me has condenado

capitulo 18.

Adan.

Estoy de verdad muy enamorado de esta chica, pero enamorado locamente, un amor que nunca antes había sentido. Es un amor diferente, un amor especial. Quiero que sea la madre de mis hijos y que envejezcamos juntos.

Y estoy decidido de hacer lo imposible para esto.

Me levanto y después de desayunar junto a ella me voy a cerrar un trato que tenía pendiente desde hace alguns días y me fui con Luca.

Me estaciono enfrente de su casa y al verme sale enseguida, él y yo llevamos el negocio de maneras muy diferentes, es muy diferente que para él hayan probemas con un negocio o tenga un enemigo, él es muy transmitivo de confianza, todo lo contrario a mí. Es por eso que somos tan amigos.

Nos saludamos y entramos a su casa como de costumbre, comenzamos a hablar mientras fumamos un cigarrillo.

-y bueno Adan, a que has venido?- me dice antes de tomar un trago a su bebida.

-he venido para decirte que vayas haciendo un curso de padre- dijo al darle una calada a mi cigarro.

-de padre!? Y eso para Qué? - me dice sobresaltado por mi petición.

-porque quiero que nos cases a mi y a Robbie- dije.

-pero se van a casar!? Antes que nada felicidades, pero, no crees que es algo pronto? Solo llevan tres meses de novios- me dice para después darle otro trago

-el tiempo no tiene nada que ver, no es el tiempo, es lo que te hace sentir chico, ella es como un huracán de verdad, y no me felicites todavía,  que no le he pedido su mano aún-dije ntes de dare un trago al whisky.

-bueno, como tu digas, con que te quieras casar con alguien ya es bastante para ti, yo pense que ibas a morir solo, yo voy a hacer el curso, pero pidele matrimonio coño.- me dice despues de darle una calada a su cigarro.

-Sí,  yo se lo pido,- dije antes de darle una calada yo también- estoy muy asustado- dije al rascarme la cabeza.

-jajaja, de esto se trata la vida amigo, tu muestra confianza, si estas seguro saldra de dentro- me dice.

Seguimos platicando de otras cosas y después de un rato me voy en el atardecer hacia la casa, no sin antes haber pasado a una joyería por un anillo, con el problema saber que talla de anillo era ella. Como tiene las manos pequeñas y los dedos delgados tomé alrededor de una hora completa averiguarlo.

Llego a casa y ahí está cocinando algo para los dos. Comemos juntos y luego vamos a la sala para ver una película.

Nos quedamos abrazados y al verme con esos hermosos ojos la besé, ella me besó.

Pase mis manos a traves de su espalda hasta haber llegado a su nuca,  para poder profundizar el beso. Ella pasaba sus manos por mi pecho y luego por mi cabello rodé para quedar sobre ella, se separó un poco para verme y luego poder seguir con el beso. Apoyé mi peso en mi brazo mientras que con mi mano acariciaba su rostro y notaba como se le ponían los vellos de punta.

Me separo de ella un poco y saco la caja, ella se queda viendo cada movimiento que hago.

-y-yo te quería decir que te amo, demasiado Rob, te amo como nunca más lo podrá hacer otra persona, se que esto es demasiado pronto y que llevamos poco tiempo juntos, pero esto es otra cosa y es por eso que te quería hacer una pregunta- me veía en cada movimiento presintiendo lo que estaba a punto de hacer.

Tomo la caja, pero de tanto que me temblaba el brazo se me cayó,  la volví a tomar y la voltee a ver. Muy confiado no me he de ver en este momento.

-quieres converirte en mi esposa?- dije mostrandole el anillo en la caja, ella me veía impresionada, con algunas lágrimas retenidas que estaban a punto de salir como ríos.

-y-yo, n-no puedo hablar sin llorar- dijo y se detuvo para limpiar sus lágrimas mientras tenía la cabeza baja-  me pongo yo sola el anillo?- dice levantando su cabeza, con la cara completamente roja.

No hago nada más que soltar una risa, se me hicieron los cinco segundos mas largos de mi vida.

Con una pequeña lágrima le pongo el anillo en su dedo, celebrando porque si le quedó el anillo, me limpio rápidamente la lágrima,  antes de que caiga.

La beso de nuevo.