Propuesta

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Capítulo V

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Las olas rompían contra la rocas y el incesante sonido era como un arrullo para el hombre que dormía a su lado.

Tenían más de una semana desde que se habían casado y él por respeto se abstuvo de tocarla durante todo ese tiempo, y era algo que ella agradecía infinitamente.

Se levantó tratando de no hacer ningún ruido y se dirigió a los grandes ventanales para apartar las cortinas y dejar que la luz de la luna llena iluminara aquel espacio.

Se sentía triste, era verdad, porque pese a que Sesshomaru era todo dulzura y muy agradable, sabía que le costaba portarse así, ya que su forma de ser era fría y extremadamente diferente. Giró el rostro admirando su amplia espalda y el largo cabello platinado esparcido sobre la almohada, y le pareció la maravillosa visión de un hermoso dios griego.

Era apuesto, si, pero para ella no había otro hombre, sólo Sasuke Uchiha.

Deambuló de aquí para allá y por toda la habitación, buscando una forma de controlar su frustración, pero al fin de un rato en el cual no supo que más hacer, derrotada se subió a un sillón y permaneció allí, esperando por el amanecer.

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Sesshomaru abrió los ojos y buscó a tientas a Hinata pero no la encontró en la cama. Se incorporó apoyándose en los codos y la descubrió dormitando en uno de las butacas que estaban al otro extremo del cuarto. Se levantó y fue a por ella y al cargarla le pareció tan frágil y liviana.

La recostó sobre el lecho y aspiró el aroma a lavanda que desprendía su cuerpo, dentro de su ser sentía que no podía aguantar más, la deseaba, era verdad. Delineó el fino rostro y sus labios carnosos, anhelaba sólo un beso de esa boca pero debía controlarse, ya que no estaba seguro de seguir con ese matrimonio, quería hablar con ella y hacerle una propuesta, aunque en realidad esperaba que ella se negara a tal petición.

Sí, el divorcio ya era un tema que rondaba su cabeza, creía que sería lo mejor, pero luego pensaba en el que dirán. No que le preocupase, si no que odiaba ser el centro de atención.

Ella se removió entre sueños y balbuceó el nombre del que hasta hacía poco fuera su mejor amigo.

Sonrió y agradeció en silencio, eso le bajo el deseo a tal punto que se giró y se quedó recostado sobre su espalda, viendo sin interés  las diferentes sombras que se dibujaban en las paredes del cuarto.

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El desayuno fue en completo silencio, solo el sonido de los cubiertos de vez en cuando rompían esa atmósfera tan tranquila.

Hinata levantó la vista solo para darse cuenta de que Sesshomaru la miraba fijamente.

—¿Que pasa?— Cuestionó limpiándose la comisura de los labios con la servilleta, pero él solo continuó con su mutismo. —¿Vas a decirme que ocurre ahora? ¿O debería esperar un poco más?— Le dijo sonriendo mientras bebía un poco de café.

—Quería decírtelo pero no me atrevo— Se sinceró.

—¿A quien hay que matar?— Le dijo en tono de juego pero le pareció que él no quería escuchar unas bromas tan bobas. Así que sólo se limitó a callar.

—Te tengo una proposición—

—¿Otra? Bueno, ¿de que se trata?— Preguntó dejando a un lado el tenedor y cuchillo para demostrarle que tenía toda su atención.

Nada PersonalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora