No sé si podré resistir esto.
De las cosas que pasaron estos últimos días, esta pordía estar entre las peores.
Luego de mi ''revelación'' Neo no hizo preguntas; simplemente dijo: ''Esto es una mierda'' y eso fue todo.
Nos quedamos dormidos. Lo siguiente luego del sueño, fue una pesadilla.
Sentí algo húmedo bajo mi cuerpo, estaba tirada en el suelo así que abrí los ojos y pensé que tal vez me había caído de la cama. Mientras mis ojos se acostumbraron a la oscuridad, noté con pánico que ya no estaba en mi habitación y que lo húmedo era sangre.
Me levanté y mi cabeza y costado chocaron con algo viscoso y pesado conforme me levantaba. Al parecer estaba acostada bajo esto. Con miedo de que cayera sobre mí di un paso atrás.
Encendieron las luces.
Caí de espaldas de la impresión al ver que con lo que había chocado era con un hombre, abierto desde la garganta hasta su pelvis y ciertos órganos estaba colgando, pero ciertas partes no, estas estaban sujetas con lo que parecían alfileres gigantes... me recordó a esas ranas que solemos disecar en clase de biología.
Me puse de pie y traté de controlar las ganas de vomitar como pude pero la sangre en mi cuerpo no me lo dejaba fácil. Eso fue lo más repulsivo que podría haber visto jamás.
—Hola, querida y linda Anika.
Cerré los ojos buscando en la oscuridad de mi mente algo que me asegurara que esto no estaba pasando.
—Es impresionante como el pasado viene a por ti, y en estas circunstancias —bufó—. Oh, por favor, habla. Esto tiene un dispositivo de escucha; quiero saber qué opinas.
—Enfermo hijo de puta. —Grité mirando al techo, imaginando que mi padre me veía desde allí, aunque no habían cámaras a la vista.
No fue sino pronunciar esas palabras y caí al suelo cegada de dolor. Otro choque eléctrico.
—Cuida las palabras hacia tu padre, niña —gruñó este.
—No tengo padre. —Un silencio. Supuse que estaba pensando darme otro choque eléctrico así que rápidamente dije—: Mi padre ya no existe. Dejó de existir en el momento en el que se unió a la mafia rusa. Dejó de existir cuando me encerró aquí. El que se hace llamar mi padre es sólo un hombre que se escucha como él, y tal vez se vea como él, pero NO es él.
Escuché como mi padre reía:
—Ay, Anika —dijo con desdén—, desde que eras pequeña supe que esta obstinación no era nata de mí, lo habías heredado... de ella. —Escupió eso último.
—Mejor la obstinación de mi madre a ser sumisa como mi padre. —Sabía que no me iba a perdonar eso último. Me dije que si me iba a herir y no iba a poder salir de aquí en un largo tiempo, mejor hacer que valiera la pena—. Culpar a tu hija pequeña por los errores de un adulto. MALDITO COBARDE. Ojalá ya no tengas a Bratva tras de ti, o mejor dicho, sobre ti; cuando salga de aquí te haré pagar por esto.
Otro silencio. Esperé el choque pero sin embargo nunca llegó.
—No te preocupes por hablarme así, Anika, esta pequeña ''reunión'' no es para charlar y ponernos al día. Vamos al punto: Hacerte sufrir.
De repente algo raro ocurrió con la pared a mi izquierda, esta se giró como si fuera una puerta y dejó al ver a una persona.
Dejé de respirar de repente. Era Neo.

ESTÁS LEYENDO
Cordura
Mistero / ThrillerLas pruebas por las que Anika debe pasar son fuertes, pero no sólo físicamente sino mentalmente. Escribir parece ser la única manera de salvar lo único que no puede ser herido: Su mente. Pero no está sola, y el no saber en qué confiar y en qué no...