Me desperté con esa sensación extraña que te produce un sueño lindo que te envolvió por completo, me senté al pie de la cama y analice todo.
Sabía que era un sueño y que ahí se quedaría por más que yo quisiese así que comencé con mi día.
Me metí al baño y me di una ducha, después me fui a mi habitación y me cambie para tomar el desayuno con mis padres.
¡Aurea!- grito mi madre.
¡Vooooooy ma!- grite a modo de contestación.
Inmediatamente me dirigí al patio trasero de la casa ahí se encontraba mi madre.
La busque con la mirada y pude darme cuenta que se encontraba bajo aquel roble viejo en el que algún día coloco un columpio para mí, pero ahora solo estaba adornado por una banca de madera, mi madre acariciaba el roble con melancolía y eso me puso nerviosa así que corri hacia ella.
¡Mami!- le dije cuando llegue a la banca.
Mi pequeña- me dijo y me acaricio el rostro.
¿Que te sucede mami?- le dije pues veía una tristeza enorme en sus ojos.
Sus ojos se llenaron de lágrimas para después desbordarse en un llanto silencioso, no supe que hacer, no sabía que pasaba, atiné a abrazarle con todas mis fuerzas.
Se calmó un poco y me miró.
Hija, yo no quiero ponerte en contra de tu papá por qué el nunca va a dejar de serlo, pero prefiero que te enteres por mi y no por otras personas- hizo una pausa para dejar salir un suspiro doloroso- tu padre me ha engañado por más de 20 años- dijo y sentí que mi mundo caía a pedazos.
Pero,... ¿Cómo se atrevió?- dije molesta- yo tengo 27 años- chille del coraje.
Hija no te martirices por algo que no vamos a entender como ha Sido posible- dijo con esa calma que siempre tenía.
Lloramos inconsolable a, esto fue algo que a mí me afectó demasiado, estudie hasta la preparatoria por qué la economía de nuestro hogar no alcanzaba para costearme una universidad, comencé a trabajar a los 15 para ayudar a mi madre por qué enfermo y cayó en cama por poco más de medio año pero ahora entiendo el por qué de las ausencias de mi padre.
¿Cómo te enteraste?- pregunté con rabia.
Ayer tu padre olvidó su cartera y me mandó un mensaje por Whatsapp y me dijo que me iba a mandar su ubicación para que se la llevará por qué tendría un asunto importante y no podía regresar por ella- suspiro.
Llegué al lugar y estaba con una hermosa mujer de cabello castaño y de un cuerpo escultural, eso me impresionó demasiado e hizo que yo sospechara algo- pauso.
Yo contenía mi rabia por ver afectada de esta manera a mi madre.
Me acerque y pude darme cuenta que ella entrelazó sus dedos como cualquier pareja lo hacía, pero no quise armar un escándalo, cuando tu padre me vio se soltó discimuladamne y se levantó para que yo no llegara hasta donde ellos se encontraban, oh gracias es que aquí traigo unos número importantes, trato de explicar muy nervioso-
No dije nada solo lo observaba y asentir con la cabeza, me quería marchar por qué sabía que algo malo iba a ocurrir y sabía de qué se trataba-
La mujer se acercó y me extendió la mano diciéndome "hola, soy Natalia" con una enorme sonrisa, en ese momento no supe que decir me quedé callada observando detenidamente cada parte de ella, hasta que tu padre respondió "ella es Aurea mi secretaría amor" dijo esto sin una pizca de remordimiento- dijo y lloro de nuevo.
Solo me despedí de ella y no podía creer lo que acababa de suceder, pude sentir pena debido a que ella también posiblemente estaba igual de engañada que yo, comprendía por qué tu padre tomaba supuestos turnos nocturnos y aquí solo estaba en las mañanas por eso no lo veíamos por eso todo esto estaba pasando-
Mamá el no vale la pena- dije limpiando sus lágrimas.
Lo sé hija, y tan no vale la pena, hoy por la mañana fui al registro civil de Velazco dónde fue que nos casamos y no hay acta de matrimonio conmigo pero si con Natalia Abreu- dijo con pesadez.
Veía como el rostro de mi madre decaía cada vez más.
Hija jamás estuve casada, jamás fui una señora si no todo lo contrario fui la querida a la que nunca reconocieron, era por ello que jamás convivimos con tus abuelos paternos, ellos no sabían que había un matrimonio, por eso cuando los encontrábamos te ignoraban por completo y nosotros pensando que jamás te quisieron, ese no era el problema, el problema fue que vivimos una mentira- dijo mi madre y fue donde perdí la cordura.
Salí corriendo, me subí en mi auto y maneje hasta donde alguna vez mi padre me llevo diciendo que era casa de mis abuelos, fue entonces que recordé que me hacía quedar en el auto para que no bajara a su casa que por qué ellos habían peleado.
Era domingo y me metí a la casa sin permiso pase a los guardias y en la entrada al personal que me abrió las puertas, camine sin rumbo era una casa enorme y lujosa y fue entonces cuando escuché voces y risas.
Me dirigí hasta el lugar para encontrarme con quién fuera que estuviera ahí, me di cuenta que era un patio trasero así que llegue hasta donde provenían las risas y ahí estaba mi padre abrazado de una mujer tal como la describió mi madre, un par de ancianos a los que conocía como abuelos y tres chicos uno le calculaba unos 19 era un chico, otro de unos 15 y una pequeña de unos 12 años.
Buenos días, disculpen interrumpir de esta manera pero tengo que hablar con Zacarías y sus padres- dije de una manera hostil.
Esto preocupo a la par de ancianos y se levantaron de inmediato, pero la cara de mi padre era épica estaba blanco del susto.
¿Sucede algo malo?- pregunto la señora.
No tan malo no se preocupe son cosas del trabajo, sucede que la secretaria que vio usted ayer tuvo un percance con unos empresarios y me toca arreglar esto a mi yo soy su segunda en estás actividades pero si es de suma importancia así que no se preocupe- dije sonriendo lo más que pude
Por aquí señorita ...- pregunto el abuelo Fortino.
Camine después de mi abuela Margarita y ellos detrás de nosotros hasta un despacho alejado de dónde nos encontrábamos.
Se que esto no es de trabajo así que habla- ordeno mi abuela
Obviamente no lo es... Abuela- dije y su rostro se contrajo por el impacto de la noticia.
¿Que, que estás diciendo?- dijo con las palabras arrastradas
Pasa, abuela que aquí tu hijo es un mentiroso, soy Aurea Sorel Pedraza hija de Zacarías Sorel Armenta y Aurea Pedraza Coto.- dije y ellos abrieron los ojos enormemente.
¿Que está diciendo esta niña?- grito mi abuelo
Lo que escuchas- saque mi cartera y les enseñe mi identificación y una foto que siempre traía de ellos en su boda- estas son mis pruebas y mi partida de nacimiento te la podré mostrar con más calma o si quieren ir a Velazco vamos al registro civil para que corroboren con sus propios ojos todo lo que les estoy diciendo.- dije mirando con asco a mi padre
No lo necesito- dijo la abuela y me abrazo.
Era la primera vez que rechazaba un abrazo sentía que mil cuchillos eran incrustados en la piel que tenía contacto con la de ella
Dime todo lo que ha pasado- dijo mi abuelo.
Mis abuelos corrieron a mi padre y después de ello pase 2 horas platicando con ellos de todo lo sucedido y estaban incrédulos por tanto engaño y la doble vida que había llevado su hijo por más de 20 años