Armadura [USA x Rusia]

31.

—¿Me engañaste, Rusky?

Sus labios temblaban y solo pudo abrazarse más a su hijito de apenas unos meses.

—América...

—¡No! —no levantó mucho la voz para no asustar a su bebé—. No quiero escucharte —empezó a llorar—. ¡Cómo pudiste!

—América, perdón.

—¡Dijiste que me amabas y que estaríamos juntos siempre!

—América, solo fue una reunión.

—¡Fuiste con China!

—América en serio... Lo siento... Pero tú no ibas a dejar en paz si te decía la verdad.

—Te fuiste con él, ¡maldito infiel!

—¡Sólo fuimos en el mismo avión para la junta! —Rusia suspiró para calmarse—. Solo fue trabajo.

—No te creo nada —USA hizo un puchero—. Me voy y me llevo a Alex.

—Espera, no hablas en serio ¿o sí? —empezó a perseguirlo.

—Si te avergüenza llevarnos a tus reuniones. Pues ¡que te dé más vergüenza decir que te dejé!

—América por favor —miró a su bebé, quien dormía profundamente en brazos del americano—. Alex va a aprender tus dramas.

—Pues que sepa que eres un ruso tonto e infiel —siguió hacia su cuarto para hacer

sus maletas—. Nos vamos... Solo seremos Alex y su muy guapo papá alfa soltero.

—América —advirtió.

—Ojalá China te dé más amor que yo.

—América... Nadie podría amarme como tú...

—¿En serio? —se detuvo.

—Estás loco y eso es preocupante.

—Me ofendo, aunque no lo entendí —bufó antes de girar el rostro y seguir.

—USA...

—¿Ya no me dices América? —volvió a llorar.

—América... Sabes que te amo... —rodó los ojos, no sabía por qué siempre terminaban en una tontería como esa—. Ya deja el drama, dame a Alex y un beso.

—¿En serio me amas? —hipó entre sollozos.

—En serio.

Eso le bastaba a USA, se rendía ante esas simples palabras, porque Rusia casi nunca le decía que lo amaba por voluntad propia.

Era lindo escuchar un "te amo" de vez en cuando.