×Darkness×

Capítulo Doce

—¡Ehhh Ehhh! ¡¿Quién está por aquí?! ¡¿Doblas, estás bien?!

—¡Si si, estoy bien! ¿pero que pasa? no entiendo nada ¡AAH! ¡Vegetta me congelan!

—¡¿Pero qué leches?! Bueno… no sé quién te va a ayudar, yo acabo de caer en una trampa.

—¡¿quien pinches vergas está en mi casa?! También caí en una trampa Vegetta, ¿donde estás?

Y ellos seguían hablando, aún no se veía nada pero pronto el humo empezó a disiparse…

—¡Doblas! Ya puedo verte, hay que salir de aquí.

—¿Si Vegetta? No me había dado cuenta.

—Vamos a ver, vamos a ver, vamos a ver ¿Quienes son los tontos que están haciendo esto?

—No sé, voy a llamar a Alex para que nos saque de-

—Tu no vas a llamar a nadie—dijo Fargan saliendo de dónde estaba escondido.

—Bueno bueno bueno ¿Qué tenernos aquí? Al oso y a triple siete.—Subió Willy

—Rubius, que son la hermandad oscura, son la hermandad oscura.

—Eso veo Vegetta—Los miró a ambos con furia.

—¿Pero tu no eras de la hermandad oscura?

—Vaya…al parecer otra persona que lo sabía, hermano traidor.—Reprochó Willy y a Rubius se le bajo el color de la cara, palideció completamente.

—H-hermanos, l-lo puedo explicar ¿Vale? Lo que pasó fue qu-

—No estamos aquí por eso Rubius…estamos aqui por ellas.

—¿Ellas quie-? ¡Nieves! Secuestraron a nieves y Akira, devuelvanlas ahora o diré sus nombres, denmela ya.

—Rubius, calma un poco, ¿quieres? Ella vino a hablar contigo…¿Nieves?.

Esto lo hago, por mis hijo, y por cada vez que me dijiste que era lenta…por cada vez que caí en la oscuridad. Caí tantas veces y tantas veces quise salir a la claridad, pero luego caí una vez más, y ella se hizo mi amiga.

Ese hombre no sabe que ahora soy aprueba de balas.

—Hola, Rubén. 

—¿Ni-nieves? ¿Mi niña?

—No estoy aquí para que me llames así.

—¡¿Comooo?! Rubius ésta no es Nieves, Nieves es tonta y no sabe hablar.

—Vegetta ¿quieres callarte? Por favor. ¿Nieves, que haces vestida así? con ellos, haciendo esto.

—Estoy aquí para mostrarte lo que me hiciste, Rubén, a mi y a mis hijos.

—Pero yo te lo explique ¿vale? Se fueron lejos.

—Rubén, quiero la verdad. No soy tonta, ya no. Siempre supe todo lo que pasaba en esta casa, sé lo que les pasó a mis hijos, sé lo que has estado haciendo con el y se que me mientes cada vez que tienes oportunidad. Mírame, mira lo que me has estado haciendo todo éste tiempo, todo el daño que me hiciste, lo que soy ahora es producto de tus mentiras. Yo no quería que las cosas sucedieran de ésta manera, pero fuiste quién me obligó a odiarte.

—Pero Nieves, yo te adoro con mi vida, yo te creé, te di tu forma humana, te di un hogar, te di amor, te di hijos, y se que si, que accidentalmente ellos no pudieron contarlo. ¿Enserio me haces esto luego de todo lo que hice por ti?

—Rubén, yo no fui hecha para ésto…yo debía combatir monstruos y proteger tu territorio, para eso son los golems de nieve, pero tú me trajiste a la vida solo para ver cómo pierdo a mis hijos, ver cómo me tratas de lenta todos los días, ver cómo te vas con otras personas, ¿como quieres a alguien tratándolo así? Yo no pedí amarte, nunca te pedí nada de lo que según tu, hiciste por mi, por amor…

—yo creí que-

—No quiero oírte Rubén, ya quedó claro que, por más que digas o hagas nunca conseguirás que me reponga. Estoy destruida por culpa de tu ignorancia. En cuanto a ti…Vegetta—dije acercándome a el— ¿así qué la niña tonta te encerró? Tu también eres un desagradecido, tienes una mujer hermosa y un adorable hijo, y vas, y los encierras con un montón de cofres como si fueran un bloque más, privandoles de la libertad, casándote y teniendo un hijo con otra persona.

—Solo trataba de mantenerlos a salvo, además, no eres quién para decir que piensa Akira de todo lo que pasaba entre nosotros.

—Tal vez ella no, pero yo sí.

—¿Akira qu-

—Samuel, escúchame ¿Sí?—pidió acercándose lentamente a el. Suspiró—Sé todo lo que hay que saber sobre ti, sé lo que te gusta y lo que no...aprendí a saber cuándo mientes y cuando no, y...también aprendí a tolerar tus mentiras. Siempre siendo cortés conmigo y todo un caballero, pero cuando no estabas conmigo estabas con alguien más…me dolía, bastantes veces veía desde esos hermosos ventanales morados como te reías con él, y como te divertías. Llegué a la conclusión de que probablemente nunca iba salir del salón de cofres, y que no importaba con quién estuvieras pues solo miraba por tu felicidad, pero...¿Donde quedaba la mía? ¿Que pasaba conmigo? Yo me quedaba viendo como eras feliz...mientras me ignorabas y a nuestros hijos—pasó su mano a través de las rejas y la puso en la mejilla del pelinegro—No me arrepiento de haberte conocido, pero ojalá no haberlo hecho nunca, pues habría preferido mil veces ser presa de Perséfone, a ser tratada por ti como otro de tus trofeos—empezó a hacer presión en su mejilla—Preferiría mil veces haber sido secuestrada por esos incompetentes osos, a ser salvada por ti. Y hubiera preferido morir antes de compartir mi vida contigo. Y si no me fueran salvado, hubiera quemado tu casa hasta los cimientos contigo dentro de ella.—le soltó bruscamente y se alejó.

Todos quedaron sorprendidos ante la actitud de la rubia ¿Quién diría que la dueña de esos grandes ojos lila, y cara de ángel, fuera a dar ese discurso lleno de veneno?

—Ruben ¿quienes son la hermandad oscura?—le pregunto el de iris morado al oso sin despegar su mirada fija de la mía.

—Willy y Fargan.

—¿¡Willy!? ¿¡Willy como pudiste!? Yo de verdad creí que-

—¿que qué?

—Creí que eras mi compañero Willy, creí que aún seguías sintiendo eso por mi…eso que aún yo no dejo de sentir.

—Vegetta y luego de seis meses y de romperme el corazón…¿me lo dices?

—¿Vegetta, pero que dices?—dijo el oso, muy indignado

—Yo de verdad creí que estarías mejor sin mi, Willy

—Lo estoy, lo estoy ahora, Vegetta.

—¡ya basta! Los tres, ya, se acabó. Willy, vámonos, creo que ésto ya terminó.

—¿Estás segura? ¿Estás bien?

—Lo estoy, y lo estaré.—termine de decir lo último y a la vez Willy acortó la distancia con un tierno beso.

—¡NOOOOOO! ¡Hijo de perra! ¡Traidor!

—Cuidate, Rubén, ojalá sean felices algún dia.

—Ojalá no—Soltó la más alta con mala mirada a los dos

Junto con Willy, Akira y Fargan quien se mantuvo callado, salimos por la puerta de la casa y alzamos vuelo en chocobo hasta la casa de Willy, el tomó algunas cosas y se despidió de sus hijos y de Kristina, yo me despedí de Akira, quien se iría por la mañana a la pradera de la que habló

—¿A donde me dijiste que querías ir?

—Pasando la casa de Alexby.

—Pues para allá iremos, Dama Oscura.