𝙬𝙖𝙨𝙝𝙠𝙞𝙣𝙜 ┊ 𝙤𝙣𝙚 𝙨𝙝𝙤𝙩𝙨

Máquina

3:47 horas y la lluvia no dejaba de invitar al temblor las ventanas, simulándolas en fragilidad cohibida. Y sin embargo, el ruido de las gotas no podía introducirse, estruendoso, en sus recuerdos.

Diesisiete años habían pasado desde su muerte, diesisiete años en los que se juró tan perdido como un niño abandonado a su suerte, diesisiete años en los que se había deseado como Orfeo, pero sin voltear al profundo averno.

A veces, el cruel pitido de una máquina lo despertaba. Primero, constante...

Bip..., bip..., bip..., bip...
Bip..., bip..., bip..., bip...

Luego, se tornaba apresurado. Un cabalgar inquietante.

Bip, bip, bip, bip...
Bip, bip, bip, bip...

Y, finalmente, un sonido infernal, agudo. Y el temor lo embargaba.

Bipbipbipbipbipbipbipbipbip...
Bipbipbipbipbipbipbipbipbip...

Y despertaba, sudando, en llanto, y con la garganta seca. A veces, un grito le desgarraba las cuerdas vocales y, aunque se limpiara el sudor y las lágrimas, aunque saliera de su habitación trastabillando para refrescar su garganta; el pitido seguía, constante, agudo, fantasmal. Y, de nuevo, lloraba, acurrucado en el polvoriento suelo; recordando, añorando. Como ahora.

El retumbar del cielo lo acompañó, condescendiente, en su delirio. Pero él no escuchaba. O sí. Pero no la lluvia, ni las ventanas deseosas en ceder a sus gotas. Él, con las rodillas al suelo, con la espalda encorvada, y las palmas tomando en desespero su rostro, escuchaba, tortuosa, la risa previa al claxon. Luego, gritos. Sus ojos bañados en sangre. Sirenas, ¿la policía?, ¿una ambulancia?; quizá ambas. Finalmente, negro. Y, cuando abrió los ojos, en la camilla de al lado, el infernal pitido en aumento. Y, cuando pudo al fin voltear el rostro, las cenizas hebras se veían sucias, y su rostro se veía cansado. Y, cuando entendió, ya era tarde, no volvió a ver el azul de sus ojos.

-Lo siento, lo siento, lo siento...

Porque, quizá, si hubiera soportado su impulso por observarle al sonriente rostro, podría haber divisado el alto. Porque, quizá, si se hubiera mantenido atento, ahora sería su risa, y no el molesto pitido, lo que evocara su pensamiento. Pero, la realidad es distinta...

-Lo siento, lo siento...

El pasado no cambia, y él no podría nunca pisar el Inframundo, ni asir entre sus manos la oportunidad recitada en la vieja mitología.

.~°~.~°~.~°~.~°~.

Notas. (?).

✓ El mito mencionado es el de "Orfeo y Eurídice". Dado que hay varias versiones, tomé como base la de Ovidio, en sus Metamorfosis.

Aviso de una que los fics largos son la especialidad de Bella (que son hermosos, por cierto). De mí sólo podrán leer drabbles porque la imaginación no da para más.

Espero disfruten la dinámica~

_ᴍᴀɢᴅᴀʟᴇɴᴀ_