11~La chica del pelo rosa.

44 3 0
                                    

En cinco minutos llegamos a casa de Ariana, un pequeño piso. Llamamos al timbre y nos invitó a pasar. Estaba en la piscina con sus dos primos pequeños que habían acabado de llegar desde Madrid para pasar el fin de semana en la playa. Nos dijo si queríamos meternos en el agua, y Marcos entró. Yo tardé un poco, porque en dos minutos él ya me había lanzado a la piscina.

Estuvimos como una hora y media allí dentro hablando y riendo. Ariana y yo hablabamos de ropa y de peinados, me contó que lleva el pelo rosa porque es muy fan de Sweet California, justo como había dicho Marcos; quien se divertía muchísimo con los primitos de la pelirosa.

Ariana nos invitó a Marcos y a mí a comer. Su madre había hecho lasaña por la llegada de sus primos y como había de sobra quiso que nos quedásemos. Así que llamé a mi madre para avisarle de que no iría a comer.

Después de comer la riquísima lasaña de la madre de Ariana nos hechamos unas partidas en el futbolín que nuestra amiga tenía en la terraza.

-Venga, chicos contra chicas. -dijo Ariana- Quienes pierdan pagan un helado a los otros esta tarde.

-Eso está hecho, váis a perder-dijo Marcos.

-Eso ya se verá. -dije yo.

Así que empezamos a jugar, y terminamos ganando nosotras, así que esta tarde Marcos nos invitaba a un helado.

A las cinco de la tarde cojimos la sombrilla y unas toallas y fuimos a la playa, donde nada más llegar nos fuimos los tres al agua. Los primos de Ariana hacían un castillo de arena. Hubo un momento en el que yo estaba muy feliz flotando en el agua del mar, y Marcos vino y se me tiró encima. No tragé agua, pero estuve a punto de hacerlo. Entonces me levantéy me subí encima de él intentando echarle al agua, pero no hubo manera de hacerlo. Esuvimos un rato más allí hasta que nos cansamos y decidimoa salir fuera.

Ariana y yo tomábamos el sol mientras Marcos jugaba a las palas con los dos niños. Cuando éstos se cansaron se fueron a nadar y Marcos se sentó junto a nosotras.

Cunado eran las séis y media aproximadamente, pasaron por delante de nosotros un grupito  de tres chicas y dos chicos, quienes empezaron a reíre y a cuchichear sin ningún disimulo. Me dí cuenta de que miraban mucho a Ariana, quien estaba sentada en la arena con las piernas cruzadas, la cabeza agachada y estaba seria.

Después de que aquel grupo se fuera a Ariana le cayó una lágrima por la mejilla.

-Venga pelirosita, no les des tanta importancia a esa gente. -dijo Marcos mientras se levantaba de mi lado y se sentaba junto a mi amiga.

-No lo entiendes Marcos, sigue afectándome. -dijo Ariana con una voz triste.

-¿Quiénes eran esos chicos? -pregunté yo, porque no sabía porqué Ariana lloraba.

-Pues verás, hace poco más de un año, uno de esos dos chicos era mi novio, y esas chicas eran mis mejores amigas. Creía que era como ellas, ya no me sentía rara por una vez en la vida, pero un día me fallaron. Y en cuanto al chico, se aprovechó de mí. -contó Ariana.

-No tenía ni idea Ariana... Lo siento mucho. -me disculpé.

-No pasa nada, ella ahora nos tiene a nosotros. -dijo Marcos- ¿Verdad?

-Eso es verdad, no se que haría yo ahora si no oshubiera conocido.

-Venga chicas, cojed vuetras cosas que nos vamos a aquella heladaría a merendar. -dijo Marcos.

Cuando llegamos pedimos cada uno un helado: Ariana de fresa, sus primos de chocolate y Marcos y yo compartimos uno de turrón y caramelo. ¡Estaban riquísimos!

En terminar acompañamos a Ariana y los pequeños a su casa y luego Marcos me acompañó a mí.

-Bueno Cris, nos vemos mañana entonces, ¿quieres que pase a por tí y vayámos juntos a la estación? -me preguntó Marcos.

-Sí sí. Pasa porque no me acuerdo muy bien de como se va. -dije mientras reía. Marcos también rió.

-Pues ya nos vemos. Adiós. -dijo él mientras daba la vuelta para irse.

Entonces yo corrí detrás de él, y cuando lo tenía delante salté encima. Entonces el me cogió al caballito.

-¿Sabes que te quiero? -dije.

-¿Cuánto? -preguntó Marcos.

-Tanto que ni con mil millones de besos se puede explicar. -contesté.

Seguidamente me bajé de sus espalda y me situé delante de él, y nos dimos un beso muy largo. Y es que cada beso de Marcos es diferente.

Lo que yo entonces no sabía era que pronto habría otros labios por querer besar...

Cuando salga el solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora