Capitulo 2. Fresca nevada.

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Al amanecer Jack había brincado de su cama, se había colocado sus pequeñas botas y había corrido hasta el cuarto de su mamá que por supuesto ya no se encontraba en cama. Para él no era de extrañar ya que su madre siempre se levantaba antes que él. Escucho la puerta de la entrada abrirse y fue para confirmar que su madre entraba con pan, huevos, leche y todo lo que se necesitaba para desayunar.

Ella preparo el desayunos y ambos, madre e hijo se disponían a tomar la primera comida del día.

-Cariño, hay algo de lo que quiero hablarte. Es sobre tu padre. -A Jack no le gustaba preguntar por él.

Hace mucho tiempo su padre había partido con la excusa de trabajar fuera de las cercanías del reino, buscando una mejor oportunidad de empleo, prometiendo que volvería por ellos con el dinero ahorrado y comprarían una casa más decente que en la que vivían, al principio él se comunicó con ellos a través de cartas pero un día de repente esas cartas dejaron de llegar, su madre lloraba cada noche y cada vez que Jack preguntaba por él, ella no podía evitar poner una cara de tristeza así que dejó ese tema de lado porque odiaba ver a su madre sufrir.

-Sé que él no va a volver, no soy tonto. -Jack continuaba desayunando sin parar, como si fuera un tema de conversación casual, él lo supo cuando años atrás su madre rompió todas las cartas una noche creyendo qué el dormía.

-Jack...

-Descuida. Estaremos bien, voy a crecer y tendré un empleo formal y estable, así dejarás de trabajar y seré el hombre de la casa. -Jack tuvo que estirarse para poder tomar la palma de su mamá con su pequeña mano. Su madre al ver el gesto de su hijo sonrió, limpió discretamente una lágrima que se había escapado y se estiró para besar la frente de su hijo.

-Eres muy listo, mi niño. Vamos, tenemos que ir a alistar a la princesa.

[....]

En el castillo la princesa Elsa se encontraba desayunando en el gran salón en compañía de sus padres. Ella no se encontraba con mucho apetito ese día, hubiera preferido invertir ese tiempo en seguir durmiendo que estar escuchando las aburridas pláticas que tenían sus padres.

-Elsa, siéntate derecha. -La corregía su padre y ella al instante lo obedecía, a veces pensaba que ser princesa era muy tedioso. -¿Qué harás hoy?

-En las mañana tengo mis tutorias pero solo eso. -Suspiró.

-Agnarr... -La reina miró con su esposo e inmediatamente el rey supo que era momento de dejar a su hija en paz.

-Cariño. -Suspiró el rey tomando un sorbo de su té. -¿Por qué no cancelas hoy las clases de Elsa?

-¡¿En serio?! -Preguntó la princesa emocionada, por primera vez en sus pocos años de vida jamás le habían cancelado sus clases particulares de absolutamente nada.

-Claro, podrás pasar la mañana con tu papá, te enseñaré todo lo que hago como rey, y lo que algún día harás tú cuando reines. -Elsa estaba feliz, toda su vida le habían recordado que tenía que comportarse bien porque algún día ella asumiría la corona pero jamás había visto la práctica. Solo la teoría.

Elsa dio una mirada a su madre y la reina Iduna asintió, dándole permiso de faltar a su rutina mañanera.

El rey se llevó a la princesa, y minutos más tarde llegó la señora Overland junto a Jack, lo primero que Jack hizo fue correr a la recamara de Elsa, esperando que ella se encontrará terminando sus clases de lenguas y comenzando con matemáticas, pero Elsa no estaba ahí.

-Hola, Jack. -Saludo cortes la reina, haciendo que Jack brincará de sorpresa. -¿Buscas a Elsa? Ella está con su padre, decidimos dejar que lo acompañará hoy, no tarda mucho en desocuparse, ¿Por qué no hablamos?

Jack trago saliva, era muy unido a Elsa pero para nada mantenía una amistad con los reyes. Por ser jefes de su madre él los respetaba demasiado y era cuidadoso con sus palabras.

-¿Hablar sobre qué, majestad?

-Tú y Elsa son muy unidos, ¿No es así?

Jack afirmó, tenía miedo que descubriera que Elsa le había contado su secreto, ahora que sabía que su padre los había abandonado, no podía echar las cosas a perder.

-Escucha Jack, estoy demasiado contenta de saber que mi hija ve en ti a un amigo, tú y tu madre son gente muy querida por mí así como todos los que trabajan en el castillo, jamás dudes en decirme si tienen problemas.

Jack estaba confundido, ¿De qué se trataba todo eso? No quiso tirar del hilo y simplemente acepto la amabilidad de la reina, ella despeinó su cabello y se fue. Jack estaba sonrojado, no le gustaban las niñas, de hecho le parecían desagradables y solo soportaba a Elsa porque era su mejor amiga pero siempre había admirado la belleza de la reina.

-¡Jack! A qué no adivinas todo lo que pase hoy con mi padre. -Llego Elsa gritando de la emoción, hasta que vio a su madre.

-Bueno, los dejo jugar en paz. Tengo ir a ver a Anna. -Sonrió a ambos y se fue tranquilamente.

-Tu madre es muy bonita, Elsa. -Dijo Jack acomodando su cabello, admirado de la reina.

-¿En serio? Pues algún día me veré cómo mi madre. -Elsa presumió su adorable cara, colocando sus manos en ambas mejillas y Jack solo pudo reír moviendo la cabeza.

-No creo, con suerte crecerás sin verte deforme. -Jack solo intentaba molestarla y Elsa frunció el ceño, sabía cómo era Jack y solo seguirle el juego haría que ella saliera enojada.

-Bueno como te decía, hoy pase toda la mañana con mi papá. Me enseñó todos sus deberes como rey. -Elsa se dejó caer en la cama enamorada del trabajo de su padre. -No puedo esperar a crecer y ser reina.

-¿Cuando crezcas serás reina? -Jack aún no entendía como funcionaban las jerarquías así que le impresionaba que Elsa fuera la sucesora del reino.

-Sí, seré la reina de Arendell. Tal vez cuando crezcas te de empleo.

-¿Ah sí? ¿En qué me darías empleo?

-¡Te podría contratar como rey! Eres mi mejor amigo, podríamos reinar juntos. -Jack se sonrojo al escuchar a Elsa hablar. Eran muy pequeños para saber lo que era el amor, pero entendía bastante bien lo que significaba que ella fuera reina y él rey.

-No digas tonterías, para eso tendríamos que casarnos.

-Y qué, ¿Entonces qué vas a ser de grande sino quieres ser rey?

Jack había prometido a su madre que él sería exitoso, y le proveería una vida sin complicaciones pero no sé había puesto a pensar qué quería para su futuro.

-Quiero proteger a las personas.

-¿Cómo un guardia? -Preguntó Elsa.

-Mmmh algo así. Quiero ser... -Pensó buscando ejemplos- como una brisa que tranquilice a las personas, o como una fresca nevada que aliviane el corazón y divierta a las personas aburridas. Algo como medicina, que te haga sentir feliz cuando estás triste. -Dijo Jack, pensando en su madre.

-Woooow Jack. Si encuentro un puesto asi créeme que te lo daré.

Ambos niños rieron mirándose divertidos.

Llamado Del Corazón. (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora