T R E S

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Lo primero que escuchó al despertar fue la música. Un suave y melodioso piano construía delicadas notas al ritmo del silencio profundo. Era como una suave caricia que rosaba sus oídos.

Luego un tintineo contante, como pequeños golpecitos arrítmicos. Lluvia. Era el sonido de las pequeñas gotas de lluvia que impactaban contra una superficie.

Sus ojos aún estaban cerrados, y bajo aquella penumbra Jimin sonreía de manera inconsciente. Se dejó arrastrar por la bella melodía, las notas flotaban, creando el más bello sonido que alguna vez escuchó, estaba seguro que ni el mismo Chopin podría tocar el piano tan maravillosamente.

Después vino aquel aroma. A lluvia, olía a lluvia.

Pero eso no era todo y el chico tuvo el impulso de comenzar a olfatear todo como si de un cachorro se tratase. Había otro olor, que se mezclaba con el de la lluvia y la madera. Era el perfume de rosas más delicioso Jimin jamás había experimentado, y lo único que sabía era que le encantaba y que habría estado toda su vida si es que fuera posible, recostado sobre aquel objeto suave y cálido, escuchando esa hermosa música y aspirando esa fragancia tan exquisita.

Pero entonces una pequeña corriente de aire húmedo y frío lo acarició, provocando que al fin abriera sus ojos. La melodía seguía sonando, relajando su cuerpo. Se talló los ojos tratando de acostumbrarse a la luz. Observó entonces donde se encontraba.

Era una enorme habitación, con altos techos y bellos muebles que parecían sacados de un cuento de princesa y reinos mágicos, pero con un toque bastante oscuro que le intrigaba y le fascinaba al mismo tiempo. Había un enorme ventanal cubierto por una suave y delicada cortina medio transparente que se ondeaba gracias al viento. Preciosos cuadros que se asemejaban al periodo romántico adornaban las paredes, la mayoría era bellos paisajes con perspectivas oblicuas y edificaciones góticas. Tuvo el impulso de levantarse y observar más de cerca aquellas piezas de arte tan hermosas, se peguntó si eran reales o solo alguna imitación. Miró entonces al techo y atinó en la lámpara que colgaba de este, era elegante y preciosa, parecía haber sido hecha a mano por el mas talentoso artesano. Jimin observó la cama en la que yacía recostado. Las sabanas que lo cubrían eran blancas y tersas, echas de lo que supuso era seda. Había un enorme espejo a su lado izquierdo, al igual que todo lo demás era sublime y elegante.

Se quedó tan hipnotizado por tan bella habitación, que se olvidó completamente que se encontraba en un lugar desconocido. Parpadeó un par de veces y entonces al fin recayó en su propio reflejo, algo receloso, en aquel enorme espejo. Estaba usando una simple camisa blanca que le llegaba por medio muslo. Sus piernas estaban desnudas, únicamente cargaba con su ropa interior. Su cabello estaba despeinado y las puntas apuntaban a diferentes direcciones, sus carnosos labios lucían más rojos que de costumbre, no había ojeras, sus ojos estaban algo hinchados de dormir y tenía las mejillas sonrosadas. Llevó una mano al espejo, negándose a creer que la imagen que tenía delante era él mismo. No podía ser real, jamás en toda su vida había lucido tan saludable y radiante. Todo el tiempo se negaba verse a espejo, porque nunca se consideró una persona con un bonito aspecto. Y la depresión pesaba aun más sobre sus hombros, cuando por accidenten se miraba en algún vidrio u aparador de la calle, nadie como él merecía reflejarse en algún espejo, porque lo feo solo debe mantenerse oculto.

Contempló sus pies descalzos y luego escuchó como el piano dejaba de sonar. Esa fue la señal que necesitaba para ser consciente de la situación. Hasta entonces parecía que aquella suave música lo tenía hipnotizado. Absorto completamente en ella, olvidándose del sentido común que normalmente habría provocado que entrara en alguna especie de crisis, al notar que se encontraba en un lugar desconocido. Pero por alguna razón que no comprendía estaba tranquilo, quizás era que la belleza y el confort del lugar le transmitían una seguridad bastante bizarra.

ULTRAVIOLETA- KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora