37. Imperio Japonés

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- Es hora… según esto ella debería estar bien si la despertamos, probablemente con algo de dolor y una gran confusión, pero se recuperará ella siempre ha sido fuerte, solo falta que llegue Japón y Corea- explicó Alemania a USA.

- Fueron más rápido de lo que pensé, me sorprenden - soltó el estadounidense.

- Si… bueno la mayorira ya lo habías hecho tú solo faltaban detalles - murmuró él más alto.

- Oye… lo que ONU dijo en la última junta, Sur y Venezuela ¿Es broma?

El alemán apenas iba abrir la boca cuando Japón y Corea llegaron, su gran sorpresa fue descubrir que Japón es hombre y Corea del sur mujer…

-Holy shit

-Was zum Teufel

-Hola chicos, si, si Corea es mujer yo soy hombre blah blah blah despertemos a mi madre no me siento muy cómodo así - pidió el nipon quien en sus ojos cargaba unas enormes ojeras.

- Japón... Ag, lo siento chicos es solo que no ha dormido bien y bueno creo que todos nos ponemos de mal humor si no dormimos como debemos… - murmuró Corea del sur un poco inclinada en forma de disculpa.

- Descuida Corea, nosotros entendemos - Murmuró Alemania siendo apoyado por el de 50 estrellas con su asentir.

Japón por su parte estaba preparando a su madre para por fin despertarla, todo parecía ir de acuerdo al plan, ella respiraba por cuenta propia y eso ya era un logro bastante grande.

-Bien... Que nuestros Dioses nos bendigan madre…

Japón le inyectó una solución a Imperio para poder apresurar su despertar, esto probablemente tomaría unos 15 minutos aproximadamente.

- Realmente espero que todo salga bien - murmuró él Americano.

- Seguro que lo hará Imperio siempre a sido muy fuerte- apoyó el más alto.

Después de los largos minutos de espera por fin Imperio comenzaba a dar señales de despertar a lo que el estadounidense se apresuró a bajar un poco la intensidad de la luz, después de todo han sido décadas en qué está no ha abierto lo ojos.

- Madre, soy yo tu hijo, Japón - hablo suavemente tomando su mano.

-Hmm…- el quejido de imperio fue seguido por el abrir de sus ojos con dificultad.

- Tranquila, por el momento probablemente no puedas hablar o ver bien pero de a poco te irás acostumbrado - explicó el de las orejas de gato.

Imperio realmente estaba confundida, su mirada borrosa no le permitían distinguir quienes estaban presentes, solo podía medio reconocer a su hijo por los borrosos colores blanco y rojo de este, además de tus orejas, su cuerpo le dolía y estaba entumecido, lo último que recordaba era a ver visto al americano diciéndole que le ayudaría, claro, después de casi matarla con sus asquerosas bombas nucleares.

- Quizas ella quiera algo de agua, seguro que su garganta está seca - opinó Corea buscando un cono de papel y sirviendo el agua.

-Gracias cariño- soltó el japonés tomando el cono para después ayudar a su madre a beber algo de agua.

Imperio sentía que el líquido bajaba por su garganta comn gran alivió, probablemente le tomaría un mes recuperarse bien y después de eso buscaría a sus aliados para ver qué ha pasado con la guerra, claro si su hijo no le cuenta antes.

Por un rato dejaron que la veterana se repusieran mientras discutían lo que harían, después de todo USA había cumplido con su parte, Japón quería llevarla de vuelta a casa pero un viaje tan largo de momento era una pésima idea, por lo que quizás estar en una casa temporalmente no estaría mal.

- Bien, les conseguiré una casa en un lugar tranquilo en un rato vuelvo - aseguro el de las estrellas.

Alemania aún estaba sorprendido de que Realmente Imperio estaba frente a ellos, cuando su padre se enteré está realmente feliz, siempre hablaba bien de la japonesa.

- Estoy tan feliz, me siento como un niño nuevamente - soltó el mitad felino con una sonrisa cansada, pronto cayó dormido.

- Ya se me hacía extraño que aguantará tanto… Corea ¿Podrías despejar la banca? - pidió el Alemán con el japonés en brazos.

-Claro, dame un segundo

La sur coreana se apresuró a despejar dicho lugar, de hecho la banca quedaba alado de imperio así que está podría verle y estar tranquila, después de todos ambos presentes no querían morir aún en manos de la peligrosa nipona.

-¿Ocupa algo Imperio?- pregunto la asiática algo curiosa, solo recibiendo un ligero mover de cabeza de forma negativa de parte de la mencionada.

Imperio veía un poco mejor había muchas cosas que no reconocía y eso la ponían un poco nerviosa pero si su hijo y los presentes estaba cómodos y tranquilos probablemente ella no debería de preocuparse tanto.

-¿Me reconoces? - se animó a preguntar el alemán.

En un principio la del naciente no estaba segura pero al ver esa característica sonrisa afilada supo bien de que se trataba y aunque aún no podía hablar bien asintió sonriendo.

- Me alegra saberlo, mi padre y fascista estarán feliz de verla nuevamente, así que porfavor tómese su tiempo para recuperarse - pidió él má alto.

La extraña corrupción [Country humans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora