Epílogo

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— ¡Kei apresurate que tenemos que llegar en 20 minutos!

La voz de Akaashi resonó a través de las paredes haciéndote temblar, en realidad ya estabas preparado, por lo menos físicamente, para la ocasión, pero tu corazón latía tan desbocado que de verdad llegaste a pensar que te daría un paro.

Una vez más te miraste al espejo para asegurarte de que todo estuviera en su lugar, tu traje negro está impoluto, tu cabello estaba peinado en una media cola adornada con una hebilla dorada, tus lentes de montura negra parecían brillar, pero aún creías que algo faltaba en tu estampa.

La puerta de la habitación se abrió dejando ver a un muy bien vestido Keiji, el cual tenía un traje blanco con detalles en negro, con un pequeño niño en brazos, el cual parecía un muñequito por su esmoquin miniatura.

— Kei el chófer nos espera, Kuro está en la capilla ya, vamos.

El pequeño estiró sus manitas hacía ti así que lo tomaste en brazos, antes de seguir a tu amigo hacía la limosina que te llevaría al lugar.

— ¿Nervioso?

— Keiji siento que moriré en cualquier momento — dijiste ahogando un pequeño grito —. Y si se arrepiente y se va, no podría aguantarlo.

— Kei, ¿Si sabes que estás hablando del hombre con el que llevas viviendo siete años no?

— Aún así este es un gran paso, y si se da cuenta que no está listo.

— Tío Tetu no es tonto — resonó la tierna vocesita a tu lado.

— Ryuzo tiene razón, Tetsuro no es tan idiota, lleva soñando con esto desde que se fueron a vivir juntos.

Acariciaste el cabello de tu ahijado con suavidad, y el te dio una sonrisa en respuesta, una sonrisa de búho, si bien no era hijo biológico de Bokuto a veces creías que podrían ser clones.

Llegaron a destino en apenas diez minutos, todo estaba listo para que empezarán, Ryuzo recibió los pétalos y Rei - que estaba con su traje de gala - tenía los anillos. Les diste a ambos un beso en la frente, y despediste Akaashi con un abrazo, el estaría esperando en el lugar del padrino en primera fila.

Cuando la música empezó las puertas se abrieron de par en par, dejando ver la preciosa capilla que habían alquilado para esa ocasión. Tu padre se acercó para poder guiarte hasta el altar, creíste ver una lágrima rebelde escapar por sus párpados pero no dijiste nada.

El camino hacia el altar te pareció eterno, pero al llegar ahí solo pudiste dar las gracias, Tetsuro te estaba esperando con los ojos brillantes y una enorme sonrisa, su traje blanco sacaba a relucir su piel bronceada, no pudiste dejar de temblar por la emoción hasta que tomo tu mano.

— Familiares y amigos, esta tarde estamos aquí para unir en ley a estos dos jóvenes, jóvenes que han demostrado que juntos son invencibles, así que si no hay nadie en contra, voy a proceder.

El silencio reino en el lugar, ignorando algunas personas que habían empezado a llorar.

— Kuro Tetsuro, ¿Aceptas a Tsukishima Kei como esposo, para amarlo y respetarlo en las buenas y en las malas, tanto en la salud como en la enfermedad?

El pelinegro deslizó la argolla dorada en tu dedo anular, mientras su sonrisa se expandía.

— Acepto.

— Tsukishima Kei, ¿Aceptas a Kuro Tetsuro como esposo, para amarlo y respetarlo en las buenas y en las malas, tanto en la salud como en la enfermedad?

Tu mano tembló, pero deslizaste la argolla a lo largo de su falange, atreviendote a dejar un beso en el dorso de su mano.

— Acepto.

— Por el poder que me confiere la ley, los declaro de ahora en adelante esposos, puede besar al novio.

Kuro te tomo por la cintura de inmediato, buscando tus labios con ansias escondidas, para terminar en un dulce beso que fue vitoreado por toda la audiencia.

La ceremonia termino con un aplauso y un montón de personas se acercaron a felicitarlos, la fiesta sería unos días después y por eso la mayoría se despidió de inmediato.

— Hey hey hey, entonces está hecho, mis mejores amigos ya son esposos — la voz de Bokuto resonó por todo el lugar mientras corría hacia ustedes, detrás de él Akaashi llevaba a Ryuzo en brazos.

— Bro de no ser por ti esto probablemente no hubiera pasado, de verdad te lo agradezco.

Kuro abrazo a su amigo con fuerza, mientras tu mirabas enternecido la escena Keiji llego a tu lado.

— La recepción va ser genial ya lo verás.

— Estoy seguro que sí, tu te encargaste de todo.

El te dio un golpecito amistoso en el brazo y luego se despidió diciendo que su pequeño estaba cansado.

— Nos vamos ya bro, mí bebé tiene que descansar — dijo Kotaro dándole un último abrazo a Kuro, antes de correr agarrar a su niño en brazos.

— Son una familia maravillosa — le dijiste cuando llegaste hasta él.

Él abrazo tu cintura y te dio un beso en la frente.

— Si que lo son, pero sabes que, seremos mejores que ellos.

— Idiota, tienes que dejar de ser tan competitivo — dijiste dándole un beso en la mejilla.

— Si si, lo haré — suspiro — ¿Estás feliz Kei?

— Más de lo que he estado nunca.

En su rostro se formó una hermosa sonrisa, que solo se borró cuando tomaste sus labios en un beso.

Tu vida había sido un caos lleno de drama y relleno, pero habías llegado a la mejor parte de la historia, y ya no tenías miedo a dar vuelta la página.

Fin

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Hemos llegado al final de esta historia, espero de todo corazón que hayan disfrutado estos últimos capítulos y que les haya llenado su vida con un poquito de emoción, gracias por leer, comentar y votar, me hace muy feliz saber que hay gente que disfruta lo que hago.

Les quiero mucho, espero poder leerlos en alguna otra historia.

Atte: Aguz

La dramática vida de Tsukishima KeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora