Capitulo 15: El comienzo del fin... Segunda parte

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La blancura infinita inundaba la vista de ambos enemigos, caían en un vacío interminable. Pero eso no los detuvo para comenzar la pelea.

Rafael con su mano derecha se aferraba al hombro de DIO y estaba golpeando repetidamente su rostro con fuertes puñetazos y reveses de su dorso, e inexplicablemente mientras caían en el interior del portal, el pelinegro recuperaba su musculatura hasta volver a ser normal junto con su estatura original; por lado de Dio el rejuvenecía hasta volver a su apariencia de cuando tenía diecisiete años, aún superando la estatura del muchacho pero sorprendiéndose otra vez de perder sus poderes. No obstante el rubio se cansó de recibir los golpes.

El muchacho británico golpeo con su puño diestro las costillas del mexicano con gran fuerza, sacándoselo de encima y golpeando una vez más ahora en su costado para sacarle el aire, ahora él sujetándolo con firmeza dobló su cuerpo para empezar a darle varios rodillazos en su estomago y abdomen de manera rápida y violenta. 1, 2, 3... 9 rodillazos consecutivos, dando un décimo rodillazo, siendo este mucho más fuerte que los anteriores; el pelinegro sintió cómo sus órganos fueron impactados con bestialidad y se comprimían dentro de su cuerpo por la fuerza que estaba recibiendo en el ataque de DIO y por un segundo creía que perdería el conocimiento por eso... ¡Pero se rehusaba a ceder!
Con coraje y fuerza apresó la rodilla de DIO con sus brazos presionando de tal forma que estaba lastimando la articulación, pero en vez de ejecutar una llave para romperle la pierna y aprovechando la falta de gravedad y cero resistencia del aire, contorsiono su cuerpo para propinarle una patada a alta velocidad que no vio venir el ex-vampiro, sin poder proteger su cara recibió de lleno todo el empeine derecho del humano con toda su fuerza; en cuanto hizo contacto el pie del mexicano, libero la rodilla de su oponente y lo mando a volar en dirección hacia donde la fuerza terminaría: Lo mando hacía abajo cómo si fuera una bala.

Rafael se impulsó con todas sus fuerzas usando la pose de Superman para golpear al ex-vampiro con su puño extendido y acertando justo en el centro de su estomago y darle un segundo puñetazo que también le devolvió el rubio en su cara. Una vez más estando juntos empezaron a intercambiar golpes el uno con el otro; un puñetazo en la boca, un golpe en la sien, una patada en el estomago, un rodillazo en el costado cerca del hígado, un cabezazo en la nariz; la pelea entre ambos jóvenes se volvía cada vez más violenta conforme caían en el vacío que no parecía tener fin aparente... Hasta ahora.

Una nueva luz apareció desde el "fondo" , un raro brillo purpura o morado pálido los cubrió, transportándolos directamente a Los Bosques Susurrantes, más específicamente sobre la choza de Madame Razz, cayendo sobre ella y destrozándola en el proceso creando una gran nube de polvo.

Cerca del pequeño claro donde se encontraba la choza, de los arbustos salía una mujer muy anciana de piel rosa muy oscuro; vistiendo un extraño musgo verde alrededor de su cuello, una túnica purpura y grandes y gruesos anteojos. En ambos brazos y manos tiene varios brazaletes y anillos junto con un pendiente de aro en su oreja derecha. Una enorme y gigantesca melena de cabellos grises acompañada de varias mariposas y se apoyaba al caminar con una escoba muy vieja y maltrecha. Al salir por completo de aquellos arbustos se veía que en su brazo izquierdo colgaba una cesta llena de bayas silvestres. Al dirigir su vista a su hogar se vio sorprendida al verla completamente destruida, pero solo eso, no había tristeza o enojo, solo sorpresa.

"Vaya, ¿pero que pudo haber sucedido aquí? ¿Y por qué hay tanto polvo? *toser*"  Madame Razz se acercaba más al punto de impacto mientras agitaba su mano donde todavía tenía las bayas colgando para apartar el polvo sin mucho éxito. Luego con sorprendentes reflejos se apartó del camino de un objeto que salió de su antiguo hogar y rodar por el suelo, pero al ver detenidamente que era, resultando ser un joven muchacho rubio que después se levantó de un salto desde el suelo para estar de pie en una posición ligeramente encorvada cómo si imitara la postura de un animal depredador con sus manos al frente simulando ser garras. Una exhalación primitiva salió de la boca del rubio junto con un ligero vapor frío. Razz no sabía quien era ese sujeto pero inmediatamente supo que no le agradaba ni en lo más mínimo.

She-Ra y Las Princesas del Poder: El que no Debió ExistirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora