Han pasado 4 días desde la caída de Izalith, En las montañas del Oeste, el silencio abundaba, los picos altos y las paredes resbaladizas y húmedas, no tenían mucha vida, exceptuando por hadas diminutas azules, que se alimentaban de musgos de las paredes, esta montaña, tenía estrechos y peligrosos caminos, donde resbalarse podría provocar una muerte por caída.
En uno de los caminos casi llegando a la cima, estaba Segmeyer, cargando a la reina Eengy de Izalith, pues está aún tenía su tobillo lesionado.
- La bajare reina - dijo el caballero Segmeyer a la reina Eengy.
- De acuerdo - respondió ella.
Segmeyer la ayudo a sentarse en el suelo del delgado camino con mucho cuidado, pues un descuido, y cualquiera podía caer y morir; al bajar a su reina, Segmeyer tomo un pequeño respiro, dio una pequeña vista al risco que lo motivara a no rendirse, pues ambos llevaban solo tomando agua que desembocaba de algunas partes de las paredes resbaladizas de la montaña.
- No recibimos muchos forasteros - dijo una voz, Segmeyer y Eengy miraron al frente de ellos, un mago no muy joven, pero tampoco muy viejo, estaba frente a ellos.
- ¿Qué hacen acá? - preguntó el mago.
- Buscamos al Duque - respondió Eengy a la cual el mago no podía ver, pues estaba detrás de Segmeyer, y el camino estrecho no permitía dar la vuelta.
- El Duque no recibe visitas sin previo aviso - respondió el mago.
Segmeyer se pegó al muero resbaladizo, dándole espacio a Eengy, el mago al verla, no entendía muy bien, pero reconocía la corona del reino de Izalith.
- Síganme.
Segmeyer se agacho para que Eengy se subiera de nuevo a su espalda, luego siguieron al mago.
- Me llamo Logan - dijo el mago - lamento recibirla así reina...
- Izalith - completó Eengy.- ¿Qué paso en Izalith exactamente?
- preferiría hablar primero con El Duque.- Claro reina.
Segmeyer no dijo una sola palabra en todo el camino, el aun pensaba en las llamas y los gritos, pero lo que más invadía su cabeza era la imagen del gigante de cuatro brazos que había arrasado con los otros guerreros, y pensó que esos guerreros deberían estar con ellos en ese momento.
Al llegar al final del camino, Eengy y Segmeyer vieron una imagen magnifica, pues en la cima de la montaña, que era totalmente plana, había un gigantesco jardín de rosas.
- bienvenidos a los Archivos del Duque - dijo el mago Logan.El jardín, era recorrido por otros magos, algunos hablando entre ellos, otros sentados meditando, y uno que otro practicando hechizos. En la mitad del jardín había una edificación circular de color blanco, que no parecía muy grande.
- Pensé que era más grande - dijo Eengy, Segmeyer pensó lo mismo, pues ese era "El Castillo del Conocimiento".
- Es porque no has visto el interior - contesto el mago.
El mago y los visitantes entraron por las puertas que nunca cerraban, los pasillos eran amplios, por ellos caminaban varios magos, no solo humanos, también elfos, enanos, y uno que otro gigante, pero aun así el lugar no parecía muy grande, Segmeyer y Eengy se preguntaban donde estaban los libros, pues para ser donde se guardaba todo el conocimiento del mundo, los únicos libros que se veían, estaban en las manos de algunos magos.
Al llegar al centro del palacio, entendieron, pues en este había una cantidad de escaleras, hacia el fondo, en el cual se veían las bibliotecas, llenas de libros.
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Almas de Acero Vol. 2
FantasyEl mundo cambiara. El destino ha dictado que las cosas seran distintas para guerreros implacables y dignos que no se rendiran.