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Jungkook dejó caer su cabeza en la mesa, sus ojos fijos en la puerta. Contando mentalmente los minutos que Taehyung se demoraba en llegar.

Los auriculares en sus oídos estaban conectados al celular para intentar ignorar los murmullos de sus compañeros, pero la música no podía hacer que dejara de sentirse observado, ellos no eran discretos, no eran disimulados siquiera. Intentó calmarse, porque no quería provocar una pelea pese a lo molesto que estaba sintiéndose.

Demasiado molesto.

Tragó con dificultad mientras su mirada se dirigía hacia la ventana. Podía ver el reflejo de Hoseok, inevitablemente aumentando su enojo, porque era increíble que pudiera verse tan tranquilo después de todo lo que había pasado. Pero, si era sincero consigo mismos, no era así del todo. Hoseok tenía una tensión casi imperceptible en sus hombros, algo parecido a la tristeza había aparecido cuando enfrentó a Taehyung, pero Jungkook no estaba seguro.

Hubo un silencio colectivo que provocó que la tenue música se oyera de los auriculares de Jungkook, mostrando lo alto que estaba el volúmen. Taehyung estaba en la puerta, su expresión siempre fría estaba acompañada de una palidez preocupante que, sin embargo, no lo hacía ver menos intimidante. El castaño no miró por más de dos segundos a sus compañeros, odiando lo fácil que era saber de que habían estado hablando.

En ningún momento miró a Jungkook, claro. No había razón para que lo hiciera más que sentarse a su lado. Se acercó a su lugar, donde el pelinegro lo miró, la sorpresa clara en sus facciones ya que definitivamente no esperaba que lo hiciera.

—Pensé... Pensé que no querrías estar aquí.

Taehyung lo miró, pero ojalá no lo hubiese hecho. La burla en su sonrisa era evidente, ladeó la cabeza antes de acercar su rostro al contrario con una ceja arqueada.

—¿Por qué no lo haría? —Taehyung preguntó de verdad viéndose curioso, atrayendo la atención de los demás—. ¿Crees que me asustas?

Jungkook parpadeó, sacudió la cabeza demasiado rápido para negar.

—No... yo sólo...

—Esta bien —Taehyung susurró para interrumpir. Una sonrisa llena de suficiencia que estaba, más bien, fuera de lugar—. Quizás Mina querrá sentarse aquí, ha estado observando desde hace rato. ¿Verdad?

Hang Mina desvió la mirada cuando el castaño la miró. Carraspeó cuando oyó la risas aumentar, porque era evidente su nerviosismo.

—¿Te has vuelto loco, Taehyung? —Mina dijo sin verse para nada segura. —¿Por qué dices eso tan de repente?

—Pedías que cambiaramos de lugar, ¿no lo recuerdas? —Taehyung siguió—. ¿Ya no lo recuerdas?

—Taehyung, basta —alguien dijo desde atrás—. Solo cambia de puesto, Mina.

—¿Por qué, lo haría? —Mina respondió avergonzada, mirando fugazmente al rostro sombrío de Jungkook—. ¿Por qué?

Taehyung suspiró aburrido, miró a Jungkook unos segundos pero él tenía su cabeza inclinada hacia abajo.

—Me incomoda estar con alguien como él.

Después de las palabras de Taehyung hubieron silvidos y murmullos llenos de burla. No obstante, nada de eso era demasiado importante cuando el castaño se levantó con firmeza para alejarse y Jungkook tomó su muñeca para detenerlo, sin pensarlo demasiado.

—Espera. — Jungkook pidió, su aliento escapándose por verse observado por todos. Él se dió cuenta de que su voz sonó demasiado angustiada cuando la mirada de Hoseok cambió—. Taehyung...

Mentira. [Kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora