—Ay, me duele mi estómago, supongo que bebí mucho en el señor Dino. Solo espero no haber hecho nada raro anoche.
Eiji Okumura era un joven noble, sencillo y de gran corazón. Había estado viviendo solo desde que inicio la universidad, sus padres vivian al otro lado de la ciudad, por lo que rara vez solía visitarlos.
A pesar de su ajetreada vida, Eiji pensaba con detenimiento sobre su futuro, sabía que para obtener su estudio debía trabajar el doble, pero con la propuesta de Ash podría lograrlo solo en 6 meses, pero a cambio debía casarse, algo que si bien tenia contemplado, no esperaba de manera tan repentina, y mucho menos con un patán como Ash. Sabía que solo sería en apariencia, pero tendría que cerrarse a los sentimientos que sentía por alguien, solo por 6 meses. Quizá, después de ese tiempo podría confesarle lo que sentía.
Su teléfono comenzó a sonar, la llamada de la persona que vivía en su corazón desde hace varios años.
—H-hola Shorter-senpai, ¿como estas?— dijo totalmente ruborizado.
—Hey Eiji, es solo que tu hermana me dijo que te casaras, ¿es verdad?
—Bueno… no quería decirtelo pero…
—Me alegra mucho, debe ser un gran tipo, y eres mi mejor amigo así que tu felicidad es importante para mi, sabes lo especial que eres para mi.
—Sho-Shorter… ¿podemos vernos? La verdad es que quiero decirte algo importante… lo había callado por mucho tiempo porque no quería dañar nuestra amistad, pero necesito que lo sepas.
—Vale, te veo en la plaza de siempre, llegare en 10 minutos.
—Si, voy enseguida.
Tomo a prisa su chaqueta y abrio la puerta.
—Debo confesarle lo que siento… auch— se había topado frente a Ash sin notarlo.
—¿A donde vas? ¿Que tienes que confesar?
—Ash…
