Liam
El ver el futuro de mi princesa me hizo sopesar en lo que realmente ella se merece, no puedo dejar que Zoey la destruya, puede llegar a ser muy peligrosa y es algo que Aurea no sabe, me ha quedado claro que Zoey usará a nuestro hijo en contra de nuestro amor y lastimar a mi Aurea no está en mis planes, definitivamente necesito hacer algo que no le lastime.
Sumergido en mi problema existencial no me di cuenta de que Aurea me había llamado 2 veces, me hizo una tercera llamada que no alcance a responder, algo dentro de mí me impedía llamarle y saber cómo se encontraba después del altercado con Zoey.
Pase de largo a sus llamadas, pospuse el viaje a su casa en la playa todo entre nosotros lo evitaba no sé si pensé que era lo mejor para evitar que ella sufriera por el constante acoso de Zoey.
"Liam, me siento mal acompáñame al doctor", "Liam tengo antojo de esto y no puedo conseguirlo", "Liam, Liam, Liam"
En otra época en mi vida eso me tendría fascinado pero ahora me causa tremenda jaqueca que no puedo evitar estar molesto todo el tiempo.
¡Oh, aquí estás!- dijo molesta mi hermana Katie- ya respóndele el celular a esa loca, el pitidito de su voz lo tengo en mi oído y te juro que si no respondes la iré a matar hasta su casa- dijo colérica.
Suspiré de manera muy escandalosa.
Lo sé, es por eso que no respondo-
Pues si pero a mí ya hasta me amenazó con que si no te paso que no conoceré a mi sobrino o sobrina- puso los ojos en blanco- discúlpame pero mientras ella esté cerca no me verás ni siquiera tocando a ese bebé-
Créeme que es lo mismo que yo pienso pero es mi hijo-
Ya, ya, ¡contesta ahora!- dijo apuntandome en cuanto observo la pantalla de mi celular encenderse.
Tome una buena respiración para que no perdiera la paciencia nuevamente con ella.
¿Que quieres?- respondí
Así saludas a la madre de tu futuro bebé- dijo molesta.
En serio, ¿Que necesitas?-
Acaso lo has olvidado, hoy nos dirán el sexo de nuestro bebé, Liam te dije que lo agendaras- me di una bofetada mental pues yo lo había pedido- ¡Estoy esperándote!- gritó.
Ya voy, en 15 minutos te veo- le respondí y colgué la llamada antes de que me hiciera otro de sus típicos berrinches.
Y fue así como 15 minutos después llegué por ella.
Me costaba admitirlo pero verle me hacía rebobinar todo lo que estaba en mi mente, los hermosos momentos que pase a su lado pero sobre todo su engaño, pasar de más a menos me afectaba, por unos segundos al verla pensé que era tan hermosa, y era lo cierto era una chica bastante atractiva por fuera aunque por dentro fuera una persona horrible.
El hecho de pensar que Zoey aún causaba estragos en mi, me hizo preguntarme si amaba a Aurea de verdad o solo era mi salvavidas.
Esa pregunta giro en torno a todo lo poco o mucho que he estado con Aurea, ahora habían más cosas que me hacían pensar si estaba haciendo lo correcto o no.
¿No me vas a abrir la puerta?- me grito Zoey.
¡No! Tu puedes hacerlo, y a mí no me estés gritando- le hable enojado.
Sin más se subió al auto y nos fuimos a la clínica, no pasamos más de 15 minutos a la espera de que la llamarán ya estando en la sala. Estaba muy nervioso que aún sin quererlo transportaba, había algo que no se por que me tenía de esa manera.
Bueno, aquí está su corazoncito, y por lo que veo no hay ningún problema, ¿Quieren escuchar sus latidos?- pregunto la ginecóloga, a lo cual asentimos solamente.
Presionó un par de botones en su tablero de la máquina y de repente se escuchó el "bom bom" de ese pequeño ser que crecía dentro de Zoey, las lágrimas amenazaban con salir de mis ojos y no quería permitirlo no frente a ella pero no lograba contenerme.
Bueno, ahora a lo que vinieron, ¡Felicitaciones, es una princesa!- dijo con emoción la ginecóloga.
Ya no pude contener mis lágrimas, la emoción me gano y abrace a Zoey para después besarla.
¡Si! Esto nos tomo por sorpresa a ambos, aún que el beso solo fue un pico en los labios había Sido un beso de amor estaba seguro de que no solo fue la emoción.
Te amo Liam- me dijo ella al lograr abrazarme nuevamente.
Lo inesperado había llegado a mi vida, siempre deseé tener una pequeña siempre lo quise y mi sueño se volvía realidad, no podía dejar de pensar en ello y tampoco podía seguir lastimando a Aurea, estaba confundido y no podría soportar hacerle daño a la persona que cuando más necesite apoyo estuvo ahí dandomelo sin pedirlo.