yo también me quedaré aquí–escucho que se deja caer al suelo y se recarga en la puerta.

Comienzo a llorar cobijado de pies a cabeza. Él no decía nada, llevaba más de 10 minutos sentado en la puerta.

–Maxi, no se porque estas así, solo quiero que sepas que tu no me harás daño, el tiempo que has Estado conmigo haz sido muy lindo, yo se que me amas, no se que daño has hecho para que puedas pensar que me lo harás a mi también, pero estoy seguro que es parte de tu pasado y debes dejarlo como eso, pasado. Hoy estamos aquí los dos y podemos ser felices, te amo y no te dejaré solo, por favor abre. Te prometo que no voy a preguntarte nada, solo quiero abrazarte y apoyarte, que tu sientas mi apoyo y sepas que no estas solo–me levanto y abro la puerta, estaba sentado y me agachó, me siento en el piso y me dejó caer en su brazos para seguir llorando–creme que no te dejaré solo, no se que este pasando por tu mente, pero aquí me tienes–me abraza, acaricia mi cabello y sigo llorando.

Duramos media hora en el piso, mientras él me consolaba y yo sin decir ni una palabra solo lloraba.

–¿maxi, ya comiste?–lo miro y niego con la cabeza–encargaré unas hamburguesas, no puedes estar sin comer –saca su celular y llama aún lado de mi, abrazando me y yo me recargo en su pecho, me siento tan bien a su lado, tal vez por eso no quiero que se enteré porque no quiero pero se que debo decirle, no puedo mentirle.

A veces pienso en porque me metí en esto, si tan solo hubiera seguido solo y no haberle hecho caso, no haber salido de donde pertenezco. Siempre he pensando que las personas son malas pero he conocido en estos meses a dos personas que para nada encajan con mi perspectiva.
Hannia y Agus simplemente han querido ser mis amigos y si no los habia dejado acercase es porque no soy una buena persona. Al comportarme malo alejaba a todas las personas a quienes les podía hacer daño.
Cuando me hicieron daño a mi, yo comenze a hacer daño hasta el punto de no parar. Llegue a lastimar a alguien que amaba mucho y se que no fue su culpa, ¿algún día podrá perdonarme?