Tal vez, volverse a ver no había sido casualidad. Pensó Malú mientras acababa de vestir a su hija, que muerta de nervios no paraba de hacerle preguntas a su madre, era su primer día de guardería, hasta ahora no la habían llevado al colegio. No había hecho falta, pero este año Malú iba a sacar disco y eso significaba, promociones, entrevistas e infinidad de cosas que le daban más bien pereza, pero que a fin de cuentas formaban parte de su trabajo.
Y su marido había empezado a trabajar en un bufete de abogados, que significaba que los días quedaban descompensados y que alguien debía quedarse con la niña, los abuelos quedaban lejos. Así que la guardería era la mejor opción.
Albert no sabía nada del reencuentro de Malú y Vanesa. ¡Y mejor así! Él era un celoso, algo posesivo. Era por su inseguridad, Malú era una mujer fuerte, valiente y preciosa, Albert a su lado se sentía tan inferior, por eso esos celos y posesión hacía ella.
Ya hacía rato que él se había ido a trabajar, Malú se había adaptado las entrevistas según el horario de colegio de la niña.
-¡Mami, Mami! La mochila- Le recordó Vanesa, Malú estaba algo distraída el fin de semana había dormido poco y con todas las responsabilidades que tenía estaba agotada.
Cogió la mochila de la encimera y las llaves del mercedes. Que era el coche que tenía antes de estar con Albert, ósea su coche. Lo que cuando nació la niña decidieron comprarse un monovolumen familiar, para los próximos hijos decía Albert, él quería tener tres o cuatro hijos, deseaba ser familia numerosa. Malú lo veía incompatible con sus vidas, si con una hija ya les costaba coordinar todo, como para tener más.
Pero Albert creía que contra más hijos más estatus.
Malú quiso aparcar bien, era un colegio privado, así que la discreción era su mayor prioridad, es más aquí venían los hijos de muchos artistas, eso le permitía a Malú poder llevar y recoger a su hija del colegio, porque una cosa tenía clarísima, ella quería ejercer de madre, ir a buscar a la niña al colegio, prepararle el desayuno, la comida, hacer las tareas del hogar y si eso significaba reajustar agendas lo haría, su prioridad era su hija, su pequeña y adorada hija.
Justo frente del colegio había un gran parking. La niña bajo muy ilusionada del coche, hacía semanas que planeaba este día, que quería estrenar su mochila de la minie. La pequeña cogió fuerte la mano de su madre y avanzo con seguridad, el temperamento y la seguridad eran herencia de su madre también. Cuantas veces la pequeña había visto a su madre pisar el escenario con esa firmeza, pues ella con la misma firmeza que su madre andaba.
El aula de las ardillas, era la que le tocaba a la niña, que se abalanzo sobre el cuello de su madre cuando llegaron a la puerta.
-¡Que tengas un buen día, ratoncito!
Un fuerte abrazo de despedida y Malú dejó el colegio atrás.
Chequeo el móvil antes de coger el coche. Ningún mensaje importante, tenía muchos por leer, pero ninguno de ella, por tanto, ninguno importante. De golpe, sin darse cuenta, se había vuelto la prioridad de su vida otra vez.
Entró en su conversación, no la había borrado. El último mensaje fue en 2019, cuando Vanesa se enteró que Malú estaba embarazada y le daba la enhorabuena cordialmente.
Escribió el mensaje y lo borro unas treinta veces Quiero verte. Que nunca llegó a ser enviado.
Arrancó y desapareció de aquel sitio. Se dirigía a cadena dial, hoy tenía una entrevista.
Aparcó en la parte trasera de cadena dial. ¿Ese coche? Pensó y allí estaba su bmw. No podía ser, Malú maldijo toda su mala suerte, no había días para hacer entrevistas que tenían que coincidir.

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(Re) encontrarse
FanfictionDicen que el tiempo todo lo cura ¿y quién cura el tiempo? Hay personas que son debilidad y por mucho que pasen los años siempre serán debilidad. Seguir intentándolo, buscarnos en el desastre. Ese maravilloso desastre que sonaba a nosotras. A un sus...