Capitulo 1. Mejores amigos.

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Fuera de los límites del reino de Arendell, se encontraba una pequeña comunidad que se las arreglaban para vivir cómodamente sin la necesidad de pertenecer por completo al reino y la verdad es que les iba muy bien. El rey Agnarr sentía una gran responsabilidad no solo por su pueblo sino que también veía por la seguridad de aquellos que se hallaban en las cercanías. Entre ellas sobresalía una familia, los Overland.

La familia había servido muchos años para el palacio, pero en ese momento la única que continuaba trabajando ahí era la señora Overland haciendo limpieza en los jardines. Un día de tantos se le dio la gran noticia de que la subirían de puesto, pues los reyes esperaban a su primera hija y tenían tanta confianza en ella que esperaban que aceptara ser la mucama de aquella bebé.

El trabajo no era la gran cosa pero el pago era la notable diferencia entre ambos puestos, al principio pareció intentar rechazar la propuesta ya que hace muy poco ella también se había enterado que estaba embarazada y no sabía cómo cuidaría de dos bebés, pero necesitaba el dinero para poder mantener al pequeño que venía en camino.

Los meses pasaron y del vientre de ambas mujeres nacieron dos hermosos bebés, una preciosa princesa, y un apuesto joven.
Aquél Joven al que nombraron Jackson había nacido dos meses antes que la princesa, que curiosamente llamaron Elsa, la señora Overland había logrado mantener el ritmo entre su hijo, y su trabajo. La reina Iduna le había permitido a la mucama llevar a su hijo, le hacía ilusión que su hija creciera rodeada de amigos y aprendiera de humildad, amabilidad y calidez humana, algo que sin duda ya desbordaba la reina.

Los niños fueron creciendo juntos, se habían sin duda transformado en amigos y confidentes, los reyes adoraban a Jackson al igual que todos los empleados, habían crecido de la mano y ambos niños disfrutaban la compañía del otro.

-Jack, alcánzame. -Gritaba la pequeña Elsa corriendo por los jardines y detrás de ella corría aquel joven.

-Espera, Elsa. ¿Elsa? -La había perdido de vista y la buscaba detrás de los árboles. -Elsa, la reina Iduna nos ha pedido no adentrarnos más allá de los jardines. -Susurraba buscando a la princesa que se había escondido detrás de un arbusto, cuando Elsa estaba a punto de saltar y dar a conocer su escondite sintió a una persona detrás de ella, cuando se giró soltó un pequeño gritó de sorpresa, Jack corrió lo más rápido que pudo y cuando llego a ella el Rey Agnarr se encontraba regañando a su hija, a Jack no le gustaba nada cuando Elsa bajaba la mirada de ese modo arrepentida y se acercó a ellos pensando que podría arreglar la situación.

-Elsa, necesito que dejes de meterte en problemas. Tú madre necesitara de ti dentro de poco, no puedes seguir comportandote de este modo. -Decía el Rey con brazos cruzados, cuando Elsa se fijó en Jack sus lágrimas comenzaron a salir y salió huyendo hacia el castillo, el rey solo pudo advertirle a Jack que debían tener cuidado cuando él también salió corriendo detrás de Elsa.

-¿Elsa? -Jack tocó la puerta de la habitación pero Elsa no respondía, siempre era así cuando se sentía avergonzada o triste, Jack se sentó detrás de la puerta y espero hasta que ella quisiera hablar.

-Dice mi madre que pronto mi hermana crecerá y necesitara que la cuide, que juegue con ella, que sea su mejor amiga Jack.

-¿Y eso que tiene de malo?

-No puedo ser su mejor amiga. -Se acerco y se agachó para poder susurrarle en medio del espacio que había entre el suelo y la puerta. -Es que yo ya tengo un mejor amigo.

Jack no podía evitar reír, le impresionaba lo tonta que podía ser, copió su acción también y le murmuró que podía tener una mejor amiga aún teniendo un mejor amigo, Elsa no tenía idea que eso se podía hacer, estaba más aliviada y le iba pagar el favor de tranquilizarla con un secreto. Abrió la puerta dejándolo pasar, con el dedo índice de su mano le indico guardar silencio. Jack esperaba que fuera una tontería, siempre que la princesa prometía contarle un secreto solo se trataba de datos curiosos que había aprendido en sus clases privadas de historia o política.

De sus pequeñas manos salían pequeños copos de nieve, casi diminutos, Jack estaba entre asustado y maravillado, la miró con la boca abierta y Elsa entre pequeñas risas derritió la poca escarcha que había caído en sus manos.

-Mis padres me han prohibido mostrarle a los trabajadores del castillo mi poder porque temen la reacción que podría causar en ellos y me han pedido que la esconda un rato en lo que piensan que hacer. -Explicó Elsa emocionada de poder hablar sobre la decisión drástica que sus padres habían tomado, estaba alegre porque tal vez le habían pedido esconder sus poderes pero no la habían encerrado en una torre como en aquellas historias de princesas que le leía su madre por las noches.

-Te dijeron que no les contarás a los trabajadores, entonces ¿Por qué me lo cuentas a mí? Te vas a meter en problemas, tonta.

-Porque tú eres mi mejor amigo, tonto. -Elsa codeo a Jack y ambos comenzaron a reír para minutos después decidir en volver a salir al jardín pero la mucama los había detenido al acto.

-Princesa, ¿A dónde cree que va?-Preguntó ella con suave voz.

-Vamos a jugar mamá. -Interrumpió Jack.

-Nada de vamos, Jack. La princesa tiene que tomar su ducha mientras preparo su pijama porque mañana debe madrugar, sus tutores vendrán a darle sus lecciones y debe estar lista mañana por la mañana.

-Pero mamá...

-Pero nada, ve adelantándote que ya pronto anochecera y no quiero que te caiga la noche en el camino. Yo iré dentro de poco a casa.

Elsa en silencio veía la escena triste por no poder abogar por Jack, sus padres habían hablado con ella y siempre le recordaban obedecer a la señorita Overland. Jack no tuvo más que despedirse de Elsa y Elsa de él, con el consuelo de que se verían al día siguiente para poder jugar como lo hacían diariamente.

Llamado Del Corazón. (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora