Armadura [USA x Rusia]

3.

Desde que fue pequeño escuchó una sola cosa: "un líder no puede ser omega".

Se lo creyó, lo tomó como su enseñanza principal.

Y se odió profundamente cuando un día cualquiera se le reveló de forma brutal que su casta era precisamente esa...

El primogénito de URSS resultó ser un omega.

Ya olvidó cuántas veces se rasguñó los brazos y piernas, deseando que todo fuera una mentira, que esas miradas de rechazo no existieran, que su celo desapareciera y todo terminara.

Nadie entendería lo difícil que fue resistir eso, hasta antes de que alguien le dijera algo que le quitó la venda.

—¿Y eso qué tiene?

Era un chico de otro continente, de ojos ocultos por lentes oscuros, de porte prepotente y de sonrisa burlona.

—¿Qué tiene que seas omega? —hizo una mueca—. Yo veo solo un niño bastante grande para su edad, que puede luchar por sus sueños porque sus puños son fuertes y resisten cualquier trabajo duro.

—¿Usted lo cree?

—A mí nadie me va a decir que un omega no puede ser un country líder —bufó, pateando levemente la culata de su fusil—. De ser así, estaría denigrando a mi propio hermano, y no lo puedo tolerar.

—Vaya... No sabía que usted tenía un hermano omega.

—Lo tengo —sonrió con ternura—, por eso puedo asegurar que tu casta no te define. Tú puedes crecer fuerte, ser un líder nato, llevar a tu gente al progreso si así lo quieres. Así que manda al demonio todo lo que escuchas y solo sigue.

Fueron palabras, solo palabras, pero eso le fue suficiente para sonreír, sentirse mejor, y quitarse un peso de encima.

—Gracias, señor América.

—De nada, Rusky —le despeinó los cabellos—. Ahora ve y pártele la cara al último que te dijo omega débil.

—¡Sí!

Tal vez desde ahí, le gustaba aquel idiota.