《10》

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JiMin se sentía un poco aburrido, aún faltaba mucho para que YoonGi llegara y su abuela al parecer volvería hasta muy tarde. JungKook había sido llevado por TaeHyung, a saber dónde. Y la hija de SeokJin, estaba con ellos jugando.
Él se sentía un poco solo en ese momento.

Suspiró y se alejó de la ventana donde había estado apoyado viendo hacia el bosque. Pero solo pudo dar un paso, cuando se encogió de dolor y dirigió sus manos a su abdomen bajo. Gimió bajito y sintió algo deslizarse entre sus piernas. El aroma dulce del chocolate junto a la mora, llegó a sus fosas nasales. Lo supo entonces... estaba teniendo su primer celo...

Y justo cuando su abuela no se encontraba en casa.

- Esto... no... puede... ser...- se reprochó así mismo y con dificultad llegó hasta su habitación, no sabía que hacer. Estaba asustado y muy adolorido, se acostó en la cama y se envolvió con las mantas, tratando de que el calor de estas le dieran un poco de consuelo a su malestar.

YoonGi cruzaba la puerta de la casa de los lobos. Esperaba ver a su lobito sentado en el sofá dibujando o pintando, quizás dando algunas volteretas de la sala al espacio de la cocina. Sonríe ante la imagen mental del cachorro omega.

Sin embargo frunce el ceño al no verlo. Y mas aún al distinguir un aroma dulce demasiado atrayente. Seguido por su instinto llega hasta la habitación de su lobito donde escucha quejidos y sollozos. Sin pensarlo tanto abre, pensando en que alguien o algo le esta haciendo daño a su pequeño lobito.

Pero lo que menos esperaba era ver a un JiMin jadeante con el rostro rojo y sabanas húmedas. Lo supo. La abuela de su lobito le explicó que al ser un omega, JiMin pasaría por algo llamado celo, que es cuando su lobo interior comenzaba a madurar para procrear y tener familia. Su aroma se haría mas fuerte y dulce, que podría llamar la atención de algun ser que pudiera olerlo. Y quien sea podría abusar de él y marcarlo.

Con eso en mente se acercó a su lobito, debía mantener la cabeza fría e idear una manera de sacarlo del territorio del clan. No podía permitir que alguien lo dañara. Se negaba a eso.

- ¿Lobito?- preguntó con voz baja y suave, no iba a asustar a su pequeño. Se acercó y miró la carita rojita de su pareja, esperaba poder hacer algo para ayudarlo.

- Yoonie... me duele...- le dijo entre sollozos. Mirando al vampiro y quitando las sabanas para sentarse y esperando que el mayor supiera que hacer. Su abuela ya no pasaba por los celos y no le había visto la necesidad de pedir sus remedios y las recetas de sus tónicos para bajar el dolor y el calor que estaba sintiendo.

- Lo sé, lobito...- le dijo el vampiro con pesar, no quería tomarlo así, lo mas seguro es que JiMin tendría un bebé si ellos se enlazaban en ese momento. JiMin era muy pequeño, él ya tenía varios milenios encima pero su cachorro no sabía nada de eso.- JiMin...- susurró acariciando la mejilla sonrojada del menor. Esos ojos lo miraban con suma atención, el jade y el cristal fijos en él.- Tú sabes que soy un vampiro, ¿verdad?- JiMin asintió- Y sabes que yo te quiero mucho...- el menor volvió a asentir- JiMin, si tú quieres, yo podría ser tu pareja...

JiMin lo miró sorprendido.

- ¿Sería el papá de Kookie también?- de todas las preguntas que YoonGi esperaba que su lobito omega le hiciera, esa nunca pasó por su cabeza.

- Sí... bebé, serías el papá de Kookie también...- le susurró y besó la frente del pequeño.

Por un momento YoonGi olvidó su juramento, JiMin estaba tan delicado en ese momento, su sensibilidad era demasiada, y él tenía que sacarlo de ese lugar. Estaba tan nervioso y preocupado que olvidó por completo que si JiMin se enlazaba con él, sus recuerdos de su vida pasada volverían a él, y se convertiría en un vampiro de igual forma.

ReencarnaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora