Capitulo 12: 2 mentes. Un desierto. Mucha Ira.

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El movimiento de la arena se debía a sus ardientes y quemantes vientos, grandes nubes de polvo se interponían en la visión de cualquiera con deseos de cruzar este páramo olvidado de la mano de Dios; La ley del más apto y de los fuertes era la vigente en esas tierras por su flora y fauna poco ordinaria o convencional... Pero el rugido de un motor de automóvil mezclado con el constante gruñido de una bestia de gran tamaño menguaba todo intento de las criaturas cercanas para atacarla. Y atravesando la nube de polvo, una extraña amalgama de un canino de enorme tamaño fusionado con maquinaria cruzaba velozmente este peligroso desierto.

Justo encima de la cabeza de la imponente criatura, Randall montaba sin ningún problema mientras observaba con rostro serio el desierto y detrás de él, una especie de cabina con asientos y cinturones de seguridad, estaban Adora, Bow, Catra y Glimm...

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Justo encima de la cabeza de la imponente criatura, Randall montaba sin ningún problema mientras observaba con rostro serio el desierto y detrás de él, una especie de cabina con asientos y cinturones de seguridad, estaban Adora, Bow, Catra y Glimmer con rostros ligeramente aterrados e impresionados por su situación; montaban a un extraño ser hecho de arena que no se sentía como tal de más de cinco metros de altura que corría a una gran velocidad y que quien controlaba a la criatura era su amigo porque era un Stand esta cosa, y lo curioso para Catra y Adora era que esta vez el cabello de su novio no cambio en lo absoluto, seguía siendo su mediana melena negra.

"Si mantenemos este ritmo llegaremos en solo tres o cuatro viajes más, mucho antes de que empiece el atardecer; así tendremos tiempo para saber un poco más de los primeros y tal vez más de ti, Adora."  Comentó el muchacho sin dejar de mirar al frente con aire optimista para aligerar el pequeño ambiente tenso del viaje por la inesperada aparición del Stand de arena.

Funciono perfectamente, pues desde antes de llegar al desierto y poco después de salir del palacio sin decir nada a Angella, Adora les dijo que resultaba que ella era de la misma raza de los primeros y que fue Hordak quien la trajo aquí a Etheria en una de sus incursiones; las preguntas en las cabezas de todos estaban revoloteando por salir, pero ninguno se atrevía a decir nada para incomodarla más o hacerla sentir triste, solo pudiendo darle palabras de aliento y animo para seguir. Cuando llegaron al Desierto Carmesí, estuvieron caminando como por cerca de dos horas pero el paisaje casi no cambiaba, cosa que desespero al muchacho de piel pálida he hizo uso de sus poderes para avanzar más rápido; según la última señal de Bow antes de que dejara de funcionar su mapa, debían seguir en linea recta por varios kilómetros hasta llegar al centro del desierto.
Ya iban cerca de los cuarenta minutos limite del poder de Randall, dando aviso que ya estaba en su limite, se detuvo cerca de una zanja de arena y roca de gran tamaño para que todos cayeran y se deslizaran por la arena sin lastimarse.

"Maldición... *Jadeo de cansancio* Me hubiera gustado ir más lejos... Pero era todo lo qué podía dar por ahora, ufff..." Dijo sentado en la arena y tratando a agarrar el aliento.

"No te sientas mal, amigo, ya nos trajiste bastante lejos de lo que probablemente tardariamos más en caminar. Además, este lugar no está tan mal, esta área es muy bonita por los extraños cactus floreados de allá."  Dijo Bow con su típico buen humor, recibiendo asentimientos de Catra y Adora junto con una mirada de satisfacción de Glimmer que veía un pajarito volar cerca de ellos.

She-Ra y Las Princesas del Poder: El que no Debió ExistirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora