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Peter Parker 23, Tony 40.
Aquí veremos un poco ooc, nuestro Peter cambiará algo/bastante.

La tormenta estaba lista para descargar toda su furia contra las concurridas calles y enormes edificios, contra todo lo que estuviera a su paso, estallaría y en unas horas la ciudad estaría completamente blanca. No era normal, era el primer día de Octubre y el invierno le había quitado tiempo al otoño, imponiéndose.

La música era apenas perceptible en el lujoso y enorme apartamento, Peter desde el balcón, observaba la chimenea calentar y apenas iluminar los sofás, miraba el reflejo de las llamas danzar entre los cristales rotos de lo que era la mesa del café, y se preguntaba qué hacer, como seguir con la noticia recibida y la decisión de Tony. El cigarrillo en su mano se consumía y las volutas de humo se mezclaban con los pequeños copos de nieve que anunciaban la caída, finalmente, de la primer Nevada del año, precoz y potente.

Peter Benjamin Parker Stark, su nombre estuvo en las portadas de revistas del país por semanas, incluso meses después que se anunciara su boda con el poderoso, hermoso e importante empresario Anthony Stark. Había sido todo un revuelo, todos habían opinado para bien o para mal, pero él hizo oídos sordos a toda esa gente de afuera, y escuchado bien a todos las personas que realmente le importaban, y todos ellos habían estado más que felices. Claro, la diferencia de edad era imposible no notarla y fue el paso más duro de aceptar (para Tony) cuando la pareja tomó la decisión.

Su relación había comenzado a sus 18, con un Tony evadiendolo, ignorandole e incluso prohibiendo sus visitas al edificio Stark cuando este se había dado cuenta que el enamoramiento del chico iba más allá de lo normal, es decir ¿quién no se enamoraría del increíble Tony Stark? Pero el chico demostró su amor una y otra y otra vez, y haciéndose valer de ese coraje que siempre lo caracterizó proclamó su amor, y venció.

A sus 19 años, su tía completamente enloquecida y aun en shock le dio su bendición. Su mejor amigo Wade, había daldo palmadas en su hombro y le había dicho una vez más "veo por tu hombre, tigre". Y lo hizo.

Se casaron, ya cinco años de que aquel evento increíblemente pequeño, familiar y sobre todo, lleno de amor. Lo recordaba cada día, y a veces se pellizca para asegurarse que no es sueño.

La vida con Tony era casi perfecta, y ahora ese casi se había convertido en un "muy lejos de ser" con la noticia recibida hace unas horas. Y es que, ¿cómo no pudo ver al elefante en la habitación?

La música sonaba por todo el lugar, los tragos iban y venían, los cuerpos se restregaban unos contra otros, todos sus amigos estaban ahí y él se sentía a reventar de felicidad. La fiesta de su cumpleaños había comenzado casual, un poco de pastel, un poco de champagne y sus amigos más cercanos, sin olvidar a su esposo. Todo se multiplicó cuando Wade llegó y se quejó de la estirada fiesta, sacó una botella de ron, cambio por música más movida y el solito rompió la imaginaria pista, dos minutos después arrastraba al avergonzado cumpleañero a bailar con el. Los amigos de su esposo llegaron y Bucky, prometido de Steve, tomó su trago hasta el fondo y se unió al trío de jóvenes descoornidos, más gente comenzó a llegar y Bruce se convirtió en el improvisado bartender de esa noche, dándose lujos detrás de la costosa barra del bar privado de Tony, éste únicamente sonreía y se unía a mover su cuerpo con su hermoso marido. Bebían, fumaban, bailaban y reían, el ambiente era caliente y su cuerpo exigía más y más bebidas. Las horas avanzaban y todo se envolvía en nebulosas, Tony movía sus caderas sobre su ya despierta hombría, sus manos no perdían tiempo y recorrían las piernas, los muslos y sus prominentes glúteos, se daba gusto visual y de tacto con la belleza que entre sus manos subía, bajaba y se restregaba contra el sin piedad. Empujado por la cantidad de alcohol en su sangre había arrancado de la pista a su esposo y lo había arrastrado, entre besos y manoseo, al segundo nivel, Tony reía y su garganta se secaba al ver como sus mejillas estaban sonrosadas y sus ojos brillaban hacia él, nisiquiera atinó llegar a su habitación cuando ya había sometido a su compañero contra la pared en el primer rincón oscuro que encontró, besaba su cuello con desesperación mientras sus manos desabrochaban, con algo de dificultad, el caro cinturón que sujetaba el estorboso pantalón que le impedía llegar a la hombría de su esposo. Se dejó caer arrodillado frente al amor de su vida y sin ningún momento que perder devoro el miembro rosado que se presentó ante el, lamió y chupo todo lo que estuvo a su paso, quería tomarlo todo y los sonoros suspiros que escapaban de la boca de Tony eran alentadores. En otro brusco movimiento hizo que el moreno quedará de frente contra la pared, el oh que llegó a sus oídos lo hicieron sonreír, con sus manos separó las preciosas nalgas, no sin antes dejar una que otra mordida que permanecerían ahí un par de días, se dedicó a lamer con devoción el botón rosa que se le reveló, su lengua hacia círculos y jugetaba simular pequeñas penetraciones, mientras sus ojos apenas veían a un Tony mordiendo su puño para apaciguar la fuente de gemidos y groserías que de seguro saldrían de su boca. Sus dedos se unieron a la acción apresurada de su deseo imparable, entraron dos sin previo aviso y un poco tosco, la saliva escaseaba y tenía que ingeniárselas para generar mayor lubricación, escupió una vez más y empujó adentro, buscando, expandiendo. El sonido de una botella quebrarse lo detuvo un momento, el tiempo suficiente para levantarse, aún sin sacar sus dedos del caliente apretado culo de su marido, se inclinó y lamiendo el lóbulo de su oreja murmuró espero estés listo, porque no puedo más, cumpliendo su promesa saco su muy erecto miembro y esparció el líquido blanquecino que resbala de la punta, estaba rojo e hinchado, estaba desesperado y sin más que anunciar se hundió despacio pero firme dentro del familar calor, apretaba y le cortaba la respiración. Oía como Tony jadeaba entrecortado, con un rictus de dolor en su rostro, besaba las pecas que ahora no veía pero si recordaba a exactitud donde estaban para ayudar a aliviar con prisa a su pareja. El golpe de calor lo envolvió una vez más cuando Tony movió con lentitud su cadera, lo tomó como señal y su cuerpo se movió en automático, estocadas lentas, firmes y precisas fue como inició. Lo demás es un borrón oscuro donde pierde el control y se folla a Tony de manera ruda y obscena contra una pared de su casa, recuerda haber tenido un orgasmo largo y eléctrico recorriendole desde la punta de los pies hasta los vellos de su nuca. Recuerda también arrastrarlo a su habitación con los pantalones a medio poner y dedicarse a besar sin parar a su esposo. También le recuerda que cuando fue su turno de ir abajo Tony se tomó su tiempo para prepararlo, haciendo que casi llegue a su final con tan solo la boca de su amado y un par de dedos.

Decisión. [STARKER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora