Capítulo 19. Cuando los héroes mienten.

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En el cielo una figura se desplazaba a toda velocidad, muchos habitantes solitarios que caminaban en la noche por los senderos pudieron verla, quedándose boquiabiertos por unos momentos. Cuando Black pasaba por encima de los grandes bosques, la noche se volvía aún más oscura, dejando a la vista únicamente los destellos azules de su piel que daban un efecto impresionante. Olfateó con cuidado cada metro recorrido en búsqueda del olor de Jezbeth, ya que era el que recordaba mejor, pero aun así la tarea se estaba complicando, ya que detectaba otro aroma peculiar que confundía sus sentidos. En los recuerdos de su padre ese olor era familiar, pero ella desconocía a su dueño. Era muy parecido al de Jezbeth, sin embargo había algo muy inquietante en él, algo que no podía descifrar y que le provocaba un hormigueo en el estómago.

Yasley estaba perdida en sus pensamientos, se preguntaba si de verdad podría hacer algo en contra de quien fue su mentora. Tenía muchos sentimientos encontrados, ya que durante un largo tiempo fue su única compañía, sin embargo también estaba casi segura de que era la culpable de la muerte de la Reina Erután y eso no podía perdonarlo. Se miró el brazo roto y suspiró, era muy probable que muriera dentro de poco tiempo y por eso, intentaría dar lo mejor de ella por una sola vez en la vida. A pesar de haber sido una buena soldado dentro de las tropas del ejército, también era cierto que no sabía trabajar sola. Siempre estaba siguiendo a Black y a Maddox, y esta vez quería hacer algo por sí misma, aunque pareciera que otra vez iba tras ellos como de costumbre.

Maddox por otra parte estaba preocupado por Aita, ya que podía quedar condenado a desaparecer por completo o a tener un gobernante mucho peor que los demonios. El sector Sur era un lugar tan desolado que ni siquiera Shaman, el gobernante supremo, solía vigilarlo con regularidad. Durante los conflictos entre clanes era común que fuera un blanco fácil para aquellos que buscaban apoderarse de nuevos territorios. A pesar de todo esto, Aita estaba entre los lugares más seguros de todo el sector, y pudo comprobarlo después de visitar las islas pertenecientes a dicho sitio, en donde la calidad de vida era de verdad deplorable. Aun con todo, temía haber perdido la batalla sin darse cuenta.

***

Después de que uno de sus subordinados le confirmara que los fugitivos estaban avanzando hacia el Norte, la Supremacía emprendió el camino para encontrarlos. Behemoth y sus secuaces lograron esconderse muy bien por un largo periodo de tiempo, pero ahora que el Dragón Negro estaba sobre Blue Heller otra vez, era cuestión de tiempo dar con ellos. Desde los suelos áridos de Zephya y hasta los frondosos bosques al centro de Blue Heller, el aura de la muerte era perceptible. Cuando pasaba por algún lugar todo quedaba en silencio, las aves dejaban de cantar durante el día, el viento se detenía y el resto de los animales corría a esconderse.

Mórrigan no tendría tanta compasión de los traidores esta vez, y se encargaría de hacerlos pagar en el momento que se topara con ellos. Por su propio bien debía actuar al instante, o de nuevo se metería en problemas con Shaman, quien siempre tenía un ojo sobre ella. Con antelación le hizo saber a Beelzebub que pronto tendría nuevos esclavos, por lo que debía estar en espera de su llegada. El príncipe demoniaco se encargaría del resto del trabajo y convertiría a esos tres en detestables moscas.

Continuó su marcha en silencio y de pronto sintió algo que le erizó la piel, el Dragón Negro estaba muy cerca, y faltaba muy poco para conocer al sucesor de Aldahir.

***

En medio del vuelo Maddox sintió algo extraño, una sensación que provenía de otro lugar. Durante la transformación completa, el chico no sintió nada al estar en contacto con su amiga, pero esta vez algo llegó a su cabeza como si fuera un pensamiento propio. Se apresuró a sostener a Yasley y justo en ese momento el Dragón descendió en picada hacia el suelo, cuando finalmente aterrizaron gruñó ferozmente. Una vez que ambos bajaron de su espalda Black volvió a su forma humana, conservando las alas y la mirada encendida. A través de su piel se marcaban finas venas de color azul también. Estaba enfurecida, por lo que tomó las espadas que había encontrado antes y corrió de inmediato hacia los dos demonios que estaban frente a ella en medio de la oscuridad.

IMPERIUS. La leyenda de Black Dragon.  [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora