Nada Personal

Entrega

Capítulo VI

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Advertencia: Triste intento de Lime o Lemon, que se yo. Se recomienda discreción.

Llegó temprano al departamento de Sesshomaru para pasar la noche con él, como lo hacía cada viernes. Llevaba vino, pan y queso para tomar un pequeño refrigerio después de continuar con su pintura, y también su mochila amarilla con algunos cambios de ropa, pues su estancia podría prolongarse hasta el lunes de ser posible.

Estaba ansiosa por terminar con ese cuadro, pues faltaban sólo unos cuantos meses para su boda y ese sería el foco de atención de la fiesta.

Al entrar no estaba su novio pero encontró a su cuñado Inuyasha viendo el televisor.

—Hola Inu... ¿Donde está Sesshomaru?— Cuestionó al muchacho que estaba bebiendo una cerveza.

El platinado era igual de apuesto que su hermano, aunque sus rasgos eran más fuertes, como los de su padre.

—Llamó, dijo que se retrasaría un poco— Le hizo saber y continuó con su tarea. Ella suspiró dejando las compras sobre la encimera de la cocina. Se puso su delantal y continuó con su obra.

Se entretuvo por mucho tiempo hasta que recibió una llamada de su novio.

No llegaría y eso la frustró en demasía, por lo que llamó a Inuyasha para que comieran lo que había traído. Puso todo en una charola y también sacó uvas de la nevera.

Solo recordaba con precisión que comieron y bebieron, nada más.

Despertó después mareada y con un fuerte dolor de cabeza, y a su lado, Inuyasha.

¿Que había pasado?

Tristemente aquel no oculto la verdad, la había drogado para lograr su objetivo.

Fue lo más horrible que le pudo pasar y más tarde al enterarse de que estaba embarazada. No sabía que hacer, no quería que Sesshomaru la despreciara, y por eso, aprovechó su ausencia y la de Hinata.

Invitó a Sasuke a su departamento y le comentó lo que había ocurrido.

Tal vez fueran sus lágrimas o la rabia que sintió al escucharla, que aquel tomó una decision precipitada, casarse con ella.

Olvidándose por completo de la promesa hecha a Hinata. No importaba nada más que ayudarla, ni el enojo de Sesshomaru ni el dolor de su prometida, según sus propias palabras. Quería evitar el escarnio que Kagome sufriría por parte del círculo social al que pertenecían, ellos eran como lobos rapaces que no se detendrían ante nada para destruir a cualquier eslabón débil y ella estaba más susceptible que nunca, así que sin escrúpulos idearon un plan donde Hinata sería la gran perdedora.

Abrió los ojos y parpadeó varias veces, ese sueño rememoraba la realidad de las cosas.

Ella y Sasuke habían consumado su matrimonio desde el inicio, no había amor, solo deseo y respeto.

Y creían que con eso sería suficiente para seguir sus vidas, pero no contaron con que Sesshomaru y Hinata se comprometerían en matrimonio, eso les puso de cabeza su mundo. Los dos se quemaban entre el dolor y los celos, sufrían y sólo atinaban a compadecerse el uno al otro.