"-No otra vez, por favor- susurra y mi pecho se contrae.
-Lo siento- tomo su mano- es más fuerte que yo.
-No, dejá de echarle la culpa a todo lo demás- se suelta de mi agarre y pone esa cara que esperaba jamás volver a ver, nunca. Decepción- estas perdida.
-Sé que no tengo arreglo pero por dios, perdoname- digo desesperada para que por todos los cielos cambie su expresión.
-No puedo más Ana, me estás matando-
-¿Y yo?- susurro y las lágrimas inundan mis rostro.- Te necesito, dios sabe que eres mi salvación."