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El fuerte aroma de café se filtra entre su nariz, llena sus pulmones y le obliga a abrir sus ojos, ¿en qué momento los cerró? Mientras trata de enfocar su mala visión mañanera, van cayendo en piezas todos los eventos ocurridos el día anterior; la noticia de Bruce, su pésima manera de reaccionar, la partida de Anthony, y como cereza del pastel: la conversación (o monólogo) con Pepper.
Ahora que su vista mejora puede ver como los cristales rotos han sido recogidos y la chimenea sigue ardiendo,  voltea hacia al balcón y lo encuentra blanco, impoluto, la tormenta hizo de las suyas. Mueve sus piernas y los músculos de sus muslos le recriminan con dolor la mala posición en la que durmió, en el sofá, con su sudadero puesto y su celular en el bolsillo, su espalda se manifiesta con pequeños crujidos mientras se estira por completo. Verifica la hora en su celular; nueve de la mañana y quince minutos. Tony dijo que vendría hasta en la tarde, ¿entonces?
Buenos días señor Stark, el café está casi listo, ¿prefiere que prepare su desayuno ahora o hasta más tarde? dijo Jossie. Era el encargado de la limpieza del apartamento, la limpieza que su esposo y él no alcanzaban hacer, sacudir las habitaciones en desuso, evitar que las plantitas del balcón murieran por falta de agua, sacudir la chimenea y traerlos a la vida cuando se pasaban de fiesta. Peter aseguraba que era la representación física de la IA de Tony, pues pareciera saber que hacer, que decir y cuando era el momento adecuado para hacer acto de presencia en el apartamento.

Buenos días Jossie, y es solo Peter, te lo he dicho. Su voz por las mañanas es más ronca de lo normal, sonando a señor. Avanza a la cocina, sirve su café y se sienta en el desayunador, lo hace todo despacio y aún así sus músculos duelen, siente algodón dentro de su cabeza y la marea dentro de su estómago. Bebe de a poco, disfrutando el sabor y el olor que lo van llenando de calor, espantando el frío que ni sabía que tenía. Pero ahora que sentía como se iba marchando, sabía el momento exacto en que se instaló dentro de él, las palabras de Pepper, su mortífero "sin importar que lo pierdas". La rubia sin duda no se quedaba con nada, encontró las palabras correctas para torturarlo de manera permanente y todo por haber hablado un tono más alto de lo normal. Tomare una ducha, y cuando baje, puedes ayudarme a prepararme mi desayuno Jossie, gracias. Dijo mientras subía las escaleras aún con su taza en mano, escuchando el "Si señor Stark" que respondió el ¿mayodormo? ¿Amo de llaves? Llevaba cinco años conociéndose y aún no sabía cual sería la manera correcta de llamarlo.

La ducha fue rápida, no quería permanecer mucho tiempo en la habitación donde dominaba la colonia de Tony y el aroma corporal de este, le picaba detrás de los ojos cuando recordaba que fue la primer noche, después de cinco años, que no dormía con su esposo, y le picaba la garganta cuando recordaba que por su culpa es que había pasado. Es que era idiota. No había otra manera de llamarse, bueno sí, pero no era fan de las groserías, aunque en esta ocasión si las mereciera. Bajo las escaleras siguiendo el olor a waffles recién horneados, su estómago brinco ligeramente recordándole que todo el día de ayer había pasado sin alimento y consumiendo alcohol .
Una nueva taza de café, tres waffles aún humeando, había frente a el los frasquitos de miel de maple, de miel de abeja, de jalea de fresa, de crema batida, de avellana y un pedacito de mantequilla, todos colocados por Jossie, aunque este sabia que solamente los comía simples, aunque hablaba del mismo Jossie que le seguía diciendo "señor Stark" después de pedirle, por cinco años, que solo fuera Peter. Agradeció el desayuno y en completo silencio lo devoro, sonriendo mimado cuando terminando su tercer waffle ya habían servido los próximos dos. Termino su cargado desayuno y fue a hundirse una vez más al sofá, prefiera el sofá del balcón pero moriría de hipotermia, y ni de chiste subía a su habitación, su habitación con Tony.

Le pidió algo de música a Jarvis, la que sea, lo único que quería era tener con que disimular los sonoros y casi llorosos suspiros que salían de su boca cada vez que pensaba en Tony, que era cada diez segundos. Ni siquiera le había escrito, estaba convencido de que estaba bien o de lo contrario ya lo supiera (o eso se decía para aliviar su propio dolor) pero un "buenos días, seguimos vivos" no hubiera estado tan mal, tan siquiera por lástima; a lo mejor el genio lo estaba castigando, que bien merecido lo tenía, pero algo de piedad no estaría mal. Suspiro una vez más, tenía que tener una respuesta cuando Tony volviera, si es que lo hacía, y no es que pensara irse, marcharse y dejar a su esposo, antes muerto que tremenda barbaridad, pero tenía que tener las palabras adecuadas para expresarle que se quedaba, una y mil vidas, una y mil decisiones más, que lo acompañaría hasta el final.

Lo que no tenía ni la mínima idea de cómo expresar era que si tendría que decidir entre la vida de Tony y el bebé, sería Tony, y quería saber si el genio aceptaría esa parte, aunque también dudaba si era adecuado expresarlo al castaño, es decir, podría generar más conflicto y arrastrarlos a un punto irreversible y oh Dios, no se iba a permitir seguir haciendo más problemas, seguir lejos de Tony. No más. El ritmo de sus pensamientos lo agotó una vez más y se perdió en sueños, durmiendo se iban su miedo, perder a Tony.

Volvió a despertar por la tensión en su nuca, el sofá que antes resultaba de lo más cómodo ahora le torturaba, parecía que todos se habían puesto de acuerdo para recordarle su muy mala conducta y castigarle. "Señor Stark, ¿qué le gustaría para almorzar? Podría prepararle una sopa o si prefiere un steak, usted dirá." La voz de Jossie vino desde el comedor, lo vio sostener unos libros y supuso que ordenaba la biblioteca, desordenada por el. "Estoy por terminar las labores, pero si gusta inicio ahorita mismo con su almuerzo", se vio como un niño malcriado al ver la hora en su celular antes de contestarle al ¿mayordomito?. Faltaban diez minutos para ser la una de la tarde. "No te preocupes, pediré algo más tarde, no tengo hambre. Cuando decidas irte, pídele a Jarvis que te coordine uno de los vehículos de Tony, parece que cae de nuevo una tormenta y es más seguro viajar en las digitales manos de la IA que en un taxi" vio asentir al muchacho y sonrió tristemente, era lo menos que podía hacer por el encargado, le agradecía el trabajar en silencio y que siempre supiera que hacer o decir.

Agradecía que fuera sábado, su cabeza no se concentraba en nada y sus clases en la universidad se estarían resbalando directamente a basura, si es que hubiera ido. Dos de la tarde con diez minutos, Jossie se había despedido hace más de media hora y el solo se había quedado ahí, hundido en su propia miseria, preguntándose una y otra vez si decirle a Tony todo todo lo que realmente pensaba era la correcto. Así que llamo a Wade, que mejor que su bastardo y sin filtro mejor amigo para aconsejarle.

"Vaya mierda" soltó antes de inhalar del cigarrillo, "Mira que siempre pensé que, después de Vanessa y yo, ustedes eran la pareja más perfecta que existía, que se complementaban. Y ahora parecen dos mundos completamente diferentes" volvió a inhalar y esta vez soltando el humo por su nariz. Peter le observaba desde el sofá, no quería acercarse a su amigo porque primero se moriría de frío en el balcón y segundo, empezaría a fumar, y quería estar completamente limpio y oloroso cuando Tony volviera a su casa. "No le digas lo que piensas completamente, si le dices que si esa opción llegara a ser una realidad se va a sugestionar y ya sabes, ley de Murphy. Estoy seguro que los médicos pensarán igual que tu, y es lo correcto, pero no le digas, por tu propia paz mental y por la de él" ya había terminado su cigarrillo y con su mano fría había golpeado levemente su mejilla, Peter apartó el rostro de inmediato, sonriendo levemente. No se había equivocado en llamarlo, y no es porque le apoyara en su decisión y sus palabras le hicieran sentir que obraba al cien completamente, sino porque le había enseñado otro lado de su debate moral que no había tomado en cuenta, la tranquilidad mental que su esposo necesitara en los meses venideros,  si le decía todo todo, pasaría todo el embarazo pensando en eso y las cosas se complicarian mucho más, y era lo que menos necesitaba. "Algunas cosas están destinadas a mantenerse siempre en secreto". Las palabras de despedida de Wade le quedarían grabadas a fuego,  porque era el primer secreto realmente importante que le ocultaria a Tony, ni siquiera lo había hecho y ya se sentía como una mierda, pero era su mejor opción, su mejor decisión.

Dentro del frigorífico habían unos emparedados, avellana y jalea de fresa, y sabia que Jossie tenía ganado el cielo. Comió uno mientras se servía un vaso de leche, y llevaba otro en mano en su camino a la sala. Cinco de la tarde con veinte minutos. Su andar se detuvo al escuchar el sonido del elevador funcionando, alguien subía, su corazón comenzó a latir desbocado, su boca se secó y obligó a sus pies girar sobre sus talones para darle frente al elevador. Cuando finalmente llegó y se abrió, su respiración se detuvo.

"Hola amor, ¿listo para cena?".

Decisión. [STARKER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora