Tercera

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No pegaste un ojo en toda la noche, simplemente no te fue posible, tu mente divago largo y tendido sobre todo lo que ocurriría tras el timbre de tu despertador.

Volviste a amanecer con ojeras de panda.

Sono el timbre y todos empezaron a levantarse y ordenar los futones por última vez, tu no te querías levantar.

-Vamos Tsukki, sólo será hoy, tienes que levantarte.

-No quiero- suspiras- ¿Tengo qué hacerlo?

-Si, capitán.

Yamaguchi te paso la mano para ayudarte, sentías que estabas más pasado que de costumbre, pero eso no pareció importarle a tu amigo, que te levanto como si fueras una pluma.

-Haz adelgazado, deberías comer mejor.

- Lo se, lo siento.

Él te miro con pena, sabía exactamente que pasaría cuando los sempais llegarán, y quería evitarlo, pero Yamaguchi sólo era Yamaguchi, así que te apoyo silenciosamente con un abrazo. Querías ponerte a llorar.

Ordenaron lo que quedaba de sus pertenencias, lo pusieron en sus respectivos bolsos y una vez todo estuvo listo se dirigieron al comedor. Afuera se oyo el grasnido de un cuervo, antes era un mal presagio, en ese momento fue para ti un sonido de apoyo de la madre naturaleza.

Cuando llegaron al comedor todos estaban ahí, sempais incluidos, saludaste en general y corriste hacia la mesa de tu equipo, ahí estaban Sawamura y Sugawara charlando con los chicos de primero, Nishinoya y Tanaka en cambio estaban poniéndose al día con tus compañeros. Evitaste ver las otras meses a propósito, pero no lo podrías hacer por mucho tiempo, todos de dieron la bienvenida con un "Buenos días capitán" que te erizo la piel, tu anterior capitán estaba ahí, sentiste que el puesto de quedaba demasiado grande de repente.

- Lo haces bien Tsukishima- oiste su voz-. Estos chicos saben de disciplina y se dirigen a nosotros con mucha educación, me alegra.

Miraste orgulloso a tu equipo, ellos de sonrieron y sólo pudiste asentir con la cabeza.

- La disciplina es lo primero que hay que lograr para que un equipo sea un buen equipo- dijiste-. Bueno, eso es lo que yo creo.

-Crees bien Tsukishima-kun.

-¡¡¡Pudiste recibir los remates de Ushijima!!!- la voz de Yasahi resono-. Wow eso es increíble Nishinoya-sempai.

-Verdad que lo es, pero estoy seguro de que tu estas cerca, oí que ya recibes los remates de Hinata.

-Lo intento, pero los rápidos son muy difíciles de atrapar.

-Algún día lo lograrás.

El chico asintió emocionado, diste una suave risa y luego te sentaste a comer, el desayuno estaba delicioso así que pudiste concentrarte en él y no en todo el parloteo de las otras mesas. Auque era difícil filtrar la estridente voz del ex-capitán de Fukurodani, Bokuto seguía siendo el mismo tipo insoportable de siempre, pero todos en tu mesa miraban con asombro a uno de los jugadores del equipo nacional. El único que había llegado tan lejos de ese lugar.

Cuando terminaste te levantaste para llevar tu bandeja a su sitio, evitarse pasar a su lado, pero no sirvió de mucho, sus miradas se cruzaron sólo un segundo y fue suficiente para que tu corazón latiera desenfrenado, como si hubieses corrido una maratón de 20 kilómetros. Kageyama noto tu cambio y corrió para dejar su bandeja también, te tomó del brazo y se dirigió al baño, tu sólo lo seguiste, demasiado absorto en la imagen de que habías visto hace unos minutos, Kuro estaba abrazando a Lev, Kenma a su lado jugaba distraído, entonces de miro, ¿Qué mierda estaba pensando para que su mirada se viera tan herida?

La dramática vida de Tsukishima KeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora