Capítulo IX•*¨*•.¸¸☆*・゚•*¨*•.¸¸☆*・゚•*¨*•.¸¸☆*
¿A que jugaban esos tres? No podía entenderlo, pero sabía que ella sobraba allí, por lo que recogió sus escasas pertenencias y se fue en la madrugada de aquel apartamento para jamás volver.
Su madre y ella habían viajado a Burdeos como habían planeado y posteriormente se hubieron trasladado a la isla de Martinica, donde habían adquirido una pequeña finca en Grand'Rivière. Tal vez haya sido un poco precipitada y hasta cierto punto exagerada su decisión pero lo deseaba, deseaba alejarse de todo y de todos, no le daría gusto a Kagome ni a Sesshomaru ni mucho menos a Sasuke de que se burlasen de ella, de que la hicieran menos, ya había tenido suficiente. Dejaría el camino libre para que aquellos se hicieran pedazos como mejor les pareciera, empezaría de nuevo, si así se lo permitía el corazón.
La pequeña casita consistía en tres recamaras, dos baños, una sala y una cocina, con grandes ventanales que daban al norte de la isla y por ende a una maravillosa vista hacia el enorme océano Atlántico.
—Hinata— Le llamó después de que terminaran de cenar y que la ojiperla lavara los platos.
—Si mamá—
—¿Cómo te sientes? ¿Quieres que platiquemos?— Le cuestionó mientras salía al exterior de la casa y encendía dos lamparas anti mosquitos.
—No lo se—
—Me duele verte en esta situación... Solo de acordarme de lo que tuviste que escuchar, me hierve la sangre, pequeña—
—Mamá...—
—Siéntate a mi lado, hablaremos si eso te hace sentir mejor— Le dijo conciliadoramente mientras la invitaba a acompañarla.
—Desde que nos fuimos de Francia, no me he sentido del todo bien. Creí que al estar lejos olvidaría todo, pero... Me hace daño, mamá, ¿porque no puedo seguir con mi vida? ¿Porqué no puedo simplemente arrancarme este sentimiento de mi pecho? ¿Acaso merezco esto?— Le miró angustiada, mientras gruesas lágrimas pendían de sus ojos.
—Hinata, aunque no lo creas, eres una mujer fuerte y valiente, has sabido superar todas las adversidades de la vida, saldrás de esto hija y un día, si así lo dispone tu corazón, encontrarás un nuevo amor. No te pediré que dejes de llorar, hazlo, vive tu duelo y después verás que todo esto fue un mal sueño...— Ella intentó sonreír pero no ayudó mucho a disipar esa mueca de tristeza.
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Sentada sobre la terraza de su habitación observaba cómo la pálida luna se reflejaba sobre el embravecido mar y no pudo evitar que su mente recordara a la persona amada, pero solo le hacía daño.
—Seguiré adelante por mi— Murmuró a la nada.
Abrazándose así misma, dejó que el viento revolviera sus cabellos. No necesitaba a un hombre para ser feliz, definitivamente no y jamás volvería a amar como alguna vez amo.
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—¡Te dije que recogieras las sillas para limpiar el bar!— Una bella muchacha de cabellos rosados perseguía a un joven rubio por todo el lugar con una escoba en las manos, pero aquel se había escapado de su alcance.
—¡Y yo te dije que lo haría después de lavar los baños!— Trató de explicar mientras aquella le arrojaba un banco que esquivo casi por los pelos. Ellos eran novios y venían de Estados Unidos, más concretamente de Miami, donde se habían enamorado de la cultura latina. Habían viajado de tan lejos para abrir un sitio donde pudieran compartir su gusto por la música y bendito Fort-de-France, fue allí que encontraron el lugar ideal. Eran muy populares entre los jóvenes turistas que venían de casi todo el mundo.

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Nada Personal
Fanfiction"No es nada personal" Le dijo al hombre que tenía enfrente, mientras en sus labios dibujaba una mueca de satisfacción. Agradezco a Darki por tan hermosa ilustración para la portada de mi historia. ¡Gracias nena! ¡Me encanto!