13 de abril de 1992...
Iori está aún en su cama, mira de reojo hacia el ventanal donde el claro azul de la madrugada se logra distinguir por entre las cortinas que ondean a causa de una ligera brisa, ¡qué bien pasó la noche!; sin las preocupaciones de los exámenes logró conciliar un profundo sueño que le ayudó a descansar de las noches anteriores en las que debió repasar sus apuntes de matemáticas hasta italiano. Antes de que sonara desactivó el despertador, levantándose después para ir al baño. Hizo todo como la primera vez que fue al colegio, desafortunadamente muchas veces cuando uno realiza las mismas cosas durante determinado tiempo estas empiezan a fastidiar; y aquello ya comenzaba a fastidiar al pelirrojo. Lo único que lo mantenía en pie era el saber que al llegar a la escuela alguien de ojos color avellana con afición al pescado lo estaría esperando en la reja de entrada.
Salió de su casa a las seis y media llegando a su destino al diez para las siete, una hora adecuada para entrar puntual a clases. Cuando va a dejar su bicicleta en el pequeño "estacionamiento" mira con sorpresa que el transporte de Kyo ya está allí, por lo que se va más rápido que de inmediato. Ni siquiera se dio cuenta que no puso el candado correctamente, en un dos por tres lo encuentra: está de espaldas sentado en una de las bancas de los jardines, para variar la odiosa mocosa Yuki está ahí. Se encoge de hombros y llega golpeando a su amigo en la espalda como es su costumbre para saludarse. Kyo voltea. Yagami abre de par en par sus ojos, parado frente a él un golpeado Kusanagi lo mira con odio y resentimiento; al preguntarle qué fue lo que sucedió el moreno no hace más que dar unos cuantos pasos hacia atrás y gritarle que se aleje de él, que ya no quiere saber nada más, que le enferma su presencia y que lo deje en paz. Mas Iori desea respuestas...
– ¡Por tu culpa mi padre me golpeó! – Dice al fin Kyo – ¡¡POR TI ME HIZO ESTO!! – grita aguantando su tristeza.
– Anda... no es para tanto – esas palabras, y la tranquilidad con la que Yagami las dijo enfureció más al otro joven, el cual tomándolo de los hombros lo estrelló contra uno de los árboles cercanos
– ¡¿Qué no es para tanto?! – Gritó – mi padre jamás me había golpeado. El que el tuyo no te quiera no significa que yo deba pasar por lo mismo – aquello hirió al pelirrojo profundamente.
– ¡Yo he aguantado más cosas por ti! – dijo y sintió rabia, demasiada al saber que aquel que tenía enfrente no correspondía sus sentimientos.
– ¡Yo no soy tu! – eso terminó todo. Iori se desplomó por dentro con eso último, entonces comprendió que todo lo hecho había sido en vano, se sentía como un estúpido.
No dijo más, ni siquiera trató de detener a Kusanagi cuando este se fue con Yuki al salón, algo en su interior le dijo que talvez el moreno necesitaba tiempo para asimilar todo; es cierto, nunca su padre le puso una mano encima pero ese no era motivo para que armase tal escándalo, ni le daba el derecho para decirle aquello tan doloroso. Llegó al aula donde el profesor Hiragi impartía su clase de inglés. Desde que entró al salón Yagami sintió una penetrante mirada, volteó presintiendo de antemano de quien se trataba, y justo como imaginó Kyo no le quitaba la vista de encima, hizo caso omiso y continuó con sus labores.
Llegado el receso trató nuevamente de hablar con su moreno.
– Kyo – decía al tiempo que aumentaba el ritmo de sus pasos debido a que Kusanagi caminaba demasiado aprisa – ¡espera Kyo!
– ¿Qué no entiendes que lo dejes en paz? – Kushinada se interpuso justo en el momento que el pelirrojo estaba pronto a alcanzar al otro muchacho
– Apártate – dijo empujando a Yuki a un lado, en ese instante olvidó todos sus modales, lo único que deseaba era hablar con su pareja, más la joven era necia y trató por todos los medios impedir que hablasen
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KURAKU I: COMO ROMEO Y JULIETA
FanficCategoría: YAOI Personajes: Iori X Kyo Generos: Drama, Humor, Romántico, Tragedia Advertencias: Lemon, Muerte de un personaje, Violación Capítulos: 42/42 Finalizado: Sí No menores de 18 años Resumen: La historia es simple y está basada en un cliché...