— quiero aclarar algunas cosas
— no quiero hablar — iba a cerrar la puerta pero él puso su mano evitándolo.
— roma, 5 minutos
qué cosas quiere aclarar este wacho ahora? y por qué a estas horas de la noche? la puta madre. suspiré haciéndome a un lado dejándolo pasar al interior y nos dirigimos al salón para sentarnos en el sofá.
— que queres? — dije cortando el silencio que había.
— me podes decir qué te pasa? — me miró pero yo a él no — pensé que lo aclaramos todo en la tarde
— de eso queres hablar? — le miré y él asintió — bueno yo no quiero
— ya te pedí perdón por todo roma, qué más queres que haga? la puta madre — se tapó la cara frustrado.
— te crees que con un perdón se va solucionar todo mateo? — me volvió a mirar — estás equivocado, por muy arrepentido que estés ahora, los hechos son hechos y eso siempre será así entendes eso?
— ya sé boluda pero — el timbre sonó haciendo que mateo deja de hablar mirándome y yo fruncí el ceño.
me dirigí a la puerta y pregunté quién era.
— soy yo, la hermana de candela, podes abrirme que me olvidé mi cartera? — abrí la puerta y la dejé pasar — perdón, pero soy muy despistada
— tranqui, pasa
fue al salón en busca de su cartera encontrándose con mateo en el sofá y se saludaron de lejos mientras ella agarraba su objeto.
— vos sos el papá de tomi cierto? — ella sonrió — es un clon pequeñito tuyo
mateo se quedó callado mirándome sin saber que decir y yo rápidamente negué con la cabeza.
— nonono, él no es el papá — dije firme.
— ah, perdón. por un momento pensé...
— no pasa nada — la interrumpí para que no acabe con la frase y ella asintió no muy convencida.
— bueno, yo ya me voy. perdón por interrumpir — dijo despidiéndose y saliendo de la casa.
— por qué absolutamente todo el mundo cree lo mismo? — dijo mateo con cara de confundido.
PUEDE SER PORQUE ES TU HIJO Y ES IGUALITO A VOS TARADO MENTAL? SÓLO QUE VOS SOS EL ÚNICO QUE NO SE DA CUENTA DE ESO. UGH.
— porque son los dos morochos con rizos, pero eso lo tiene de su papá — me alcé de hombros intentando evitar el tema.
— él asintió — entonces me vas a contar qué onda con vos?
— ay, mateo la puta madre. que queres que te diga boludo? me re jodiste la vida dejándome sola embarazada sin querer saber nada del bebé, de NUESTRO bebé. — resalté — no sé como pretendes que haga como que no pasó nada cuando sí pasó. sí pasó y no sabes lo mucho que sufrí mateo, no tenes ni una mínima idea. encima vos estuviste con mil wachas mientras yo te re lloraba aún, sabes? podemos ser amigos pero no de un momento a otro porque todo esto es muy raro para mi
solté todo de golpe mientras mateo me miraba expectante sobre las palabras que le estaba diciendo, él agachó la cabeza asintiendo. escuché a tomi llorar desde la pieza, me dirigí hacia ésta para tomarlo en brazos mientras calmaba su llanto cuando mateo entró a la habitación con nosotros dos mirándonos atentamente.
tomás apenas le vio intentó lanzarse a los brazos de mateo haciendo ruiditos y moviendo sus bracitos haciendo que él lo tome con gusto. es muy raro que tomi actúe así, él es muy tímido con la gente siempre y con mateo desde el primer día que lo mira con atención y se le acerca para que lo agarre en brazos.
le dije que si se podía quedar con él en lo que yo me daba una ducha rápida, necesitaba quitarme la suciedad de la noche. me metí a la ducha relajándome, sacando mis pensamientos y soltando un par de lágrimas. no me puedo creer que esté con mateo y con tomi a la vez. no acabo de asumir que mateo volvió a mi vida pidiendo perdón por todo.
salí de la ducha envolviéndome en la toalla. mierda, no agarré el pijama. entré a la pieza encontrando a mateo sentado en la cama apoyándose en el respaldo de ésta con tomi sobre su pecho mientras él tenía una mano en la espalda del bebé. estaban dormidos e inconscientemente sonreí por la imagen tan bonita que estaba viendo.
me puse el pijama lo más rápido posible y me acerqué a la cama.
— mateo — lo moví ligeramente haciendo que abra sus ojos lentamente — te quedaste dormido— él asintió bostezando y dejando al bebé a un lado de la cama intentando no despertarlo.
— qué hora es?
— miré la hora en mi celular — son las 05:49
no sé si decirle que se quede a dormir acá, es muy tarde como para que vaya por la calle a estas horas por el barrio de la boca. pero tampoco quiero que mal piense por mi hospitalidad.
— esto... mateo — lo llamé haciendo que me mire con su cara de dormido — te queres quedar a dormir? digo, porque es tarde para que te vayas
mateo tardó unos segundos en reaccionar pero acabó asintiendo. me metí en la esquina de la cama y él se puso en la otra, dejando a tomi en medio de los dos. apagué la luz y sentí como mateo se acurrucó al lado del bebé. la poca luz de la calle que iluminaba la habitación me dejaba ver a mateo con los ojos cerrados y su típico puchero. este chico no cambiará nunca.
— buenas noches roma — susurró con voz de sueño.
— buenas noches — me giré dándoles la espalda y quedándome dormida.
me desperté por el sonido del timbre, quejándome miré la hora y daban las 11 de la mañana. suspiré y me paré con pereza de la cama, sentí como mateo gruñó y se acomodó para seguir durmiendo. bajé las escaleras puteando dirigiéndome a la puerta para ver quién era la persona que venía a joder tan temprano un sábado. cuándo la abrí me quedé inmóvil sin reaccionar.
— SORPRESA! — benja se acercó a mi dejando un beso en mis labios y entrando a la casa.
y tanto que era una sorpresa, no esperaba que se presentase acá de un día para otro sin avisar. la re puta madre que me re contra parió. ahora qué hago? tengo a mi ex durmiendo en mi cama con nuestro hijo.
— que haces acá? — dije aún sin moverme del sitio.
— no queres que esté acá? no me extrañaste amor? — dijo haciendo un puchero.
— nono, no dije eso, sólo que no me lo esperaba
— y claro beba, las sorpresas no te las esperas — dijo agarrando de mi cintura pegando mi cuerpo al suyo — y tomi?
— eh, durmiendo — dije rápido mirando las escaleras y volviendo a mirarlo — queres desayunar? veni — le agarré la mano tirando de su mano.
fuimos a la cocina y nos sentamos a comer mientras hablábamos de todo lo que no nos habíamos contado por llamada. en lo que estábamos hablando, entró mateo por la puerta refregándose un ojo, al vernos se quedó quieto observando. benja se giró viendo a mateo y después se giró a verme a mi de nuevo con cara de bastante confusión.
— mateo — se acercó extendiendo la mano como saludo y benja la tomó.
— benja, el novio de roma — remarcó la palabra novio.
mateo asintió mirándome sin saber que hacer y benja me miraba con cara de exigirme miles de explicaciones.
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