Cambiante.

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LILY.

Desde siempre se han considerado a las sirenas como hermosos seres místicos, con un torso de mujer y una cola de pez, con una belleza y talento inigualable.

Son seres que cautivan a los hombres para que hagan los que ellos quieran, pero hay realidades que son distintas.

Mis hermanas y yo somos de un clan de sirenas -el único que aún perdura- que mejor se ha adaptado a la vida humana, si tenemos la belleza y la anatomía. Y sí tenemos poderes, pero no podemos encantar a los hombres, no más que con la belleza natural.

Las antiguas leyendas cuentan, que hace cientos de años, había otro clan de sirenas, uno más poderoso, más feroz y al que debías tenerle miedo, eran las cambiantes, mujeres que al tocar el agua se convertían en mitad pez, que con el timbre de su canto hechizaban a cualquiera, sirenas que contenían tanto poder en si mismas que su anatomía las hacía cambiar, de pez a ave y de ave a humana, sus huesos se rompían, su cuerpo se alargaba, sus patas doblandose en ángulos dolorosos, le crecían alas y plumas por doquier, eran asesinas, alimentándose de hombres para sobrevivir.

Las cambiantes ya no existían, se habían extinguido hace ya mucho tiempo, pero aquí estaba Amanda, inconsciente en nuestro sofá y con el espectáculo del baile yo estaba segura de que ella era una, una sirena pero también una cambiante y si ella lo es, vamos tener serios problemas para poder controlarla, pierde el control cada vez que se enoja y si sigue así cuando cumpla los 18 -que es cuando se activa por completo la transformación- se perderá en sus instintos y podría acabar con toda una ciudad.

AMANDA.

Me había vuelto a pasar, había perdido el control, la ira me había superado, me sentía mal, cansada, pero quería levantarme, me expuse ante mis amigos y seguramente ante cualquier otro que hubiese pasado por allí, deje salir a mi verdadero ser, después de tantos años encerrado bajo llave lo había dejado salir, cuando todo por fin estaba bien, lo arruine,  no sabía que iba a decir, el único que conocía mi secreto era Kyle y solo porque el me vio cambiar una vez pero mis amigos,  oh por dios mis amigos pensaran que soy un monstruo y como no pensarlo, soy una maldita ave come hombres, soy una depredadora, una asesina, y odio ser así,  lo único que salva a mi conciencia del suicidio es que no lastime nunca a nadie inocente,  vengo alimentandome de humanos desde los doce y siempre busco a los que estan en prisión, me gusta sacarles las entrañas a esas personas que tanto mal hicieron a la sociedad y sí auena retorcido, pero es mi naturaleza, por alguna extraña razón soy este ser asqueroso y asesino y si no quiero morir me debo alimentar.

Pero como les explicó esos amigos, como les digo que soy una ave come delincuentes, que tengo mucho poder y poca paciencia?.

Me van a odiar.

Mi cuerpo esta ahora tan hambriento, tan deseoso de un corazón, pero sin las energías para levantarse o al menos para volver a la realidad,  estoy cansada de esas voces distantes y estoy cansada de estar acostada, quiero carne y quiero irme de aquí, pero no puedo, no por ahora.

KYLE.

Me llevó mucho tiempo explicar lo de Am y es que como se explica algo así?

Verla acostada en este momento, luchando por volver era muy difícil, sabía que necesitaba alimentarse, pero yo no podía matar por ella, no lo haría.

Pasaron ya muchas horas y ella al fin despertó, no dijo nada, no miro a nadie, sólo abrió los ojos y se sentó,  miro el lugar sin detenerse en nada ni nadie, luego se levantó y se fue, intentaron detenerla pero se los negué, yo sabía a donde iría y no era necesario que ellos lo viesen, mi hermana sabía cuidarse bien sola y no eso era algo que no agradaba ver.

AMANDA.

Comerme a Kyle, Bellamy o Blake sonaba muy tentador pero no lo hice, yo no me como a mis amigos, salí de ese infierno de casa y me dirigí a la zona horrible de Sydney.

Pasos acelerados por el hambre, la garganta seca preparandose para el festin, mi cuerpo retorciéndose en anticipación. Siempre me sucedía, el hambre se apoderaba de mi cuerpo.

Me acerqué a uno de los barrios más feos, mi atuendo de baile sucio y rasgado me daba la apariencia que necesitaba, fingí estar lastimada y pérdida, la primera presa no tardo el llegar, fueron dos, hoy comería bien.

Los hombres -uno blanco, el otro moreno, con cuerpos de camión- se acercaron a mi, con esas frases típicas de "Te has perdido nena" "Yo te puedo mostrar el camino", gire mi cuerpo hacia su dirección y obviamente el cambio ya estaba en proceso porque en sus caras se reflejo el miedo, mis ojos pasaban de blancos a azules y viceversa, mi cuerpo se dobló una ultima vez y el cambio se completo, aquellos hombres gritaron e intentaron correr pero no fueron los suficientemente rápidos, rompí el cuello de primero y deje inconsciente al segundo, comencé por el ya muerto, abriendo su cuerpo al medio para llegar a su corazón -era lo que más me gusta y lo que más fuerza me da- luego tome su sangre y seguí con el segundo, el mismo procedimiento.

Me sentía satisfecha, volví a mi forma humana dejando los cuerpos en ese sucio callejón, estaba sucia y llena de sangre, necesitaba limpiarme, así que volví a lo de mis amigos, era hora de aclarar las cosas.

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NA//: Bueno creo que nadie se esperaba este capítulo pero desde un principio me la imagine así,  quiero saber que piensan de este gran cambio, por favor votar y comentar creo que no cuesta nada.

GRACIAS!!

Cariba.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora