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DÉCIMO NOVENO ACTO
-Y entonces le di mi número... -Jay contaba su historia con Matthew mientras comía junto con Gray, el susodicho no se mostraba nada contento con el relato de su amigo, inclusive había dejado de comer y simplemente se dedicaba a mirarle desaprovatoriamente. -Eres un estúpido -dijo sin más. -Tampoco me insultes -respondió con aires de burla mientras comía otro bocado a y fruncía el ceño. -Acabas de perder a un cliente fijo -prosiguió Gray con obviedad, Jay Park por su parte rodó los ojos. -Es que tú no lo entiendes -dijo mientras lo apuntaba amenazadoramente con un trozo de apio que posteriormente llevó a su boca. -No, pero no me importa -concluyó. Jae rodó los ojos una vez más y continúo comiendo en silencio. -Por cierto, te conseguí unas vacaciones. Son cortas, pero por lo menos tendrás tres días para descansar. Aquella noticia había tomado por sorpresa a Jae beom, estaba un poquito consternado por la reacción de Gray al enterarse sobre el tipo de relación que llevaba con Matthew, pero aquello había logrado que el desasosiego se marchara y se sintiera la persona más afortunada del mundo. Una enorme sonrisa se postró en su rostro, mostrando todos sus dientes, sus ojitos brillaron y no se podía contener a sí mismo. Se levantó de donde estaba y, sin saber cómo, levantó a Gray para poder darle un fuerte abrazo mientras reía. -¡Gracias hermano! -dijo fuertemente, Gray esbozó una sonrisita y le palmeó la espalda.
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VIGÉSIMO ACTO
Matthew conducía con la felicidad pintada en el rostro, aún no asimilaba que en verdad, tenía el número de Jae beom, ¡Ere simplemente lo mejor que le había pasado! ¿La final? ¡Eso a quién le importa! Su corazoncito se llenaba por completo con tan sólo pensar en Jay y su sonrisita traviesa. Su teléfono comenzó a sonar, el lo sacó de su bolsillo con una gran sonrisa, la cual se desvaneció un poco cuando se percató de que Jiwoo era la que llamaba. -¡¿Dónde estás?! -gritó por el otro lado de la línea lastimando su oído-. No me importa, ¡Ven ahora mismo! -terminó. Matthew ni siquiera pudo hablar, ella ya había colgado. Torció los labios, algo serio había pasado como para tener a Jiwoo de tal humor. En fin, no quería hacerla enojar más, así que se apresuró hasta el edificio.
