Capítulo Uno

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Aún recuerdo como conocí al que ahora es mi esposo, recuerdo la primera vez que lo vi, la primera vez que vi su suave cabello platinado decorado con dos hermosas y peculiares orejitas de oso. Al verlo, al ver esos tiernos ojos color olivo, y su sonrisa me sentí tan afortunada.
Recuerdo el día en esa torre en la que me había dado por vencida, pues a todas las demás ya las habían salvado hace unos días atrás…el mío, mi salvador, llegó unos días después. No supe, ni fuí consciente de cuando mi salvador, fué quien más me destruyó.

Y ahí estaba yo, viendo como mi actual esposo, me engañaba con su compañero. Aún creé que no me doy cuenta, cree desde el principio que soy tonta, que soy fácil de engañar…Pero ¿como ocultas algo así? Si están hablando y coqueteando fuera de mi casa, los he visto, lo he escuchado todo esté tiempo. No ocultas una relación o un hijo estando todo el tiempo cerca de quién no quieres que lo vea.

¿Mi esposo? Es el futuro esposo de alguien más. ¿Mi hija? Es el fruto de la muerte de mis otros hijos. ¿Yo? Soy producto de un maleficio. Así son las cosas en esta casa, pero ya me cansé. No puedo dejar que siga poniéndome a mi y a mi hija a un lado, como siempre lo ha hecho.

Rubius era mi debilidad. Osito, es mi debilidad. Pero…ya no tengo tiempo para tener debilidades. Gracias por salvarme, y Gracias por destruirme.

Estaba en el sótano de la casa, pensando en todo ésto. Y me decidí, voy a salir de aquí. Limpié todo rastro de lágrima que había en mis mejillas y subí hasta la sala.

—Lely, hija…hay que irnos de aquí—Le hablé a mi hija mientras tomaba algunas cosas y las metía en una mochila

—Pero mamá, ¿Que pasará con papá?—Preguntó angustiada

—Tu padre no nos necesita, hay que irnos.—Dije sin mirarla, ella solo asintió.

Estaba yéndome de la "casa" que tiene Rubén en una especie de terreno flotante, admito que es la mejor casa que ha hecho hasta ahora, luego de destruir la nuestra. Le rogué que no lo hiciera, que lo que hacía era una locura y que debía detenerse, pero aún así lo hizo, haciendo caso omiso a las lágrimas que derramé cuando le dije que era nuestro verdadero hogar, y tuve que atenerme a ver como volaba cada recuerdo por los aires, ver como explotaba todo hasta los cimientos.

Se supone que hay un ascensor en algún lugar del sótano…listo.

Ya abajo me propuse irme lejos, pero no tan lejos, quiero que el oso tenga su merecido, que sepa cómo aún me duele decir su nombre, que sepa cuanto he sufrido por culpa de su ignorancia.

Luego de caminar un poco con Lely detrás, me encontré lo que parecía ser una taberna algo abandonada, así que decidí pasar una noche ahí, ya que no podíamos estar de noche fuera, es más peligroso de lo que parece.

—Mami ¿por qué huimos de casa?—Indagó con nostalgia

—Cariño, no voy a mentirte como lo ha estado haciendo el—Me acerqué a ella y la tomé de sus pequeñas manos—Tu papá, él tiene a alguien más

—¿Papi es una mala persona?

Vi como sus ojos se convertían en cristal, en ellos se reflejaba la tristeza de una niña, de un alma pura que no era capaz de entender por completo la situación. Tenía miedo…ella estaba a punto de romperse, y así lo hizo. Lágrimas empezaron a caer descontroladamente de sus ojos.

La tomé en mis brazos y oí como sollozaba, era una niña de diez años tan solo. Ahora éramos ella y yo, huyendo de casa, apunto de dormir en una taberna abandonada, conmigo escuchando como mi hija sollozaba por el que decía ser su padre, el que alguna vez fue mi osito.

¿Cómo pude creer que de verdad me amabas?

Todos me dicen tonta por qué les dijiste que soy algo lenta al hablar y entender…pero todo éste tiempo, he sido tonta por confiar en tus "Te amo"s

×Darkness×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora