13.

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—Lo siento.

USA miraba a la chica delante suyo, y se preguntaba si la ushanka siempre estuvo en esa cabezota terca. Porque sería una lástima, ya que seguramente Rusia tenía un hermoso cabello que presumir.

—Di algo maldición —gruñó Rusia.

—¿Eres perro o qué?

Rusia respiró profundo para tomar paciencia, porque se estaba disculpando adecuadamente y no quería arruinarlo.

—No me gruñas —USA hizo una mueca antes de cruzarse de brazos.

—Me acabo de disculpar y solo te fijas en...

—De rodillas.

—No voy a hacer eso.

—Entonces no cuenta.

—¡Por eso no puedo tolerarte!

Silencio.

Lo que menos se esperaba Rusia por parte de aquel omega era eso: silencio.

No podía con eso, ni con el hecho de ser ignorada, por eso no dejó que el americano se fuera a menos que le dijera algo, lo que fuera.

Pero en realidad, no importaba si discutían por horas, solo quería ser perdonada.

—¡Ya! —USA se cansó—. ¡No puedo con esto! ¡Me recuerdas tanto a tu padre que me hierve la sangre!

—¿Qué tiene que ver él con esto?

—Sólo imagina lo que fue para mí ponerme en el frente de batalla... Y que tu padre me hiciera de menos siempre —suspiró—. Y sus palabras hirientes sobre mi aroma, tú las repetiste —apretó los labios—. Así que no puedo con esto.

—Yo no soy URSS.

—Pero eres su esencia completa —la miró un momento—. Ni siquiera puedes aceptar bien tu error y solo quieres que yo te perdone porque sólo quieres sentirte mejor y ya. No estás siendo sincera y así nada cuenta.

—¡Estoy siendo sincera!

—No me convences —hizo una mueca—. Así que me largo.

—Espera —volvió de detenerlo—. Solo escucha.

—Más vale que sea bueno.

—Extraño tu olor a orquídeas —suspiró mirándolo de frente—, porque me gustaba cuando era niña.

—Interesante —sonrió divertido—. Continúa.

—Sólo un par de veces pude percibirlo, y lo memoricé... Porque me da una sensación de esperanza entre tanto caos.

—Wow... Me gusta cómo vas. Continúa.

Rusia quiso insultar a ese americano presuntuoso, pero no quería volver a lo de antes.

—Me gusta tu olor y eso es todo —jugó con el único mechón que se escapaba de su gorrito—. Lo que dije fue porque estaba enojada por lo del incidente de... —habló demasiado y se maldijo internamente.

—Dime que pasó —USA necesitaba escucharlo.

—Nada.

—Rusia, vas a decírmelo ahora —enfrentó a aquella alfa, la miró de frente, porque iba en serio—. ¡Dime!

—Perdiste el control —apretó los labios—, y yo también.

Oh no.

El rostro de USA enrojeció de pronto, sin saber por qué, sin recordar nada, pero los peores escenarios se forjaron en su cabeza.

—¡Dime que usamos condón!

—¿Qué? ¡No!

—¡¿No lo usamos?! —entró en pánico y tembló-. Oh Fuck —empezó a hiperventilar—. CANY... ¡TENEMOS UN PROBLEMA! —quiso salir corriendo.

—¡No me refería a eso!

—No quiero volver a...

—¡No pasó nada más allá del beso que te correspondí!

Definitivamente USA la sacaba de quicio. Y legustaba de cierta manera estúpida y retorcida. Porque se volvía una histéricamuy sincera.

Armadura [USA x Rusia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora