Narra Sarah:
Enjolras bajaba su mano atravez de mi cintura hasta llegar a mi pierna.
Poco a poco fue subiendo mi vestido mientras nos besábamos y yo comenzaba a quitarle la chaqueta roja que tenía.
Cuando se lo quite el comenzó a desabrochar la parte de atrás de mi vestido.
Me dio la vuelta quedando mi espalda pegada a su pecho, estábamos de pie dirigiéndonos a una pequeña habitación donde había una cama.
Comenzó a bajar el hombro de mi vestido, dejando varios besos en mi cuello y mi hombro.
Cuando llegamos a la habitación, nos recostamos en la cama quedando el encima de mi.
Mientras continuaba bajando mi vestido, comencé a quitarle su camisa hasta lograrlo y tirarla en algún lugar de la habitación.
Mis manos se paseaban por su torso desnudo y un poco más allá.
Me terminó de liberar del vestido, estábamos en silencio.
Las demás prendas que nos separaban desaparecieron.
Sentí como algo entraba en mi.
Al principio era dolor, pero luego se transformó en placer.
Pequeños gemidos salían de la boca de los dos, y nos habíamos encerrado en un mundo donde solo existimos el yo.
Luego de un rato, nos quedamos profundamente dormidos.
Al día siguiente desperté recostada en mi cama y sentía una presión al lado mío.
Me di la vuelta y vi a Enjolras, con unos delicados rizos dorados que caían por su rostro.
Simplemente perfecto.
- Buenos días, - dijo el un poco adormilado. - ¿Cómo estás?
- Más que bien, perfecto.
Me levanté y comencé a vestirme recordando lo que pasó la noche anterior.
- ¿Quieres desayunar algo? - le pregunté pasando mi mano por su mejilla.
- Está bien.
- Vístete y ven a la cocina.
El asintió.
Salí de la pequeña habitación y fui a la cocina. De inmediato vi las cartas del banco en la mesa y mis ánimos se vinieron al suelo.
Enj me había propuesto ayudarme y con todo lo que tengo encima creo que sería una buena idea aceptar su ayuda, al menos por este mes.
Estaba tan concentrada en mis pensamientos pero unas manos alrededor de mi cintura me hicieron volver a la realidad
- ¿En qué piensas? - dijo recargando su mentón en mi hombro.
- En las deudas de la casa.
- ¿Ya decidiste si quieres que te ayude?
- Pues la verdad, creo que es buena idea.
- Podemos ir más al rato a pagar eso si quieres.
- Es que, aún creo que es mucho abuso Enj.
- Oye, eres mi novia y no voy a dejar que el amor de mi vida se quede en la calle.
- ¿Soy el amor de tu vida? - me di la vuelta para verlo directamente a los ojos.
- Eres más que eso - tomo mi mano y la beso - eres mi vida entera, y nada nos podrá separar.
- ¿Ni siquiera la revolución?
- Nada de nada - me tomo la mejilla - por qué te amo mi Lady.
- Y yo a ti Mon Chéri
Tomo mi mentón y beso mis labios en un cálido beso que permitía transmitir todos nuestros sentimientos.
El amor que nos teníamos el uno para en otro.
ESTÁS LEYENDO
Do you hear the people sing? | Enjolras ✅
Tarihi Kurgu¿Te has imaginado como es una historia de amor en el siglo XIX? Aquí lo descubrirás...