¡Eiji la esposa perfecta!

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—Aquí está su Martini señor.
—Gracias… aaa… esto es relajante… me pregunto que estará haciendo Eiji. Ja, seguro debe estar viendo sus monos chinos, cosas de japoneses.

—¡Bienvenidas al curso de cocina y repostería! ¡En esta semana incluiremos plato fuerte, guarniciones, entradas, ensaladas y 6 riquísimos postres que les encantaran a sus maridos!

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—¡Bienvenidas al curso de cocina y repostería! ¡En esta semana incluiremos plato fuerte, guarniciones, entradas, ensaladas y 6 riquísimos postres que les encantaran a sus maridos!

Eiji se sentía avergonzado. Tuvo que conseguir una peluca y vestido ya que solo se admitian mujeres. Su pasión era la cocina y estaba decidido a perseguir su sueño.

—Vaya, tu postre de miloji es adorable, ¿Como te llamas?
—Eimi Okumura.
—Eimi, tu esposo estará encantado.
—¿Eso cree?
—Claro, tienes talento.
—¡Gracias!— sonrió y continuo trabajando en los platillos.

Al terminar el curso salió con sus platillos hacia casa. Pasó por el parque y vio sentado a Shorter.

—¡Senpai!— grito sonriendo hacia el.
—Pero… ¿Eiji? ¿Porque estas vestido así?
—Bueno… me metí a una clase de cocina pero solo era para chicas…
—Jajaja realmente te vez linda— Eiji se ruborizó.
—¿T-te gustaría probar lo que hice hoy?
—Claro.

Ambos se sentaron a comer alegremente y conversaron por varios minutos.

—¿Te trata bien ese tipo?
—Si…
—Tal vez debería irme ya, puede molestarse si llegas tarde.
—No importa, el no está aquí, salió por su trabajo… puedo quedarme más tiempo.
—No entiendo porque te casaste con alguien como él.

Eiji se sentía incómodo por mentirle a su mejor amigo, así que no lo pensó más.

—Shorter, en realidad yo no amo a Ash… me case con él por dinero.

—Shorter, en realidad yo no amo a Ash… me case con él por dinero

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—Al final quedo de darme el resto luego del divorcio.
—Entonces… ¿no lo amas?
—No
—¿De veras?
—¡Si!
—¡Eiji!— lo tomo de la cintura y lo cargo dando vueltas— ¡es la mejor noticia!
—¡Pero acabo de romper el contrato!
—¡No importa, haré como que nunca me lo dijiste!
—Shorter…
—Entonces… Eiji… quieres ser mi…
—¡Espera!— Eiji se puso rojo y se alejo de él— no puedo escucharlo hasta dentro de 6 meses. Cuando termine… ¿puedes preguntarme de nuevo?

Shorter sonrió y asintió con la cabeza. Eiji sonrió también.

—Será mejor que me vaya, ¿mañana… puedo verte y comernos lo que haga en la clase?
—Claro que si, yo estaré esperándote.
—Entonces… adiós.
—Adiós.

Eiji camino alegre rumbo a casa. Shorter se dejo caer en la banca feliz.

—Solo 6 meses… ¡de solo pensarlo me sonrojo! Eiji… no seas lindo con ese patán… no quiero que se enamore de ti.

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