Sydney parte I.

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POV Amanda.

Después de una semana de ir venir,  de hacer papeles y buscar cajas por todos los lugares imaginables,   de cientos y cientos de cosas que empacar al fin nos encontrabamos en el aeropuerto esperando para abordar el avión. Todas nuestras cosas habían sido enviadas dos días antes y gente de la empresa las había desempacado -algo de no creer pero así era- por lo tanto cuando llegáramos no tendríamos que desempacar nada, eso era simplemente genial.

-Emocionada? la voz de mamá me saco de mis pensamientos, levante la mirada del suelo y le ofreci una débil sonrisa.

-Estoy más nerviosa que emocionada, ya sebes nuevo instituto,  historias que se repiten. Ella me miro con pena, sus ojos llenandose con lágrimas, yo sabía que a mamá le dolía demasiado que yo no encajará, deseaba tanto para mi que pudiese tener amigos y divertirme como cualquier adolescente normal, se sentó a mi lado y paso uno de sus brazos sobre mi hombro envolviendo me en un abrazo maternal.

-Sabes este año puede que sea diferente, hay que pensar en positivo ¿Sí?. La sonrisa en su rostro me animo un poco, le devolví la sonrisa y asentí,  mamá me dio otro abrazo y se dirigió a donde papá, mire a mi alrededor buscando a Kyle, quién se encontraba hablando con sus amigos, despidiéndose de ellos.
Al cabo de unos diez minutos se escucho esa familiar vocecita que anunciaba los vuelos, me puse en pie, espere a que mi familia terminará de despedirse de sus amigos -yo no tenía nadie a quien despedir, ni una sola persona- cuando terminaron abordamos el avión y mientras rezaba a Dios para que este fuese un nuevo año me dormi.

Cuando por fin llegamos a nuestro nuevo hogar yo ya me encotraba dando saltitos de alegría, este lugar era tan hermoso, lleno de playas, lugares verdes, el olor a mar se sentía hasta mi casa y... oh mi casa nueva era simplemente hermosa, tres pisos de paredes blancas y ventanas azules, el interior pintados en un rosa pastel bastante claro, con sillones de cuero negro y una gran pantalla plana en el salón, una cocina digna de programas de televisión, y después había un baño. En el segundo piso había tres habitaciones más y un baño, la primera habitación era la obviamente la de mis padres, con paredes, muebles y ropa de cama en colores tierra, muy hermosa, la siguiente era la de Kyle, te dabas cuenta porque estaba abarrotada con sus cosas, tenía una hermosa cama, grande y de aspecto muy comodo y un televisor enviadable en cual me gustaría ver unas películas.Me dirigí a la última habitación sabiendo que sería la mía pero antes de llegar a ella papá me detuvo.

-No cariño, esa no es, tu estas en el tercer piso. Lo mire sorprendida, porque solo yo estaba allí?

-Porque papá? pregunte intentanto que mis pensamientos no se hicieran notar en mi voz.

-Es una sorpresa. Dijo el con una sonrisa en su rostro. Sube y lo veras.
Sin esperar más subí lo que quedaba de escaleras hasta el tercer piso... mi boca calló al piso para luego levantarse en una sonrisa, solte un pequeño gritito y comencé a dar saltitos, era genial, tenía una habitación increible, era una especie de salón de baile, mi cabellete de pintura estaba justo en frente de lo que era un gran ventanal que daba a la calle, en una de las esquina se encontraba mi piano listo para ser usado, la cama y los muebles eran de caoba oscura, sabanas y cortinas de un hermoso azul y las paredes daban la sensación de estar en el mar, era increible, también tenía una gran librería en la que pude ver todos mis libros ordenados perfectamente y hasta descubrí que había al menos unos cinco libros nuevos más.

-Y que dices? La voz de mamá sonaba cantarina. ¿Te gusta?

-Que si me gusta? Mamá esta es la habitación más genial del mundo, es perfecta. Respondí girandome hacía ella para derribarla en un gran abrazo, ella río por mi entusiasmo.

-Pense que te gustaría tener un lugar propio para ti, me alegro que te guste tanto.

-Me encanta, muchas gracias, enserio, eres genial, ambos papá y tu. Ví como sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas y la abracé antes de que se pusiera a llorar, nos quedamos así un rato, en medio de mi fabulosa habitación -no me cansaría nunca de decirlo- abrazandonos.

-Quieres ayudarme a cocinar, estoy segira que deseas tanto como yo poner tus manos en esa cocina. Dijo mamá emocionada, asentí con entusiasmo, ella me conocía,  sabía que me gustaba casi tanto como a ella cocinar.

-Vamos por ella.

Esa noche la pasamos entre risas en la cena, papá tendría que ir a la oficina mañana, Kyle me había invitado a recorrer la  ciudad con el, estabamos a dos días de comenzar el instituto con dos semanas de atrasó en nuestro último año y mamá decidió que iría a presentarse con los vecinos.
Hasta ahora Sydney era muy prometodora, estaba emocionada y ansiosa aunque el miedo al rechazo aún seguía allí.

Cariba.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora