Llamado Del Corazón. (Pausada)

Capitulo 7. Heridas.

Jack ni siquiera podía articular la boca, no se imaginaba ver a Elsa en esa situación, apenas le había dado tiempo de reaccionar y levantarse sorprendido con mucha rapidez.

Elsa tenía un semblante serio sin quitarle los ojos de encima, como si lo estuviera estudiando. Ella sabía que era su oportunidad para grabarse su rostro.

-¡Su alteza! -Corrió Bella hacia ella pero sin acercarsele demasiado. -Lo sentimos mucho, no sabíamos que hacíamos demasiado ruido. No volverá a pasar.

Elsa ni siquiera se había molestado en mirarla, seguía penetrando su mirada en la de Jack.

-Dile que lo sientes, Jack. -Bella codeo a Jack al ver que ninguno de los dos decían algo.

Jack estiró su brazo haciendo hacia atrás de forma gentil a Bella, moviendola y él quedando en su lugar. Apretó los puños y con la poca voz que tenía logró mover sus delgados labios y decir el nombre de Elsa, esperando respuesta por parte de ella.

Elsa por fin logro desviar la mirada haciendo caso omiso.

-¿Cómo te llamas?

-¿Yo, su majestad? -Bella se sentía pequeña, y para confirmar que le hablaba a ella se señaló al preguntar, Elsa asintió y ella tragó saliva. -Soy Bella, princesa.

-Bella... ¿Y tú eres?... -Preguntó a Jack, y él no entendía. Estaba seguro que Elsa sabía quién era él. Frunció el seño y se negó a responder.

-Es Jackson, majestad. Es el tutor de la princesa Anna. -Respondió Bella en su lugar.

-Si es el tutor de mi hermana límitese a ser el tutor de mi hermana. Así como usted señorita Bella, o al menos no vayan corriendo por el castillo. Podrían causar un accidente. -Elsa se medio vuelta y cuando estuvo a punto de encerrarse nuevamente Jack la detuvo atorando su pie en la puerta.

-Mírame y dime que de verdad no sabes quién soy.

-¡Jack, ¿Qué haces?! -Dijo Bella alto para ser un susurro.

-¿Que crees que haces? -Respondió la tranquila princesa, aclaro su voz de un suspiro. -Te pido que retires tu pie.

-Sabes qué, tenía razón. Cuando te dije que al crecer no te parecerías a la reina. -Jack se esfumó a paso veloz furioso, Bella se quedó con la boca abierta petrificada temiendo por su vida al ver que Elsa también se había congelado.

-Él no quiso decir eso, su alteza.... -Por fin pudo decir Bella y el picaporte comenzó a crujir, Elsa miró lentamente y vio que estaba empañandose por su lado por la fina capa de hielo que recién comenzaba a salir de su mano.

-No pasa nada. -Dijó rápidamente Elsa cerrando la puerta casi de golpe. Bella acarició sus brazos por el repentino frío que había en el ambiente y no pudo evitar sentir lastima por la princesa.

“¿Estará a punto de venirse una tormenta?” pensó Bella. “Genial, no traje paraguas... Debería buscar a Jack.”

El cuarto de Elsa comenzaba a congelarse y ella sabía que venía otro episodio al ver su aliento mientras intentaba inhalar y exhalar para tranquilizarse.

Aquellas palabras de Jack habían sido muy duras y la herida de sus padres estaba demasiado fresca para soportar un comentario así.

Dejó caer su peso en las rodillas, apretó sus nudillos en el pecho y comenzó a llorar, sus mejillas estaban demasiado rojas. Su físico pálido era más evidente en ese ambiente frío, cuando sintió que las lágrimas dejaban de caer subió la mirada, con la barbilla en alto lentamente miró a su alrededor y todo estaba lleno de escarcha, abrazo sus brazos consolandose.

-Controlate, Elsa. Controlate. -Se dijo a si misma y ahí permaneció durante horas.

-Controlate Jack. -Se dijo así mismo mientras daba vueltas.

-¡Jack! Te estaba buscando, mira yo sé que eres mi tutor y todo eso pero solo escúchame. -Jack volteo a mirar a la vocesita chillona que le hablaba. -No, cállate y escuchame. Esto es en serio, ¿Te parece correcto dejarle a tu alumna favorita...

-Sólo tengo una alumna.

-Exacto, eso me hace la favorita. En fin, concéntrate Jack, lo que quiero decir es que no deberías dejarme tantas cosas para repasar, te crees que no tengo nada que hacer.

Jack giro los ojos.

-Anna.

-Ya sé que vas a decir, pero hagamos esto, si te pongo atención en cada clase, cosa que claramente hago, pero ahora mas, me dejaras menos deberes.

-¿Por qué no te molesta que te llame Anna, en lugar de majestad o princesa?

-Ash, tu de verdad me crees tonta. No, si quieres saberlo no, no me gustas.

-¿Qué...? -Jack se despeinó y comenzó a reir. -Pero soy guapo.

-Pero eres como mi hermano.

-Exacto. -Se acerco rápidamente a Anna y la tomo de los hombros sacudiendola. -Porque sabes quién soy.

Anna lo miro desconcertada.

-De qué rayos hablas.... Quién no sabe quién eres.

-Tu hermana.

-¿Mi-mi qué? ¡¿Elsa?! ¿Hablaste con Elsa? -Anna lo tomo de los brazos sacudiendolo. -¿Cómo? ¿hablaste con Elsa?

Jack logro desprenderse de las garras de Anna.

-Sí pero ella no me reconoció, y luego dijo algo hiriente pero no porque fuera real, sino porque estaba enojado, todo el tiempo estuve esperando el momento para verla y ella simplemente fingió no saber quién soy.

-¿Qué le dijiste?

-Que tenía razón cuando de niños le dije que no se parecería a la reina Iduna.

Anna golpeó de un puñetazo su brazo.

-¿Ahora por qué? -Dijó sobándose.

-Toda mi niñez, en serio todo este tiempo he estado esperando para hablar con ella aunque fueran solo 5 minutos. Para decirle que estoy esperando hasta que esté lista para contarme porque se alejo de ese modo y tú la tratas así.

-Yo...

-No Jack, la muerte de nuestros padres aún es una herida que no cicatriza para ambas, es difícil y no me quiero imaginar lo que fue para ella. Nadie te da a el derecho a hablar de ellos, ni siquiera porque estés enojado.

Jack bajo la mirada. Sabía que había hecho mal, pero como arreglarlo si estaba casi seguro que esa sería la última oportunidad para verla.

Anna suspiro al ver la cara de cachorro arrepentido que ponía Jack.

-Ella te necesitó, y sigue haciéndolo no es algo que no puedas arreglar.

-Anna...

-Dejalo, yo estoy bien. Solo repasaré la mitad de mis deberes y eso lo tomaré como tus disculpas.

Jack sonrió mientras Anna se alejaba, le gustaba la simpleza de ella, todo en Elsa siempre había sido complicado, seguro estaba cansada de todo.

La noche cayó, Jack ni siquiera se había tomado la molestia de  darle tutoría a Anna, esperó a que pasara el rato y se acercó a la puerta, incapaz de llamar, se quedó un rato en silencio parado frente a ella y se rindió.