Final.

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Tony le dice a Peter que ha hecho un buen trabajo, que a pesar de las peleas, de los berrinches, de los castigos y todo lo que una vez sus hijos renegaron contra ellos, es lo mismo que ahora los convierte en los hombres de bien que son.

Se sienta en el borde de la cama para que se le haga más fácil a Tony el acomodarle la corbata, y desde ese lugar, puede ver como el tiempo pasó en su esposo: las canas, aunque muy bien peinadas, ya son presentes, y sus ojos han caído un poco más. También el tiempo dejó rastros al lado de sus labios, delgadas líneas son visibles, cicatrices de todas las veces que Tony ha reído. Pero ni aún así pierde su elegante presencia, "soy como el vino, mientras más viejo, más bueno", le había dicho cuando celebraron su cumpleaños número cincuenta y tres.

Peter también recuerda que esa noche durmió en el sofá y todo por culpa de Wade, si su desenfrenado amigo no hubiera dicho "más arrugada la pasa, más dulce la fruta", a Peter no le hubiera salido la cerveza por la nariz y Tony no se hubiera molestado tanto.

Tony termina con la corbata y se coloca frente al espejo, el traje de dos piezas combina al detalle con el traje de tres piezas que lleva su esposo. Mientras coloca los dos últimos botones en su sitio, se da cuenta que el tiempo también ha dejado huella en él; no tiene canas, aún,  pero hay un línea permanente entre sus cejas, las marcas al lado de sus ojos son más pronunciadas y las entradas comienzan a hacerse notar.

Iba por la segunda vuelta de su vida, tenía un par de gemelos problemáticos y una hija que pasaba por en medio del caos que es la adolescencia, pero también tenía un muy coqueto esposo, que le enseñó a amar hasta límites inimaginables, le ayudó a mejorar como persona, le hizo crecer como humano. Busca a Tony dentro la habitación, tiene todos sus sentimientos a flor de piel y necesita besarle para comprobar que todo es real.

Lo encuentra cerca del tocador, parece que se retoca la barba, pero Peter sabe bien que le estaba viendo en el reflejo. Se coloca detrás de el, deja un beso en la unión del cuello con el hombro y le dice que se mira increíble, le contesta el típico "por supuesto que , y tu no te quedas atrás, claro". Y lo besa, desliza su lengua y saborea el dentrifico, sus manos recorren la espalda y cintura del mayor, llegan donde nacen los glúteos del castaño y los aplasta contra él, el jadeo del mayor le motiva a seguir, pero el llamado de la puerta es demasiado insistente, es de marca Stark y ellos tiene que salir.

Todos están ahí, desde Bucky, hasta la embarazada Pepper. Necesita cien besos y abrazos para poder saludarlos a todos y llegar a sus lugares. La ceremonia está por comenzar y están seguros que Timothy haría todo un berrinche sino les ve en el sitio indicado. La música llega a sus oídos y sujeta la mano de Tony, está lleno de emoción al ver como sus hijos culminan una de las etapas más importantes de su vida.

Conforme los alumnos van siendo llamados para recibir el título que la universidad les otorga, Peter se deja llevar por la melancolía que le llena desde días atrás, y mientras espera ver subir a los gemelos, se pierde en sus recuerdos. 

Peter recuerda el primer cumpleaños de sus hijos, la enorme fiesta que María y May querían hacer, y el enojo de las mujeres cuando recibieron el rotundo no.

La primera vez que corrió a emergencias con un Harley ardiendo en fiebre, y la segunda vez que corrió cuando Timothy se rompió un brazo tratando de escalar una pared.

Se ríe por lo bajo cuando a su memoria llega la cara de Tony el día que le anuncio que estaban esperando, otra vez. Sus hijos ya tenían ocho años y ellos tenían algo de paz en el hogar cuando se iban al colegio, "tengo cuarentena y ocho años, Peter, por favor, ya no estoy para ese tipo de bromas" le dijo molesto. "No estás para bromas, pero sí para andar embarazando." Recuerda que Tony perdió el color del rostro cuando la prueba casera de embarazo fue colocada frente a él.

Nueve meses después llegó la tierna Morgan Stark, sin contra tiempos y en medio del verano. Peter lloró de amor la primera vez que reposo en sus brazos, mientras que Tony les tomaba una y mil fotos.

Tony le trae al presente de nuevo y le indica que sus hijos están por subir, verifica que su hija siga a su lado y la encuentra posando para los fotógrafos que cubrían el evento. El único de sus hijos sin la vena exhibicionista de los Stark, era el dulce de Harley. Timothy ya había protagonizado buenos escándalos y Morgan ya era una influencer, a pesar de sus cortos quince años.

No hace nada por evitar las lágrimas cuando sus gemelos bajan de la tarima con diploma en mano, son todo su orgullo. Les abraza y los llena de besos, estos se dejan hacer resignados.

La recepción es toda la azotea del edificio, una larga mesa llena de toda clase de alimentos, también hay bebidas. La decoración de plantas fue un toque muy especial, sobre todo porque fue idea de Jossie.

Después de la cena los gemelos agradecen las visitas y las van despidiendo una a una, como los buenos anfitriones. Cuando no queda nadie más que la familia, le anuncian a Peter que se van a celebrar con los compañeros de la facultad y que lo más seguro es que regresen mañana. Peter les recuerda que deben cuidarse entre ellos, pero le hace mayor énfasis a Harley de que debe cuidar a su hermano un poco más. Morgan le dice que irá a descansar, que está agotada y que prefiere dormir, Peter sabe que irá a estar horas y horas en su móvil, pero no le cuestiona.

Cuando el ascensor le deja de nuevo en la azotea, ve a Tony en una esquina del lugar. El genio saca una cajetilla de cigarros de su bolsillo y la golpea despacio contra el concreto, sale el primero y lo lleva con demasiada calma a su boca, sus manos registran sus bolsillos encontrando el encendedor. Peter puede ver la calma en el rostro de su esposo al obtener la primera calada, y traga el exceso de saliva que aparece repentinamente en su boca.

"Creo que todo salió muy bien, Jossie hizo un increíble trabajo con la recepción. ¿no crees?." Comenta mientras termina de recorrer la distancia que le separaba. Roba el cigarrillo de la mano del mayor e inhala, es capaz de sentir el sabor de la saliva de Tony en la colilla. "Estuvo todo a las mil maravillas. Tendré que premiar a Jossie." El deje de tristeza que hay en la voz de Tony le preocupa, le cuestiona si ocurrió algo o necesita algo, el genio se coloca frente a él y lleva su mano a su mejilla, están frías. "Tu siempre estás cuidando de mí. Y nunca habrán palabras para agradecerte. Pero estoy bien amor, solo me preocupa un poco lo que estos niños puedan hacer mientras celebren". Peter sonríe melancólico, besa la palma de la mano que segundos antes reposaba en su mejilla y le responde "ya están grandes Tony, tienen veinte y tres años, saben cuidarse, y sino, aprenderán a lidiar con las consecuencias de sus actos."

Cuando están envueltos en el calor que su cama les ha ofrecido durante veinte siete años de matrimonio, se abrazan y se besan. Se profesan por millonésima vez el amor que se tienen, se prometen un despertar un juntos y se aseguran de dejar claro el uno al otro de que estarán así de juntos en todos los años que estén por venir. Para Peter perderse en la mirada del genio es su actividad favorita de toda la vida, y ver como el sueño le va venciendo al castaño es el segundo.

Lo pega a su pecho y se promete a el mismo, una vez más, cuidarlo, amarlo y acompañarle en todo lo que la vida le vaya a dar. Sea bueno, sea malo. Peter estará siempre al lado de Tony, sin importar la decisión que esté tome.

Fin.

Decisión. [STARKER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora