Quelana aun no se rendía, caminaba en la oscuridad absoluta, y ya había perdido la noción del tiempo, el agua de su bolsa ya casi se acababa, tomaba descansos prolongados, y luego seguía. Pero después de tanta desesperación, al fin se veía una luz a lo lejos, la elfa, cansada de la oscuridad corrió con gran alegría a aquella luz, que se acercaba cada vez más.
Quelana por fin salía de la oscuridad, y la imagen que encontró fue única, un techo de hielo cristalino y brillante sostenido por columna de hielo también brillantes, unas delgadas y otras mas gruesas, el suelo tenia agua cristalina fresca, que Quelana no dudo en tomar, todo el suelo se sumergía en aquella agua cristalina, que llegaba apenas a los tobillos a la elfa, que no dudaba que, en ese lugar, jamás había estado alguien antes, se sintió la descubridora de aquel lugar.
Quelana disfruto del lugar lo más que pudo, entonces fue cuando encontró algo peculiar, una parte del agua cristalina estaba congelada, y en el centro, había una figura de hielo, que era parecida a una espada clavada en el suelo, la elfa se acerco con temor, y pensó en alejarse, pero sentía que la aquella extraña figura la llamaba, entonces tomo el mago y lo jalo, toda la zona congelada se deshizo haciéndose agua, y en la mano de Quelana quedó una espada hermosa, era un poco delgada pero muy larga, y a su parecer bastante ligera, una parte de la espada aun estaba enterrada en el suelo, Quelana la terminó de sacar.
En ese momento, una honda expansiva hizo mover el agua, todo el lugar brillo por un breve momento, cuando todo volvió a la normalidad, Quelana vio que algo muy cercano a ella brillaba, una figura congelada, brillaba con luz radiante, fue ahí que el hielo de esta también se deshizo, la elfa observó como una mujer caía al suelo. Quelana tomo su recién adquirida espada de manera defensiva por si algo pasaba.
La mujer se levantó, su aspecto era único, era completamente blanca, tanto su piel como cabello, los ojos, azules como el mar, eran profundos, tenia una armadura que Quelana nunca había visto, la armadura, que parecía escamas, muy adherida a su piel desde los pies hasta los hombros, mostraba su figura femenina, parecía una segunda piel, y en algunas partes, tenía delineados plateados, se veía muy intimidante, sobre todo que sus uñas eran filosas y plateadas.
- Tu desenterraste la espada de Midir - dijo la mujer - ¿Cuál es tu nombre?
- Que… Quelana - respondió la elfa asustada.
- Mil años he estado congelada - dijo la mujer - y ahora soy libre.
La mujer se levanta del suelo, el cual tiembla levemente.
- Eres una elfa - dice la mujer observando a Quelana.
- Sí - afirma Quelana.
- Yo… soy Najka... hija del Dragón Antiguo.
Quelana no entendía nada de lo que había pasado, sobre todo la parte de “hija de un dragón”.
- El destino ha hablado - dice Najka, y luego da un suspiro.
- ¡No entiendo nada! - grita le elfa alterada.
- Pobre - dijo sonriendo Najka - el destino te ha traído a mí, y tu inocencia me ha liberado…veras, mi padre, El Dragón Antiguo, me concedió el poder de volverme semejante a los humanos, para así entender su naturaleza, al principio me sorprendí de lo bellos que pueden llegar a ser, pero con el tiempo, me di cuenta de que la ambición del hombre era grande, así que decidida a destruirlos, un gran guerrero… Midir, uso esa espada que tienes, en un intento desesperado de detenerme, lo único que consiguió fue hacerse cenizas, y enterrar su poderosa espada de hielo en el suelo para congelarme.
Quelana, ahora estaba mas alarmada, pues eso no sonaba para nada a alguien amigable. Najka, que vio las orejas de Quelana, dio un par de pasos al frente que hicieron retroceder a Quelana.
- Eres una elfa - dijo Najka.
- S…si - contestó asustada Quelana.
- Te vez fatal - completó el extraño ser.
- No he comido hace varios días - contestó la elfa.
- Lástima - dijo con un gesto de decepción Najka - no sería justo que te matara así.
Quelana se molestó un poco al ver que les estaban sintiendo lástima.
- ¿Cómo terminaste acá? - preguntó to Najka.
- Vine por ayuda.
- ¿Mía?
- No, de alguien más.
- Entiendo, entonces supongo que estas aquí por acto del destino.
- Eso creo.
- En ese caso, supongo que hoy seré piadosa, pero no te dejare ir así nada más.
Quelana se alisto, con la espada blanca en alto, creyó que podía ganar, pues le tenia fe al arma empuñada. Sin embargo, la mujer con armadura de escamas blancas, comenzó a desaparecer de su vista, Quelana bajo un poco la guardia, pensó que había desaparecido. En ese momento, el agua se movía, escuchándose pasos que la rodeaban, los instintos de elfa de Quelana le avisaron de un ataque inminente, pues los pasos cada vez cercanos, levantan el agua alrededor, que salpicaba en todas direcciones y hacia más difícil la visión.
Quelana mando un espadazo lateral, que sorprendió a su invisible adversaria, la cual se alejó con gran velocidad. “Es demasiado rápida” pensó Quelana, que veía como el agua salpicaba ante los rápidos movimientos de su contrincante.
Después se escuchó un fuerte estruendo que hizo temblar el suelo y salpico gran cantidad de agua, seguido de un silencio muy breve, en los siguientes segundos, las puntiagudas orejas de Quelana lograron diferenciar un sonido entre el agua que terminaba de caer, un breve zumbido de aire.
Quelana mando un espadazo arriba de ella, el cual le dio a Najka, la elfa solo sintió como la espada chocó con gran fuerza, pero no sabía dónde le había dado, pero si donde cayó su enemiga, así que decidió correr y mandar una rápida estocada, pero la espada se detuvo con gran rudeza acompañada de el sonido de que choco con algo duro de nuevo, Quelana entonces no pudo mover su espada, pues algo la atrapaba.
Najka, comenzó a hacerse visible de nuevo…y estaba intacta, mientras sostenía la punta de la espada con la mano, la cual giro, quedándose con la hoja de la espada, dejando a la elfa solo con el mango.
- Tienes buenos reflejos - dijo Najka, que hizo un rápido movimiento al que Quelana no pudo reaccionar. La elfa caía de espaldas, alcanzo a contemplar el techo de hielo cristalino por última vez, antes de caer inconsciente por el potente cabezazo de su rival.
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Almas de Acero Vol. 2
FantasyEl mundo cambiara. El destino ha dictado que las cosas seran distintas para guerreros implacables y dignos que no se rendiran.