Decimo Cuarta

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Kuro volvió a entrar a su casa una vez te perdiste en el horizonte, tenías razón y él no podía negarlo, el hecho de haberte vuelto a lastimar lo carcomia por dentro.

— ¿Tetsuro qué sucede?

El pelinegro se tenso ante la voz de su amigo, recordó tus palabras y mientras observaba al menor noto lo dañados que estaban ambos por culpa de esa relación, Kenma no tenía a nadie más que a él, y él no podía tener a nadie mientras el más bajo se lo impidiera.

— Ken, tenemos que hablar sobre esto, yo... Yo de verdad quiero a Tsukishima.

El cuerpo del menor se encogió ante esas palabras.

— ¿Lo quieres más que a mi? ¿Es eso? ¿Me vas a dejar para irte con él Tetsuro? ¿Me dejaras solo?

Ahí estaba otra vez, ese Kenma pequeño que no tenía a nadie, que no dejaba a nadie acercarse, ¿Por qué era así? Quizás porque nunca necesito a nadie más que a su amigo de la infancia, sin saberlo los dos se habían aislado del resto de las personas, ambos se creían libres en esa relación, pero sinceramente ninguno quería que el otro se fuera, eso había llevado a que Kuro sobre protegiera a su amigo, alejandolo de todos los que pudieran lastimarlo, y al mismo tiempo había desarrollado en ambos una necesidad insana de que el otro fuera suyo, solo suyo. Kuro tenía amigos en su carrera, Kenma también los tenía, pero ninguno era tan importante, al final siempre iban a ser ellos dos.

O no.

— Ken esto no está bien, no estarás solo, seguiré aquí, pero quiero tener una relación seria con Kei, yo de verdad, de verdad lo amo.

— Eres todo lo que tengo Tetsu, si te vas con él yo estaré solo.

— ¡No lo soy Kenma por Dios! Tu puedes estar con quien quieras, solo tienes que tener confianza en ti mismo.

— ¡Y si me hacen daño! Tu lo dijiste, la gente me va a querer hacer daño porque soy pequeño y no se actuar normal con ellos, recuerdas, soy asocial y todas las personas que conozco podrían jugar conmigo ¡Tu lo dijiste Tetsuro!

— ¡Pues te mentí Kenma! Yo solo, solo no quería que te alejaras de mi.

El silencio reino en la habitación, ambos se miraban a los ojos, pareciendo entender por primera vez lo que estaba pasando en su retorcida relación.

— Yo creí en ti Tetsuro, fuiste la única persona que estuvo a mi lado, mi mejor amigo, ¿Por qué harías algo así?

El menor estaba enojado, por primera vez en su vida Kuro estaba viendo a Kenma enojado.

Al no recibir respuesta alguna el rubio comprendió todo, había sido manipulado, había sido así desde siempre y nunca lo noto. Se había creído el verdadero conductor pero no era así, nunca había sido así.

Ese fue el fin, Kenma corrió a buscar su abrigo y salió de la casa, no sin antes advertirle a Kuro que no intentara comunicarse con él.

El pelinegro solo pudo atinar a sentarse a pensar, no había nada más por hacer, todo parecía perderse y lo único que quería era volver hablar contigo.

...

— ¿Así que no pudiste tener tu cena? Ay Tsukki eso es terrible.

— Bah podría haber sido peor, por lo menos espero que hable con Kozume sobre esa cosa rara que tienen.

Akashi asintió ante tus palabras, ya que no habías podido concretar tus planes con Kuro decidiste llamar a tu amigo para charlar y comer pizza. El pelinegro estaba siempre disponible en la noche siempre y cuando no fuera época de proyectos, y para tu suerte esa época había pasado hacía un mes.

— Siempre dije que había algo muy raro entre ellos, pero Kuro lo negaba a capa y espada — mencionó el mayor llevando el trozo de pizza a la boca.

— Creo que todo lo que han pasado a sido demasiado tóxico, yo me niego a pasar algo mínimamente parecido.

— Y es completamente entendible Kei, nadie inteligente se sube a un barco que ya se hundió una vez sin asegurarse de que hicieron reparaciones.

— Tus metáforas de barcos son encantadoras Kashi.

El solo sonrió ante tu comentario y siguió con su pizza, tu en cambio revisaste tu celular - el cual habías silenciado - para verificar si no había pasado nada grave, por suerte lo único que viste fue un mensaje de Kuro.

“Hable con Kenma, no será un impedimento, de verdad quiero estar contigo Tsukishima” rezaba el texto, y negando a tu lado racional decidiste contestarle.

Espero que estés seguro
de esto Kuro, no volveré
a permitir que me dañes

Nada más, eso fue lo único que tenías que decir, estabas algo harto de todos los dolores de cabeza que te había causado el mayor, pero la imagen de sus brazos alrededor de tu cintura hicieron que una boba sonrisa apareciera en tus labios.

— Tal parece que no eres demasiado inteligente — el comentario de Akashi te saco de tus pensamientos, aunque su mirada burlona no concordaba del todo con sus palabras.

— Dejémoslo en que soy temerario.

— Ya, solo prometeme que tendrás cuidado, no quisiera perderte otra vez.

— Ey, no me vas a perder, estoy varado en Tokio hasta que termine la universidad y ninguna mala relación hará que me aleje de ustedes, son mis mejores amigos.

Alcanzaste su mano y la sostuviste con fuerza, a veces olvidabas lo importante que eras para ese chico, que debajo de su imagen de hombre frío e inalcanzable estaba un muchacho amable a más no poder y que te quería muchísimo. Nunca hablaban de esa época en la que no podían encontrarse, él sabía que tu la habías pasado mal y lamentaba mucho no haber podido estar ahí contigo, solías compararlo con una madre sobre protectora que no había cuidado lo suficiente a su bebé.

— Te quiero mucho Kei — dijo abrazandote — No quiero que nos volvamos alejar jamás.

No te sorprendiste, el tenía miedo de que te dañaran otra vez, y tu solo querías asegurarte de que si eso pasaba el no saldría dañado también.


||Este capítulo ha sido uno de los más complicados de escribir, lamento mucho la espera, ojalá les guste ||

La dramática vida de Tsukishima KeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora